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domingo, 10 de mayo de 2015

Cap. 61 Regresando



Después de la reunión del Adestrarshy, Dylan se retiró a su habitación  pero mientras estaba en su cama seguía pensando en las últimas palabras de Darko. En los últimos días Dyaln se había sentido demasiado feliz como para preocuparse por los posibles peligros que corrían sus hijos por ser quienes eran, pero ahora esa posibilidad se le presentó como algo muy real, y aunque ya estaba al tanto de las medidas de seguridad tomadas para la protección de los niños, una espantosa opresión se instaló en su pecho.
Pensó en Kendall, en Brian y en lo que había estado haciendo Swaney para fastidiarlo, así como también recordó el miedo de Sophie y al que él no había prestado atención cuando ella lo manifestó.
Aunque estaba sumido en sus pensamientos, su instinto lo alertó de la presencia y se incorporó en la cama.
-         ¡Lucía!  --  exclamó levantándose a toda prisa
-         Haryk, no me gusta dormir sola  --  dijo la chiquita y él se apresuró a alzarla en brazos  --  ¿Puedo quedarme aquí?
Independientemente de que fuese apropiado o no, Dylan lo único que sentía en aquel momento era la enorme necesidad de proteger a su hija.
-         Claro que sí linda  --  le dijo mientras la conducía hasta la cama
La niña se acurrucó en sus brazos y unos minutos después estaba dormida. Dylan sonrió, le acarició la mejilla, le dio un beso en la frente y poco después él también se quedó dormido.

La hora del desayuno no estuvo tan animada como la comida del día anterior, ya que Dylan les había dicho a los niños que debían regresar y ellos no querían marcharse.
-         Dijiste que Janos tendría que enseñarnos  --  estaba diciendo Alexander  --  ¿Cómo puede enseñarnos si no estamos aquí?
-         Lo hará, pero no ahora  --  le dijo Dylan
-         Ymharyk…  --  dijo Lucía mirando a Iziaslav con ojos suplicantes
Justo es decir que el pobre individuo le ganó una dura batalla a los sentimientos en aquel momento, porque si los niños no querían irse, ciertamente él lo quería mucho menos.
-         Escuchen, saben que esta es su casa, así que podrán venir tantas veces como quieran, pero ahora deben volver con su madre que debe estar extrañándolos
Derek, que siguiendo el consejo de Milorad no había vuelto a su casa dando tiempo a que a Istziar se le pasase el enfado, sonrió porque lo que acaba de decir Iziaslav a sus hermanos era justamente lo que él se disponía a decir en aquel instante.
Finalmente llegó el momento de partir y Lucía se aferró al cuello de Iziaslav y comenzó a llorar, aquello fue realmente devastador tanto para él como para Dylan que nunca había sentido que unas lágrimas le doliesen tanto.
-         Viatairiv baldberevit nym kicyk sizviteliani  [1]
-         ¿Dum zughelbenvi? [2]  --  preguntó la niña
-         Dum zughelbeniv [3] --  le respondió él
Después de eso Alexander se despidió de Iziaslav y aunque no estaba llorando como su hermana, si se veía tremendamente triste.
-         Volveré pronto Ymharyk  --  dijo el niño  --  y traeré mi caballo, el que me regalaste para que veas que lo he cuidado
-         Y yo te prometo que te haré muchos más  --  le dijo él mientras abrazaba al niño
Entre tanto, Lucía se había estado despidiendo de Milorad, Iván, Janos y ahora estaba parada frente a Iyul extendiendo sus bracitos hacia él, Iyul la alzó y la niña giró la cabeza hacia su padre.
-         ¿Ewyr Iyul puede venir a casa haryk?
-         Por supuesto  --  dijo Dylan pero Iyul estaba mirando a su propio padre porque había sido él quien le prohibiese volver a Inglaterra, pero Iziaslav asintió
-         ¿Vendrás?  --  estaba preguntándole Lucía
-         No podrás librarte de mí, preciosa  --  le dijo él y la niña sonrió besándolo a continuación  --  Pronto iré a visitarte
-         ¿Pronto? ¿Y no puedes venir ahora?  --  preguntó en tono de disgusto
-         Verás preciosa, es que tengo…  --  pero calló con rapidez cuando ella clavó sus ojos en los suyos
-         Lavyl, si es más importante que yo ve con ella  --  dijo Lucía soltándose y saltando al piso sin que apenas él pudiese reaccionar
-         No es eso preciosa, es…
-         Vamos haryk  --  dijo ella sin prestarle atención
Todos tenían expresión de sorpresa salvo tres personas, Alex, Boris y el tío antipático, pero aun así y una vez superada ésta, los demás sintieron un enorme deseo de reír al verle la cara a Iyul y el aprieto en el que lo había metido la sizviteliani, pero el único que se atrevió a reír fue Iziaslav ya que los demás conocían bien al sizvitel y sabían que era bastante paciente pero cuando enfurecía demostraba a las claras de quién era hijo, de modo que haberse burlado de la situación les habría significado estar a un paso de perder sus cabezas.  En el caso de Derek a quien conocía era a su hermana y sabía que el hecho de ser pequeña no era impedimento para que desahogara su ira de manera violenta, así que decidió guardar la compostura en beneficio de la propia salud.
Dylan aun sin saber muy bien qué había sucedido, se despidió a toda prisa de Iziaslav quien le dio un apretado abrazo y a continuación tomó en brazos a su hija y partió.
-         ¿No eras tú el que me decía hace poco que era una dulce niña?  --  le preguntó Lucien en tono burlón a Iyul  --  Creo que ya no te lo parecerá tanto ¿no?  --  agregó  --  Mi mejor consejo es que vayas a divertirte con esa linda señorita y te olvides de esa amenaza
Dicho esto tomó la mano de Alex y se marcho también, algo que fue afortunado porque a pesar de ser el único capaz de decirle aquello a su hermano, los ojos de Iyul habían enrojecido en forma peligrosa y de no haberse marchado posiblemente Iziaslav habría tenido que intervenir como cuando eran pequeños y se peleaban.

