LD3

LD3

domingo, 10 de mayo de 2015

Una vuelta más (Epílogo)

(Epílogo)

Después que Dylan había matado a Swaney y mientras contemplaba el cuerpo que se desangraba ante sus ojos, fue consciente de que a pesar de que había querido hacer aquello y decididamente aquel desquiciado merecía morir, eso no le proporcionaba  satisfacción, ni ninguna sensación de paz o sosiego y por el contrario el dolor no solo seguía allí sino que parecía aumentar con cada latido de su corazón, un corazón hecho pedazos pero destinado a seguir latiendo dolorosamente por tiempo indefinido.
Sin embargo, una vez que Henri, Louis y Tommy habían acabado con los hombres de Swaney, Henri se acercó a Dylan.
-         ¿André?  --  preguntó y aquello pareció sacar a Dylan de su abstracción
-         ¿Sabes dónde encontrarlo?
-         No con exactitud pero tengo varias ideas aproximadas
Dylan pensó que aquello era mejor que nada y se pusieron en camino. Sin embargo, pasaría un tiempo antes de que se enterasen de lo inútil de su búsqueda.

Iyul con ayuda de su padre había detenido a Lucien mientras Istval y Edin sujetaban a André. Unos minutos más tarde estaban de nuevo en Darnley y André tuvo una fugaz visión del desastre antes de que lo introdujeran en el castillo y como parecía haber recuperado la voz no pudo guardar silencio.
-         ¿Por qué me traen aquí?
-         ¡Cierra la boca!  --  le dijo Istval
En realidad si por él hubiese sido le habría arrancado la cabeza sin más trámite en la cueva porque había suficientes pruebas de que había atentado contra la sangre real y no contra uno sino contra tres, de modo que eso suprimía la necesidad de más averiguaciones, pero habían recibido la orden silenciosa de Iziaslav para trasladarlo a Darnley y eso no era susceptible a ser discutido.
Habían llegado al piso superior y André fue empujado sin ceremonias al interior de la habitación, pero fuera lo que fuere lo que André hubiese podido esperar, ciertamente no era encontrarse ni en aquel lugar ni en presencia de las dos pequeñas personas que lo miraban en aquel momento con el más frío odio, pero también registró con rapidez otras dos presencias que no podían haberlo sorprendido más, las de Phillipe y Madeleine ¿qué demonios hacían ellos ahí? Sin embargo, otra cosa llamó su atención y pasó la vista de Phillipe a los niños y luego a Iziaslav y en todos vio los mismos ojos y casi los mismos rasgos, pero no tuvo ocasión de pensar mucho más porque Iziaslav le estaba hablando
-         Por tu expresión asumo que sabes quiénes son ellos ¿no?  --  le preguntó señalando a los niños
André nunca en todos los años que llevaba siendo un Devrig, había estado en presencia de Iziaslav porque se suponía que aquel individuo no abandonaba La isla, pero ciertamente no necesitaba que nadie le dijese quién era porque el parecido con sus hijos era en extremo notable, y de no haber sido así, la forma en que se conducía y la arrogancia que brotaba por cada poro de su piel gritaban en forma escandalosa su condición y posición, de modo que entendió que lo que menos le convenía era contrariarlo, menos aún conociendo todas las historias que circulaban con respecto a  él de las que por lo menos una ya la estaba comprobando con el mencionado parecido, y si el hijo era como era, no quería imaginarse cómo sería el padre. El asunto era que pensando todo eso se había tomado más tiempo del que ellos parecían considerar prudente para contestar.
-         ¡Tu sozdatel te acaba de hacer una pregunta misbar nekasny!  --  dijo Istval dándole un golpe en la cabeza
-         Sí, sé quienes son
-         ¿Y puedo saber cuál es tu interés en ellos?
-         Ninguno
-         Claro  --  dijo Iziaslav en un tono irónico que le recordó vívidamente a Lucien  --  a mí me parece que cuando se manda a matar a alguien eso demuestra mucho interés
-         Yo no…
-         Evita decir que no lo hiciste  --  lo interrumpió Iziaslav acercándose
André era definitivamente un imbécil y aunque lo había demostrado en incontables ocasiones con anterioridad, volvió a hacerlo al abrir la boca de nuevo
-         No sé por qué me trajeron aquí, pero no pueden acusarme sin un juicio y las debidas averigua…
Iziaslav lo miró en forma peligrosa y a continuación lo sujetó por el cabello y lo arrastró hacia donde aun estaba el cadáver de Kendall   
-         Esto es obra tuya  --  y tirando de él hasta la cama  --  al igual que esto  --  dijo señalando a Sophie  -- ¿Crees realmente que necesitas y sobre todo que mereces un juicio?
-         Yo no los maté
-         Claro que no, eres demasiado cobarde para eso  --  lo lanzó al piso con violencia y se giró  --  Istval
El Lovet se acercó a André y sujetándole el rostro clavó sus fríos ojos en los suyos y un segundo después André emitió un quejido pero Istval no se detuvo hasta unos segundos más tarde aunque a André le parecieron siglos de tortura. A continuación Istval les hizo un relato de lo que había descubierto y aunque lo sabían culpable, escuchar a Istval solo acrecentó la ira colectiva.
-         Vas a morir desgraciado  --  dijo Iyul
-         Según las leyes que ustedes mismos han dictado tengo derecho a…
