LD3

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lunes, 22 de septiembre de 2014

Cap. 01 La Vida Continúa…



Desde el nacimiento de los gemelos Arlingthon,  la vida de esta familia había cambiado muchísimo.

Kendall se había visto obligado a viajar a Londres a finales del otoño después del nacimiento de los gemelos, y para su sorpresa al día siguiente de su llegada Brian se presentó en la residencia. La primera reacción de Kendall ya que tenía poco más de un año sin ver a su hijo, fue naturalmente de inmensa alegría, pero un rato después estaba discutiendo con él por tan larga ausencia. Sin embargo, el acompañante de Brian se había encargado de suprimir las protestas de Kendall y se había avocado a hacerlo hablar de lo que les interesaba, Dylan Danworth. Lamentablemente para ellos y afortunadamente para Dylan, éste había mantenido escaso contacto con Kendall y fue muy poco lo que pudieron obtener. Y aunque Kendall le insistió a Brian para que regresase con él a Darnley al menos el tiempo suficiente para ver a su madre y conocer a sus hermanos, éste se negó aunque le prometió hacerlo pronto.


Christopher había dejado de insistir con Derek y después del invierno se vio inmerso en los preparativos de su boda y tuvo que viajar en reiteradas oportunidades a Londres, de modo que el distanciamiento entre los hermanos se había convertido en un hecho irrevocable.

En la primavera tal y como se había planificado, Chris contrajo matrimonio con Amanda Alderton, quien se convirtió en la nueva condesa de Durham. Después del matrimonio, la pareja se fue a vivir a las propiedades asociadas al título y aunque a Sophie le dolió el corazón al ver partir a su hijo, finalmente lo aceptó como otra realidad de la vida.


Una vez que nacieron sus hermanos, Derek reanudó sus correrías convirtiéndose en una positiva amenaza pública y notoria.  Después del matrimonio de Christopher, Kendall conversó nuevamente con él, pero esta vez para participarle que en la venidera temporada social debían ir a Londres. Esto no entusiasmó de ninguna manera a Derek que estaba perfectamente satisfecho con la vida que llevaba, pero en atención a la súplica de su madre y a otro asunto que lo estaba molestando, había accedido a acompañar a su padre a Londres aunque bajo la condición de que no lo obligaría a comprometerse con nadie si el mismo Derek no lo deseaba.

Llegado el momento partieron hacia Londres, pero aquella fue la peor experiencia que pudo haber vivido Kendall en todos los sentidos. Derek naturalmente había sido un éxito inmediato, ya que no solo era sumamente atractivo y portador de unos apellidos de peso, sino que además poseía el refinado encanto de su sangre francesa, un alegre desenfado y una alta dosis de desvergüenza que hacía las delicias de las damas pero que despertaba la ira de los caballeros. Sin embargo, y aunque Derek recibía más invitaciones para visitar camas que veladas sociales, la larga experiencia adquirida en años anteriores si bien no le habían quitado lo osado, si lo habían vuelto hasta cierto punto más cauteloso, de modo que aunque por regla general no rechazaba las invitaciones de aquella naturaleza, se aseguraba de no cometer estúpidos errores que pudiesen colocarlo en posiciones comprometidas.

A pesar del cuidado que ponía Derek en el asunto, rápidamente se ganó la mala voluntad de los caballeros, y así como era amado por las mujeres era odiado con la misma intensidad por los hombres. Todo ello hizo que Kendall considerase por primera vez que había sido un enorme error llevar a Derek a Londres, pero al mismo tiempo se preguntó si su hijo no se comportaba de aquella manera con el único propósito de fastidiarlo, y para completar el cuadro, Derek prácticamente no se fijaba en las jovencitas casaderas, aunque de haberlo hecho Kendall dudaba que hubiese sido fácil pactar un matrimonio, ya que con su conducta difícilmente algún padre o tutor hubiese considerado la posibilidad a menos que le urgiese salir de la chica en cuestión, ya que Derek si bien seguía siendo un Arlingthon, no era portador de ningún título, al menos no aún.

Dada la tendencia de Derek a meterse en líos, James había recibido la orden de acercarse a él como amigo, pero también recibió la advertencia de proteger su naturaleza con el mayor cuidado en primera instancia, y segundo no mostrar en la medida de lo posible, nada que delatase sus poderes. Si los Levjaners habían tomado esa decisión, era en la creencia de que las conclusiones que habían sacado los hermanos Arlingthon estaban basadas en las charlas mantenidas con ellos, en su vestimenta y lógicamente en las intervenciones de los Lovets de las que habían sido testigos, y en ningún caso en la posibilidad de que alguno de ellos tuviese la percepción que se le adjudicaba solo a las mujeres Saint-Claire, y siendo que a todas luces James Harwich era un caballero inglés, pensaron que no corría ningún riesgo de ser descubierto por Derek.