Muy lejos de allí y en las arenas de algún impreciso desierto, se encontraban dos hombres y ninguno de los dos se veía contento.
-         ¡Estoy cansado de huir y de esconderme!  --  exclamó André
-         Nadie te mandó a ser tan obvio, siempre he dicho que tienes la pésima costumbre de ir por ahí vanagloriándote de tus hazañas  --  dijo Swaney  --  si hubieses mantenido la boca cerrada y a tus nyas convenientemente escondidos, nada de esto habría pasado
-         ¿Sabes qué sucedió con Brian?
-         ¡Ah sí! Por imbécil lo perdiste
-         ¿Aun lo tienen en Zatvor?
-         No, pero no hay forma de acercarse a él, le asignaron un zsameni a quien estás muy lejos de poder manejar
-         Vamos Swaney, sabemos que los zsameni…
-         Lo único que sé es que si te le acercas estás muerto  --  lo interrumpió Swaney  --  porque el desgraciado a quien encargaron la tarea es Franz Ehrlich
André abrió los ojos con desmesura por varias razones. La primera de ellas porque sabían que los Lovets no eran asignados nunca como zsameni. La segunda porque en su desquiciado cerebro no cabía la idea de que sabiendo como estaba seguro que a esas alturas sabrían, que las órdenes de Brian era asesinar a un sizvitel, no solo le perdonasen la vida sino que lo hubiesen dejado salir de Zatvor. Y tercero, que aquellos individuos debían estar muy faltos de juicio para soltar a uno que era una bomba de tiempo, porque André sabía que odiando como Brian odiaba a Danworth y suponiendo que Louis no se hubiese equivocado, en cualquier momento iba a matar a los niños. Sin embargo, hizo todo esto a un lado y se interesó por su otra carta.
-         ¿Sabes algo de D’Albret?
-         Nada, pero suponiendo que siga vivo, debe estar de cabeza en Zatvor
-         No hay razones para ello
-         ¿Ah no? Pues déjame ilustrarte, Iziaslav Yaroslávich es un autócrata y hace lo que se le pega la gana. Henri D’Albret lleva años trabajando para ti y ellos lo saben ¿crees realmente que se iban a arriesgar a soltarlo?
André pensó que Swaney estaba acertado y equivocado al mismo tiempo, porque si bien era cierto que Henri llevaba mucho tiempo a su lado y cumplía con todo lo que se le encomendaba, no sabía tanto porque nunca le había dicho nada que considerase innecesario decir. Y por otro lado André se había pasado casi toda su vida peleando con aquellos sujetos por una razón u otra e incluso había sido huésped de Zatvor en más de una ocasión, de manera que sabía que aunque Iziaslav no se caracterizaba por su misericordia y era todo lo que Swaney había dicho y más, también era cierto que por alguna razón desconocida para él solían apegarse a las leyes, así que estaba positivamente seguro que si Henri no había salido debía estar por hacerlo ya que no sabía nada en realidad.
-         Voy a volver a Inglaterra  --  dijo André y Swaney lo miró con deseos de golpearlo
-         Ya sabemos que estás loco y no hay discusión, pero a menos que quieras terminar muy pronto con tu vida no harás semejante estupidez
-         Conozco algunos lugares…
