El Arkel estaba integrado por
una gran variedad de individuos con diversas habilidades, pero entre ellos
destacaban dos grupos, los que llegaban a serlo por su predisposición natural y
habilidades mentales, y los que por su formación militar escogían aquella
profesión, aunque de estos últimos la mayoría no pasaba de Havariks y a los que
lo lograban les llevaba algo más de tiempo entrenarse en el manejo de la
energía.
Los Lovets que acudieron al
llamado de James ese día eran de la clase militar, algo que él encontró
afortunado, porque aunque el protocolo a seguir cuando alguien acudía al llamado
de uno de sus compañeros era seguir sus órdenes porque era quien conocía la
situación, en ocasiones si los que acudían eran más antiguos podían presentarse
breves discusiones acerca de la conducta a seguir, pero no siendo así de
inmediato ambos se aprestaron a recibir las órdenes de James, pero su sorpresa
fue mayúscula cuando escucharon a Derek, y después de maldecir por lo bajo
James se volvió hacia ellos.
-
Háganse visibles, pero siéntense en la mesa más alejada y… -- se
interrumpió bruscamente al escuchar la discusión que tenía lugar a sus espaldas
Cuando Derek se acercó a la
barra murmurando acerca de la presencia,
el borracho que al parecer no estaba tan ebrio, lo miró y comenzó a reírse.
-
Hablar solo es muy mal asunto hijo, es señal de locura --
dijo sin dejar de reír, lo que obviamente le sentó muy mal a Derek
-
En primer lugar ciertamente estoy muy lejos de ser su hijo, y segundo mi salud
mental es mi problema y no el suyo
El encargado lo miró con
asombro porque ese no era el comportamiento habitual de aquel sujeto. Llevaba
alrededor de cinco años conociendo al hijo del Duque, desde aquellos lejanos
días en los que él y su hermano se colaban allí sin estar autorizados para
ello, y si bien el pequeño Lord nunca se había caracterizado por ser discreto y
era imposible no notar su presencia, jamás lo había visto dirigirse en términos
tan poco amistosos y casi groseros hacia nadie. De modo que llegó a la rápida y
lógica conclusión de que algo muy serio le sucedía y trató de desviar la
atención del otro hombre, porque también había sido testigo en un par de
ocasiones de las consecuencias de molestar mucho a Derek Arlingthon, y para los
infelices que lo habían hecho éstas no habían sido nada favorables.
-
¿Qué me decías Will? -- le preguntó al individuo que aun miraba con
rencor a Derek
-
Te meterás en problemas por dejar entrar aquí a niños malcriados -- dijo el tal Will
Aquello sin duda fue muy mala
idea, porque unos segundos después Derek casi lo había derribado de la silla, y
ahora el sujeto estaba haciéndose daño con la madera de la barra clavada en su
espalda.
-
¡Escúchame borracho infeliz…
Pero no pudo concluir porque
John, el encargado de la taberna llevaba muchos años ejerciendo su oficio y
había adquirido una enorme rapidez y destreza, de modo que había dado la vuelta saliendo de detrás de la
barra y ahora intentaba detener el desastre.
-
Milord no vale la pena -- le dijo pero sin tocarlo, porque considerando
quien era, aquello habría sido muy mala idea también -- Como sin duda lo habrá notado, Will ha
bebido en demasía y no es consciente de las tontería que dice
Derek lo soltó y luego de lanzarle
una mirada cargada de desprecio, fue a sentarse en el extremo más alejado de la
barra.
-
¿Milord? -- preguntó Will
-
Sí, y será mejor que vayas a tu casa o Mary terminará por cumplir su
promesa y acabarás viviendo en medio del bosque
-- le dijo
-
Eso sería afortunado -- dijo el sujeto pero seguía mirando a
Derek --
¿Quién es?
-
Alguien con quien no te gustaría tener problemas, créeme --
pero como Will seguía mirando en aquella dirección agregó -- Es
Lord Arlingthon, el hijo del Duque de Darnley, pero en caso de que fueses lo
bastante necio como para ignorar eso, te recuerdo que también es nieto de
Phillipe Saint-Claire e imagino que recuerdas la paliza que ese individuo le propinó
al infortunado tutor de su nieto en este mismo lugar, pero lo importante es que
tengas presente que el niño malcriado como
lo llamaste puede ser mucho más peligroso que su abuelo, así que hazme caso y
vete a casa.