Y fue de esta manera que James haciendo uso de sus habilidades, había ingresado al círculo social londinense y siendo que su título era del todo legal, fue presentado a los Arlingthon,  aunque en un principio pensó que aquel alocado jovencito podía dar muestras de que ya se conocían por el incidente en Ipswich, esto no sucedió aunque luego y en privado Derek le reiteró su agradecimiento por la ayuda que le había prestado. Pero a partir de aquel momento comenzó la amistad entre ellos y Kendall no podía estar más satisfecho, ya que consideraba al Conde de Bedford una buena compañía para su hijo.

Durante una de las muchas reuniones a las que habían asistido, se encontraron con Rachell, la hermana de Sophie y a quien Derek no había visto jamás pero de la que conocía su existencia tanto porque su madre les había hablado de todas sus hermanas, como por las opiniones poco favorables que sostenía su padre acerca de las mismas, y de aquella en particular no solo Kendall tenía una malísima opinión, sino Dylan también y eso lo recordaba muy bien Derek. De modo que aquel encuentro no lo había hecho especialmente feliz y menos aun que ella se mostrase tan desagradablemente melosa con él.

Sin embargo, Rachell no se hubiese mostrado tan interesada en su sobrino de no haber sido porque su cuñada había fallecido y ella tenía a su cargo la presentación en sociedad de la hija de ésta, y vio en Derek un posible y conveniente marido.

-         Derek  --  dijo Rachell acercándose al grupo donde se encontraba el chico y éste se giró

-         Mi lady  --  dijo con expresión neutra y muy alejada de la que solía emplear para dirigirse a cualquier fémina

Kendall que miraba la escena a pocos pasos y que había prestado atención al escuchar el nombre de su hijo, arrugó el entrecejo al ver a Rachell.

-         ¿Me permites un momento?

-         Por supuesto  --  dijo él chico pero sin moverse de donde estaba  --  ¿En qué puedo serle útil?

-         ¡Oh vamos querido!  --  dijo ella tratando de aligerar la tensión  --  Eres mi sobrino y no tienes que tratarme con tanta formalidad

-         Disculpe mi lady, pero los lazos de afinidad es necesario cultivarlos en el tiempo, y siendo que entre usted y yo no hay ninguno, la trato con la misma consideración y respeto que dispenso a todas las damas y de la única manera que puedo tratar a una desconocida

Rachell acusó el golpe pero decidió ignorarlo en beneficio de sus planes, de modo que siguió sonriéndole a su sobrino del mismo modo y continuó como si él no hubiese dicho nada.

-         A Lord Deveraux y a mí nos encantaría que nos acompañases mañana a la hora de la comida

-         Como acabo de decir, es posible que entre usted y yo haya un vínculo de sangre que me resulta imposible negar  --  dijo aunque estaba perfectamente al tanto que el mencionado vínculo no existía en realidad  -- pero no hay ni amistad ni afecto, y con todo respeto, es una situación que no tengo ningún interés en modificar  --  dicho esto hizo una ligera inclinación de cabeza  --  Con su permiso mi lady

Kendall que normalmente sentía deseos de ahorcar a su hijo,  en ese momento le resultó sumamente difícil ocultar la sonrisa y tenía verdaderos deseos de ponerse a aplaudir. En tanto que las damas con las que había estado conversando Derek y que se habían alejado un poco, compartían el mismo deseo de Kendall, ya que la ilustre Duquesa de Lamont no era especialmente querida entre ellas.

-         ¿No te parece que fuiste casi grosero con ella?  --  le preguntó James a Derek un poco después

-         La pena es no haber podido serlo más  --  le contestó él  --  esa mujer le hizo la vida miserable a mi madre y ya puede considerarse afortunada, porque de no ser un caballero, te aseguro que le habría ido mucho peor

Y eso era algo de lo que James no tenía ninguna duda, porque Derek Arlingthon podía ser encantador, gracioso y una inmejorable compañía, pero si lo molestaban él era personalmente testigo de lo peligroso que podía llegar a ser.

Alrededor de una semana después del encuentro con Rachell, James y Derek acababan de dejar a un grupo de damas, cuando James se tensó y  a continuación Derek lanzó una exclamación jubilosa.

-         ¡Brian!  --  y olvidándose de la formalidad corrió hacia su hermano

James se había girado y tuvo que hacer un enorme esfuerzo para disimular su sorpresa, porque aquel sujeto era un Devrig sin lugar a ninguna duda, al igual que los dos que lo acompañaban. Aunque James por efectos de la costumbre, siempre tenía bloqueada su energía, se aseguró de ello antes de aproximarse. Derek aun abrazaba a su hermano cuando James los alcanzó y se quedó a unos pasos de distancia.