-         Que posiblemente Korsacov y su escuadrón de locos también conozcan, aparte de que hay dos cosas que te conviene saber. Inglaterra está minada de Lovets porque nuestro desgraciado príncipe de hielo parece haber decidido establecer residencia permanente allí. Y no solo Korsacov está decidido a cazarte, sino que Dòmine también y es incluso más irritante que Korsacov porque después de saquear Francia, el imperio germánico, el ducado de Milán, Venecia, Florencia, Génova y Nápoles, le ha dado por hacerme visitas cada vez que se le antoja y sabes que si Korsacov es peligroso Dòmine no lo es menos y cuidado sino más.
Aquello era ago que André debía saber incluso mejor que Swaney, porque si Lucien había sido su pesadilla personal, Istval Korsacov y Edin Dòmine no lo habían perseguido con menos ahínco, lo habían fastidiado mucho y ambos lo habían hecho preso en varias oportunidades, de modo que justo es decir que lo sabía y era quienes lo mantenían en jaque. El estúpido de Korsacov había estado a punto de agarrarlo en París y Dòmine llegó con escasos minutos de retraso cuando estaba en Austria.
No obstante, eso aunque lo sabía quedó anulado con lo que dijo Swaney con relación a que Inglaterra estaba minada de Lovets, y siendo que André estaba en posesión de información que Swaney evidentemente no, llegó a otra conclusión. A pesar de que hasta ese momento se había mostrado escéptico en cuanto a que los niños pudiesen ser hijos de Danworth, aquella circunstancia modificaba un poco sus pensamientos porque dudaba mucho que aquella movilización de Lovets obedeciese a la presencia de Lucien ya que antes se había establecido en Milán o Florencia y eso no había sucedido. Es cierto que estaba vigilado como todo sizvitel pero no de ese modo. De manera que aquello daba fuerza al hecho de que los pequeños fuesen en realidad hijos de Danworth.
Siendo que no podía permanecer por mucho tiempo en un mismo lugar, se despidió de Swaney y partió, pero seguía pensando en el asunto. Había muchas cosas que no le cuadraban en todo aquello y a menos que todo el asunto Saint-Claire hubiese sido una treta y él estaba bastante seguro que no lo era porque había visto morir a más de un Devrig por ello, entonces la alternativa que le quedaba era que aquella mujer en realidad no fuese una Saint-Claire, algo que bien mirado era muy posible teniendo en cuenta el comportamiento díscolo de su madre. Sin embargo, esto tampoco tenía mucho sentido porque él la había conocido, era verdad que se había mantenido a la mayor distancia posible de ella pero no creía probable haberse equivocado, al menos en cuanto al hecho de que fuese una vidmagy, ahora faltaba comprobar lo otro.
Por otra parte estaba la cuestión de que por algún motivo no se imaginaba a Danworth renunciando a la paternidad, pero luego pensó que eso podía ser un intento de mantener en secreto la existencia de los pequeños y Arlingthon simplemente había sido un tonto útil.
André sonrió y se dijo que si aquellos niños eran lo que Louis decía que eran, debía organizarse para poder asestarles el golpe de gracia a aquellos insufribles arrogantes y arrebatárselos con lo que sin duda les ocasionaría un enorme daño.