-
¿Ese es el hijo de Lord
Arlingthon? -- preguntó con una nota de asombro en su
voz --
¡No puede ser! Hace poco era un bebé
-
Pues si prestas atención, el bebé
creció y puede resultar muy perjudicial para tu salud
Por la razón que fuese y la
misma estaba a pocos pasos de los dos hombres, Will obedeció y John respiró más
tranquilo, aunque algo le decía que la presencia de su distinguido huésped ese
día no estaría vestida de bromas y risas como era lo usual.
Después que el sujeto se
marchó los Lovets se hicieron visibles y se sentaron en la mesa más alejada.
Fueron atendidos y después le prestaron atención a James.
-
Ya lo vieron -- les
estaba diciendo -- normalmente
es un individuo agradable y de buenas maneras, pero por algún motivo está
furioso y eso no es bueno para nadie, así que mantengan los sentidos alertas
-
De acuerdo -- dijo uno de ellos --
¿pero puedes decirnos…
-
No, no puedo porque aún no lo
sabemos -- lo
interrumpió James que sabía exactamente lo que iban a preguntarle
En ese momento se presentó
otro Lovet y les informó que Istval no estaba en Cleves, pero había dejado el
mensaje de que en cuanto llegase fuese a Ipswich.
Un par de horas más tarde,
James y sus compañeros miraban con desconcierto a Derek que después de un rato
se había movido de la barra hacia una mesa, pero ni había pedido nada ni había
hablado con nadie, simplemente estaba allí mirando al vacío.
Tal y como había prometido
Istziar, estuvo de vuelta al atardecer. Al llegar escuchó que Madeleine y su
tío estaban allí, de modo que subió con sigilo a la habitación de los niños y
se quedó allí hasta la hora de la cena.
-
Señorita Raidenova -- dijo Kendall después de que Sophie le preguntase
a Istziar si había tenido un buen día
-- quiero ofrecerle mis disculpas
porque cuando usted vino a trabajar aquí, le pregunté qué días le resultaban
más convenientes para salir, y usted dijo que no necesitaba hacerlo, de modo
que yo asumí de forma muy desconsiderada que siendo extranjera no tendría usted
conocidos o a donde ir, pero quiero que sepa que si ha cambiado de opinión, a
partir de ahora puede fijar usted el día que le parezca más conveniente para
salir
-
Gracias milord -- dijo ella y luego Kendall se volvió hacia su
esposa -- ¿Dónde está Derek?
-
No lo sé, desde que salió esta mañana no ha regresado
Kendall arrugó el entrecejo
preguntándose dónde se había metido su hijo, porque aunque no dudaba que seguía
en sus andanzas, normalmente y aun cuando hubiese pasado todo el día fuera, se
presentaba a la hora de la cena.
Sophie por su parte ya
comenzaba a preocuparse, no solo por la prolongada ausencia de su hijo, sino
porque recordó que Madeleine había estado muy silenciosa ese día pero había preguntado
en reiteradas oportunidades por él, y ahora al ver el ceño de su esposo, se
preguntó si ellos sabían algo que ella no.
Y en el caso de Istziar estaba
bastante segura tanto de la razón para la desaparición de Derek, como de que
procuraría regresar a una hora en la que estuviese razonablemente seguro que no
iba a encontrársela.
Una vez finalizada la cena,
Istziar se excusó y fue a la habitación de los niños para asegurarse que
dormían y luego se retiró a la suya, pero no pudo evitar escuchar a Lady Arlingthon
cuando le decía con mucha preocupación a su esposo que temía que le hubiese
sucedido algo a Derek. Istziar se sintió mal y se preguntó si hacía bien
quedándose allí, y si no sería mejor prestar atención a su madre y marcharse.
Entre tanto el mencionado
individuo, se había pasado todo el día en la taberna de la posada, y si bien
durante la mañana se había comportado como si de una estatua se tratase, a
media tarde pidió una botella y la despachó con suma rapidez.
-
Esto es mal asunto --
dijo James
-
No creo que eso que bebe vaya a hacerle mucho efecto --
dijo uno de los Lovets
-
Puede que no a ninguno de
nosotros, pero a él sí --
aseguró James
Y sin duda tenía razón, porque
si bien Derek ya estaba en edad para beber y de hecho lo hacía, era lo que podría
llamarse un bebedor social, y a aquella velocidad y sin haber comido nada
durante lo que iba del día, James estaba seguro que en breve tendría que
recogerlo. Sin embargo, cuando iba por la tercera los Lovets pensaron que los
posibles problemas que pudiese ocasionarles aquel jovencito habían finalizado
al escuchar la inconfundible voz de Istval.
-
¿Qué está sucediendo James?
Evidentemente ninguno de ellos
podía verlo si él no quería, pero igual se alegraron mucho de escucharlo.