-         ¿Cómo estás hombre? ¿Cuándo llegaste?

-         Apenas esta mañana  --  estaba diciendo Brian y luego pasó a presentar a sus amigos  --  Henri, Louis éste es Derek Arlingthon, mi hermano menor

-         Milord  --  dijeron ambos hombres haciendo una ligera inclinación al igual que Derek

-         Ya no soy el menor Brian, ese puesto ahora le corresponde a Alexander  --  y luego presentó a su amigo  --  James, él es Brian Arlinthon, mi hermano mayor  --  y mientras James se acercaba agregó  --  Brian, él es Lord James Harwich, conde de Bedford

Mientras se saludaban, James registraba los nombres de los otros dos para rendir su informe. Por lo pronto lo  único que sabía era que eran de origen francés, y al ver sus anillos se llevó la más desagradable sorpresa aun de saber que pertenecían al Clan Lothian, y después de un momento, logró ver la Slabira en el cuello de Brian que confirmaba el mismo origen y pensó con desánimo que las cosas se estaban complicando mucho.

Derek había localizado a toda prisa a su padre, y mientras éste conversaba con Brian, el chico tuvo consciencia de dos cosas. La primera, que no le agradaban los amigos de su hermano, y la segunda, que algo había cambiado en Brian, solo que no podía determinar exactamente qué.


Los gemelos Arlingthon eran unos chicos preciosos en opinión de los habitantes de Darnely. A diferencia de los otros hijos de Sophie, éstos no habían heredado ni el color del cabello de sus padre como sucedía con los mayores, ni el de los ojos, porque ambos niños aunque habían nacido sin un solo cabello, ahora que lo tenían éste era tan negro como la noche, e igualmente ambos tenían los ojos azul oscuro de  Sophie. De modo que en conjunto, aquellos dos eran más Saint-Claire que Arlingthon, algo de lo que solía quejarse Kendall, pero Sophie solo se reía y le decía que no fuese egoísta, ya que tanto Christopher como Derek eran tan rubios como él y era justo que alguno de sus hijos se pareciese más ella. Sin embargo, si bien los gemelitos tenían esas características de su madre, físicamente y aunque aun estaban muy pequeños, no se parecían ni a uno ni a otro.

Desde que Alexander era un bebé Sophie pensó que sería sumamente inquieto y definitivamente no se había equivocado, porque antes de aprender a caminar ya se trepaba a los muebles con suma facilidad, había tenido toda clase de accidentes y era capaz de enloquecer a Kendall en cuestión de segundos. Pero si pensó que Lucía sería más tranquila, ahí si no pudo haber estado más equivocada, ya que aquella pequeña personita era un terremoto en toda la regla y entre ambos tenían a todo Darnley de cabeza. Por fortuna Istziar tenía una paciencia envidiable y nunca  había presentado ni una sola queja con respecto a los niños.

Para tranquilidad de Sophie los niños eran muy sanos y al menos hasta ahora que estaban por cumplir tres años, no se habían enfermado ni una sola vez. Lo único que preocupaba a Sophie que a diferencia de otras madres no dejaba todo lo concerniente al cuidado y atención de los niños en manos de la institutriz, era los problemas que estaban dando ambos para aceptar los nuevos alimentos que ella intentaban introducir en su dieta. Mientras su alimentación se había basado en papillas y  jugos de frutas no hubo problemas, pero en cuanto comenzó a intentar hacerlos comer otros alimentos más sólidos como carne o huevos los niños lo rechazaron, y hasta la fecha no habían logrado que eso variase y dudaba que al menos en lo concerniente a las carnes de aves y a los huevos eso fuese a cambiar nunca, porque si bien las otras cosas las rechazaban después de un par de bocados, con aquellos dos alimentos simplemente se iban en vómito con solo olerlos.

Como Chris se había marchado de Darnley antes de que los gemelos cumpliesen un año de edad y lo veían muy poco, no habían desarrollado mucho apego por él, en cambio a Derek lo adoraban y cuando el chico se había marchado a Londres con su padre, los niños habían estado decaídos y preguntaban constantemente por él, e incluso Sophie llegó a temer que enfermasen de verdad, sobre todo Lucía que era a quien el chico consentía más.