Para Dylan despedirse de sus hijos fue la peor de las experiencias, a pesar de que Sophie había prometido que podría verlos todos los días igual sintió que le arrancaban un pedazo de sí mismo al verlos partir.
Sophie amaba a Dylan y aunque le dolió en el alma ver la enorme tristeza en sus ojos y se sintió miserable porque sabía que Dylan experimentaba sus emociones de manera más intensa dada su condición, debía llevarse a los gemelos no solo porque los echase de menos sino porque Christopher llegaba al día siguiente y no había modo de manejar la ausencia de los niños. Con las cosas así y durante los días siguientes la situación se tornaría difícil por diversos motivos.

El primer problema lo tuvo Derek, porque cuando llegó a Darnley tuvo que enfrentarse a una aun muy furiosa Istziar.
-         Zdravi nidly  --  la saludó intentando sonar normal
Istziar lo ignoró mientras saludaba a los aykeris e intentaba seguir la apresurada narración de Alexander con relación a su visita a Illir, de modo que Derek decidió sensatamente no buscarse más problemas en forma inmediata. Sin embargo, esa noche cuando fue a la habitación de Istziar, por un momento pensó que la chica iba arrancarle la cabeza, algo para lo que en realidad faltó muy poco ya que cuando ella avanzó hacia él, Derek pudo ver con toda claridad que sus ojos brillaban en forma peligrosa como dos joyas carmesí.
-         Nym dhazshliv…  --  comenzó pero fue silenciado por una dolorosísima bofetada
-         Espero que eso te sirva para dos cosas  --  dijo ella con ira  --  primero para despertar y notar que amo a Yvaylo con todo mi corazón pero como al hermano que es para mí. Y segundo, para que recuerdes que si intentas hacerle cualquier daño, tal vez él esté dispuesto a pasártelo por alto pensando que no eres más que un niño malcriado como en efecto eres, pero yo no.
-         Istziar…
-         ¡Ervat da zdy!  [4]  --  pero como Derek no se movía  --  ¡Zdar!  [5]
Derek finalmente decidió que era más prudente marcharse como se lo estaba ordenando porque ya era afortunado que estuviese vivo. Mientras entraba a su habitación recordó lo que todos habían intentado advertirle acerca del carácter de Istziar, pero siendo que la amaba y él estaba consciente de su propio carácter, pensó con desánimo que le esperaba una vida muy dura. No obstante, como él era un chico optimista y práctico, unos minutos después salió de nuevo de su habitación sin molestarse en coger ni una miserable chaqueta y caminó derecho a los establos.
-         ¡Óyeme pequeño Saint-Claire!  --  escuchó a Iliar
-         Ahora no Iliar, tengo prisa
-         Ya lo noté, pero me pregunto si tú notaste que vas a medio vestir  --  dijo sujetándolo por un brazo
-         ¡Déjame en paz!
-         Bien, es tu asunto, pero veo que como la dulce Istziar no acabó contigo, tú estás decidido a hacerlo pescando una pulmonía. Pero déjame decirte que si piensas que eso va a conmoverla…
-         ¡Cállate de una vez!
Sin embargo, estaba por entrar a los establos cuando se detuvo y se volvió hacia el Levjaner.
-         Puedes hacer algo más útil  --  le dijo  --  llévame a Livingstone
Aunque Iliar se esforzó en ver la razón de aquella intempestiva visita, era tiempo perdido, de manera que lo sujetó por un brazo de nuevo y lo trasladó a Livingstone.
-         ¡Derek!  --  exclamó Dylan caminando de prisa hacia él
Si Dylan había reaccionado de esa forma no era por su repentina llegada ni por lo avanzado de la hora, sino por el aspecto general del chico. Ellos se habían acostumbrado a su informalidad pero en aquella ocasión aparte de llevar solo el pantalón y la camisa, ésta venía sin sujetar, por fuera y a todo esto se sumaba que preocupado como estaba en resolver la situación, Derek no había notado el dolor y menos aún era consciente de que tenía la mejilla amoratada, el labio sangrante y que el ojo había comenzado a cerrársele.