-
No lo sé a ciencia cierta,
pero lleva todo el día ahí sentado
-
¿Con esa compañía?
-
No, eso comenzó hace
aproximadamente una hora
Unos segundos después Istval
se materializó en la puerta y caminó hacia donde estaba Derek.
-
¿Se puede? -- preguntó sujetando la silla
-
No creo que seas del tipo al que puede impedírsele nada --
dijo Derek de forma más acertada de lo que pudiese haber pensado
-
¿A qué le debemos el lindo humor?
A continuación Derek se lanzó
en una furiosa diatriba acerca de lo poco confiable del carácter femenino, de
modo que después de unos minutos escuchando aquel atajo de barbaridades Istval gimió internamente,
porque aparte de todos los problemas que ya tenían, lo que menos necesitaban
era que Derek estuviese enamorado, y según lo que pudo entender, de alguien que
por algún motivo no podía tener. El asunto era que el chico no estaba lo
bastante ebrio como para mencionar el nombre de la afortunada, así que Istval estaba tan cerca de enterarse como de
alcanzar la luna. De manera que se dedicó a hacerle compañía y a intentar
reducir el veloz consumo de alcohol, porque coincidía con James en que si bien
lo que Derek estaba bebiendo era casi agua para ellos, definitivamente no era
el caso del chico.
Progresivamente la taberna
comenzó a llenarse de sus visitantes habituales, pero además venían también
tres sujetos que no eran ni
visitantes frecuentes ni humanos normales. De forma inmediata Istval miró hacia
donde estaban los Lovets y les advirtió quienes se acercaban para que se
preparasen porque no tendría tiempo de sacar a Derek de allí.
Derek era de la clase de
individuo cuyo porte altivo y distinción, gritaba a los cuatro vientos la
nobleza de su cuna aunque no hablase, y en realidad en ese momento lo estaba
haciendo por todo lo que no había hablado durante el día, de modo que los
recién llegados repararon en él de forma casi inmediata, porque aparte de lo
antes mencionado, aquellos sujetos ya eran criminales antes de convertirse en
Devrigs, lo que los hacía especialmente hábiles para detectar posibles
víctimas. La mala noticia para ellos, era que si bien estaban acertados en la
elección, no tenían idea de que estaban en el lugar equivocado, en el momento
equivocado y con los sujetos más equivocados del planeta, y apenas se formó la
intención en sus cerebros, Istval se encargó de aislar el ambiente y los Lovets los sacaron antes de que ellos
mismos se diesen cuenta de lo que había sucedido.
Un rato más tarde y cuando
Istval juzgó seguro llevar a Derek a su casa, y sabiendo que no aceptaría irse
por las buenas, se movió con rapidez y presionando un punto tras su cuello, lo
dejó inconsciente. Cargó con él y unos segundos después estaban a las puertas
de Darnley, envió a uno de los Lovets para asegurarse que todos estuviesen en
sus habitaciones y luego entró y lo dejó en la suya. Después de sacarle las
botas y cubrirlo con una manta, pasó por la habitación de su hermana.
Istziar ya estaba metida en la
cama leyendo, cuando sintió que la llama de la vela oscilaba.
-
Istval -- dijo
-
Zdravi kandly -- saludó él haciéndose visible
-
No me lo digas, viniste a saludarme
-- dijo ella
-
No, esta vez no. En esta ocasión vine a traer al pequeño lord Arlingthon
que decidió ahogarse en alcohol.
Ella lo miró y él fue
consciente de su preocupación, lo que no imaginó fue la razón y simplemente
pensó que como su hermana ya llevaba algún tiempo con los Arlingthon, eso era
lo que la hacía estar preocupada por el chico.
-
Descuida, de momento está bien y duerme, pero mañana será otro asunto y
querrá que alguien le quite la cabeza, así que si quieres podrías prestarle un
gran servicio preparándole lo que sabes lo va a aliviar -- le
dijo con su característica sonrisa burlona
-
¿Y tú estabas con él?
-
Ak
-
¿Por qué?
-
Eso no puedo decírtelo -- y cambió bruscamente de tema -- ¿Tú
cómo estás?
Se quedó unos minutos más y
luego se marchó, pero dejando a Istziar sumamente preocupada y haciéndose
muchas preguntas. Alrededor de una hora más tarde, Istziar se levantó y fue a
verlo. Entró con el mayor sigilo a la habitación, aunque según lo que le había
dicho Istval, le podía haber caído el techo encima y Derek no se habría
enterado.
Se acercó a la cama, le
acomodó las mantas y sin poder evitarlo le acarició el rostro, pero retiró la
mano con mucha rapidez y abandonó la habitación reprochándose por su necedad.