-         Lucía quiee Deek  --  decía a cada momento la gemela que por algún motivo aun no pronunciaba la r y hablaba de sí misma en tercera persona

Istziar se había aplicado al máximo e incluso había solicitado la ayuda de Aleksèi para intentar aliviar la depresión de los niños, pero nada había dado resultado, algo desde todo punto de vista insólito tratándose de unos bebés. Y aunque todo volvió a la normalidad una vez que Derek regresó, Aleksèi siguió preocupado y decidió reunirse con Haliq que tenía más años y más experiencia. Sin embargo, el veldeky no solo no tenía más idea que él de qué hacer, sino que se mostró muy sorprendido de que dos Devrigs con tantos años como Istziar y él, no fuesen capaces de manipular las mentes de dos recién nacidos. Pero como había pocas cosas que Aleksèi soportase menos que estar sin respuestas, se fue derecho Levzheir y pidió autorización a Istvan para reunirse con los Levjaner-Leyvychtel, pero cuando le dijo que era un asunto relacionado con los aykeris, Istvan decidió que tratándose de algo que a todos interesaba, reunir no solo a los Levjaner antiguos sino a los actuales también, de modo que le pidió a Aleksèi esperar hasta media noche para reunirlos a todos.

-         Bien Aleksèi  --  dijo Istvan esa noche cuando todos estuvieron reunidos  --  ¿Qué es lo que está sucediendo con los aykeris?

-         No se trata de que esté sucediendo nada porque están perfectamente, el asunto que me tiene preocupado es que ni Istziar ni yo podemos manipular sus mentes.

-         ¿Disculpa?  --  dijo Iliar en tono de incredulidad

-         Inicialmente Istziar pensó que estaban muy pequeños para comprender una orden, aunque eso era absurdo porque sabemos que no es necesario que nadie comprenda una orden para ejecutarla tenga la edad que tenga, pero ella lo pensó y no me comentó nada. No obstante, más recientemente y segura de que ya los niños eran capaces de seguir órdenes sencillas de su día a día, se presentó una situación que los afectó emocionalmente y fue cuando Istziar solicitó mi ayuda, pero tampoco yo puede hacer nada.

-         Espera  --  dijo Iván  --  cuando dices una situación emocional, te estás refiriendo a qué exactamente

-         Uno de sus hermanos al que están muy unidos salió de viaje y los niños comenzaron a dar muestras de depresión. Istziar no tiene entrenamiento para equilibrar centros nerviosos a ese nivel, de modo que yo lo hice, pero si bien los niños se tranquilizaban, no había forma de distraerlos con otras cosas ni ordenarles directamente que dejasen de pensar en su hermano. Aparte de eso y en otro ámbito, Istziar me informó acerca del rechazo de los niños hacia las comidas que habían sido hechas con especias, su madre piensa hasta ahora que rechazan las carnes, pero no es eso, simplemente no toleran los sabores fuertes y lo que sí rechazan de forma absoluta son las carnes de cualquier ave, los huevos y la avena.

En ese punto Itlar e Yvaylo se miraron, algo que no pasó inadvertido a Istvan y los interrogó al respecto antes de que Aleksèi continuase.

-         Con respecto a eso último  --  dijo Yvaylo  --  es posible que solo sea una cuestión hereditaria, porque el Rybik no tolera ninguna de esas tres cosas.

-         De acuerdo  --  dijo Aritz  --  esa condición puede explicar eso en particular, pero no lo demás.

-         ¿Iliar?  --  preguntó Istvan y el aludido negó  --  ¿Anatoly?  --  misma respuesta  --  ¿Iván?  --  e igualmente éste negó  --  ¿Haryk?  --  pero su padre estaba en las mismas, de modo que Istvan miró a Darko y a Kireg que eran los Levjaners más antiguos

-         Me parece que estamos lidiando con algo que no conocemos, porque los únicos mydevrigs que conocemos no observaron el mismo comportamiento  --  dijo Kireg

-         Hasta donde sabemos, todos los mydevrigs tienen un comportamiento y desarrollo más o menos cónsono con el de cualquier humano hasta una edad comprendida entre los quince y veinte años, de modo que coincido con Kireg y aquí estamos a ciegas  --  dijo Darko  --  Pero aunque es arriesgado decirlo en este momento, a juzgar por lo que está diciendo Aleksèi, es posible que estos aykeris al ser portadores de sangre Siglair y Yaroslávich, posean características únicas y tal vez incluso poderes diferentes o que se manifiesten antes del tiempo estimado. De modo que sugiero una muy estrecha  vigilancia para evitar sorpresas y prevenir desastres.

-         Y sobre todo es esencial evitar que sean descubiertos por las personas equivocadas  --  agregó Milorad


Ninguno de los presentes sospechaba lo cerca que estaba de suceder esto último y la amenaza que se cernía sobre los aykeris.