-         ¿Los niños…  -- estaba preguntando Dylan
-         Los gemelos están bien Dylan  --  lo interrumpió él  --   no te preocupes que no estoy aquí por eso, solo necesito hablar con Yvaylo
Todos los presentes giraron la cabeza hacia el Levjaner recordando lo sucedido recientemente, mientras que éste que se había puesto de pie al igual que todos los demás al sentir la presencia, se limitó a devolverle la mirada pero no se movió.
-         Derek…  --  comenzó Dylan
-         Descuida, sabemos que yo no puedo hacerle nada a este cretino mientras que él puede romperme el cuello o calcinarme dependiendo de lo que se le antoje, así que tranquilízate.
Dylan no sabía si reír o sacudir a aquel necio, mientras que Itlar, Iliar y Lucien se habían decidido por lo primero y lo hacían con el mayor descaro.
-         Aclarado el punto de que no puedes hacerme nada  --  dijo Yvaylo  --  espero que tampoco tengas intención de someterme a una sesión de insultos o amenazas del todo inútiles porque asumo que ese bonito  adorno que traes en el rostro debió convencerte de lo estúpido de tus celos
Derek se llevó la mano al rostro y fue cuando sintió dolor, pero hizo eso a un lado y continuó con el asunto que lo había llevado hasta allá.
-         No estoy loco Yvaylo, aunque muchos piensen lo contrario, así que no, no vengo a insultarte ni a amenazarte
-         Bien, entonces estoy dispuesto a escucharte  --  y comenzó a caminar hacia la puerta pero el chico lo detuvo
-         Espera hombre, no es un secreto de estado lo que voy a decirte  --  dijo con fastidio
-         Como quieras
-         En realidad más que decirte lo que quiero es pedirte algo  
En este punto Yvaylo lo miró con suspicacia porque si aquel muchachito tenía la peregrina idea de que él iba a alejarse de Istziar para su tranquilidad no estaba ni cerca.
-         ¿Y es…?
-         Primero quiero que asumas que me estoy disculpando y luego que vayas y se lo digas a Istziar
Fue inevitable que todos los presentes soltaran una sonora carcajada, pero fue Yvaylo quien puso en palabras lo que estaban pensando.
-         Realmente eres de un descaro supremo Derek Phillipe
-         Con lo que queda demostrado que es un Saint-Claire por donde quiera que lo miren  --  dijo Iliar
-         No es descaro, es practicidad  --  dijo él ignorando a Iliar  --  A juzgar por esto  --  dijo señalando su rostro  --  a mí me tomará una indecente cantidad de tiempo que Istziar se avenga siquiera a escucharme, mientras que si tú vas y hablas con ella todo se arreglará más pronto y todos seremos felices de nuevo
-         Oficialmente Iván acaba de ser destronado por este infeliz  --  dijo Lucien en medio de las risas que no habían cesado desde que Derek había iniciado su exposición
Después de eso se aplicaron a componerle el rostro a Derek y mientras Iliar pensaba que era una pena para Milorad que Jovanka no tuviese un hermano al que él pudiese recurrir cuando la tzigani se ponía difícil, Dylan se preguntaba con consternación si Alexander iba a parecerse a Derek, porque si era así aunque fuese solo un poco, tendría que recordar preguntarle a Aleksèi cuántos ataques cardíacos podría sufrir antes de que su corazón se negase a seguir funcionando definitivamente.



[1] Viatairiv baldberevit nym kicyk sizviteliani : Volverás pronto mi pequeña princesa
[2] ¿Dum zughelbenvi? :  ¿Lo prometes?

[3] Dum zughelbeniv  :  Lo prometo
[4] ¡Ervat da zdy! :  ¡Fuera de aquí!
[5]  ¡Zdar!  :  ¡Ahora!

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