Hacía unas horas le había asegurado a su madre que era perfectamente capaz de
manejar la situación, y allí estaba a punto de cometer la enorme insensatez de
besarlo.
Esa noche Istziar no pudo
dormir, de modo que antes de que amaneciese ya había bajado a la cocina y había
preparado lo que sabía que Derek necesitaría al despertar, y aunque después de
eso atendió a sus deberes con los aykeris, estuvo atenta para saber cuando
Derek despertase.
Escuchó a Sophie entrar a la
habitación de su hijo y llamarlo suavemente, pero solo recibió como respuesta
algo similar a un gruñido, y luego la escuchó decirle a Lord Arlingthon con
cierto tono de disgusto que estaba segura que su hijo había estado bebiendo
mucho, a lo que él contestó diciendo que los jóvenes eventualmente lo hacían y
que como ese no era el comportamiento habitual de Derek, no había motivos para
preocuparse.
Poco después de mediodía,
Istziar terminaba de vestir a Lucía que había manchado sus ropas cuando escuchó
el timbre que avisaba a la cocina que el joven Lord Arlingthon solicitaba
servicio. Agudizó su oído y siguió atentamente los sonidos que provenían de la
habitación de Derek. Cuando escuchó que le subían una bandeja con lo que había
pedido, abandonó la habitación de los aykeris y detuvo a la doncella. No
representó para ella ningún desafío distraerla mientras colocaba unas gotas de
lo que había preparado en el café y después volvió con los niños. Un momento
después, Derek entraba a saludar a sus hermanos.
-
¡Derek! -- exclamaron los niños mientras corrían hacia
él
-
¡Ey! -- dijo él mientras se agachaba para recibirlos
en sus brazos
Istziar se excusó y abandonó
la estancia sin que él se molestase siquiera en saludar. Varios minutos más
tarde, escuchó que llegaba Aleksèi que venía a hacer su visita semanal a los
aykeris. Sin embargo, y como Derek seguía con los niños, Istziar decidió esperar
en su habitación hasta que Derek se marchase, con lo que no contó fue con que
Aleksèi quisiese hablarle y que Derek se ofreciese a ir por ella. De modo que
caminó a toda prisa hacia la puerta y chocó con él, con lo que quedó demostrado
que cuando las cosas están destinadas a suceder, suceden se quiera o no. Derek
la sujetó por los hombros de forma instintiva y comenzó a protestar.
-
¿Pero qué demonios…
Sin embargo, el choque con los
ojos que habían estado martirizando sus días, fue más de lo que el chico pudo
manejar y sin más trámite se apoderó de los labios que se habían convertido en
su imaginario paradigma de la dulzura. Istziar habría podido evitar aquello con
suma facilidad, el asunto era que la había vencido al menos de forma momentánea
el propio deseo y se rindió ante eso. Sin embargo, algo de cordura vino en su
rescate y aunque no quería hacerle daño a Derek, lo empujó empleando la menor
fuerza posible, pero aun así el chico casi cayó al piso y ella corrió hacia la
habitación de los gemelos. Pero si pensó que podía ocultar de algún modo su
agitación a un individuo como Aleksèi, no estaba ni cerca porque incluso antes
de que entrase ya él se había girado hacia la puerta.
-
¿Istziar qué…
Pero antes de que finalizase
ella había corrido hacia él. A pesar de la sorpresa, Aleksèi no perdió el
tiempo en inútiles preguntas y sin ninguna consideración invadió los
pensamientos de Istziar mientras le sujetaba el rostro bañado en lágrimas. Pero
para empeorar la situación, justo en ese momento entró Derek que parecía
igualmente agitado, y aunque Aleksèi podía con Istziar, ciertamente Derek era
otro asunto. No obstante, ya los pensamientos de Istziar le habían dado la
respuesta, así que miró a uno y a otro aun sin poder creerlo. Entre tanto, una
idea mucho peor y más descabellada que cualquiera que hubiese pasado por su
caótica mente el día anterior, había invadido los pensamientos de Derek al ver
a Istziar en brazos de Aleksèi, y nadie habría necesitado de poderes especiales
para interpretar con absoluta corrección la mirada asesina que le lanzó Derek a
Aleksèi en aquel momento, después de lo cual se giró y se marchó azotando la
puerta con la mayor violencia, mientras Aleksèi miraba a Istziar con los ojos
muy abiertos.
-
¡Ilè holls Jhains
kandly! [1] -- exclamó
y luego se llevó la mano a la cabeza y agregó -- Vyerìrvi sker hanovi nè zviels fariks [2]
Y aparentemente Istziar
compartía esa opinión.
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