-         ¿Derecho?  --  lo interrumpió Iziaslav  --  ¿Tú te atreves a esgrimir “derechos”? ¿Qué sucedió con los derechos de Brian Arlingthon? A quien le quitaste su derecho a una vida normal ¿Y qué sucedió con los derechos de estos niños?  --  dijo señalando a los aykeris  --  A quienes les suprimiste el suyo a crecer al lado de su madre. ¿Qué sucedió con los derechos de tu sizvitel? A quien le debías respeto y obediencia y a quien acabas de arruinarle la vida. El único derecho que tienes es a escuchar los motivos por los que vas a morir, pero como la lista sería demasiado larga, confórmate con lo que acabo de decirte y es mucho. Tu juicio acaba de finalizar Montreuil y has obtenido más de lo que mereces al ser juzgado por aquellos a los que no tenías derecho ni a mirar.
André tenía cara de espanto, pero este se convirtió en franco terror cuando vio a Lucien avanzar hacia él.
-         La primera vez que te atrapé intentaste matarme, te perdoné y te advertí que pusieses el mayor empeño en que yo no volviese a verte  pero decidiste no escucharme  --  el terror de André crecía al verle los ojos a Lucien y al escuchar la helada voz que se le colaba en las venas  -- Más recientemente te advertí que no te acercaras a Dylan y volviste a desobedecerme, lo trágico para ti es que todo te sale mal Montreuil, porque Dylan sigue vivo y los niños también, lo único que conseguiste con la muerte de los Arlingthon fue causar un dolor criminal por el que ahora tú vas a morir, pero si piensas que lo harás en forma misericordiosa, solo demuestras una vez más tu incapacidad para juzgarnos, porque vas a morir sí, pero lo vas a hacer de la forma más dolorosa posible  --  Lucien dijo todo esto con una calma invernal que desmentía al ira que gritaban sus ojos carmesí  --  Istval, Edin  --  llamó  --  ustedes fueron los que más se esforzaron en cazar a este desgraciado así que son los encargados de deshacerse de él, y quiero ver los pedazos esparcidos por toda la tierra conocida ¿está claro?
Sin embargo, antes de que ninguno de ellos pudiese moverse André se llevó las manos a la cabeza y cayó gritando de dolor. Iziaslav miró a Istval porque en ausencia de Iván era su única posibilidad pero los Levjaners miraban a la pequeña Lucía que se había retirado de al lado de la cama y había avanzado hacia donde estaba André, pero fue Istvan quien trató de detenerla.
-         Ilè greykarik larsèvirier, vi hore njà sizvitelini, voch diletvirvi… [1]
-         No me digas qué puedo o no hacer Istvan  --  lo interrumpió ella  --  Este hombre es el culpable de que mi madre esté muerta
Aunque Lucien le había dado la orden a Istval y a Edin, no podía dejar de sentir una enorme satisfacción al ver a André retorciéndose de dolor. Sin embargo, aunque a Lucien pudiese parecerle bien, Iziaslav parecía sustentar otra opinión porque se inclinó al lado de la niña para detenerla
-         Nidly, entiendo tu rabia y tu dolor, pero es un criminal y no vale tanto como para que una princesa sea quien le de muerte
Lucía decidió obedecer a su abuelo y liberó a André que cayó de bruces sangrando por la nariz. Lucien se acercó y lo empujó con el pie hasta que quedó boca arriba.
-         Te advertí que tu muerte iba a ser dolorosa y acaba de comenzar. ¡Llévenselo!
Madeleine y Phillipe habían sido testigos mudos de todo aquello y al menos en el caso de Phillipe, estaba a medio camino entre la sorpresa y el terror, porque si bien era cierto que en todos los escritos del legado Saint-Claire se describía a los Devrigs como seres crueles, salvajes y sanguinarios, en el tiempo que llevaba relacionado con ellos no habían dado muestras de nada de eso y ciertamente él no había sido testigo de ese comportamiento, pero ese día había visto mucho más de lo que habría esperado, y lo que posiblemente más  había impresionado a Phillipe eran las reacciones de los niños, lo que lo hizo tomar consciencia plena y por primera vez de lo que los pequeños habían nacido siendo.
Madeleine aunque no había dejado de sorprenderse, parecía más clara en todo el asunto y sin importar todo aquello de lo que había sido testigo, estaba muy lejos de juzgarlos porque pensaba que si ella hubiese dispuesto de un poder como el suyo, no habría actuado de forma diferente.
Una vez que se llevaron a André, los niños se acercaron a Iziaslav y él los alzó a ambos pero mientras Lucía había escondido el rostro en su cuello, Alex lo miraba directo a los ojos.
-         ¿Dónde está papá?
Phillipe había estado esperando aquella pregunta durante todo el tiempo que habían permanecido en la habitación con los niños, y había agradecido al cielo que no la hubiesen hecho, pero ahora entendía que de alguna forma los gemelos sabían que él no habría podido responder y se la estaban haciendo a quien ellos pensaron que si podría. Sin embargo, y según lo que escuchó a continuación, aquel individuo tampoco podía.
-         No voy a mentirles, me gustaría mucho poder decírselos pero no es así porque no sabemos dónde está
-         Pero lo van a encontrar ¿no?  --  preguntó Lucía
-         Aunque no sé cuánto tiempo nos tome eso, les prometo que lo vamos a encontrar
-         ¿Y qué va a pasar con nosotros?  --  preguntó ahora Alex
-         ¿Y dónde está Yvaylo?  --  preguntó casi al mismo tiempo Lucía
A Iziaslav le dolió el corazón al percibir la angustia que los embargaba y el dolor de sus pequeños corazones, ambas cosas por demás lógicas. Acababan de perder a su madre, su padre estaba desaparecido, sabían que de momento Istziar y Derek que eran los otros dos pilares de sus vidas, estaban en el Haigala y aunque también estaban habituados a Madeleine y a Phillipe, de alguna manera los niños parecían saber que ellos no pertenecían a su mundo. Por otra parte, desde que se había establecido la rutina de pasar los días en Livingstone, Yvaylo se había convertido en su compañero de juegos y los cuidaba cuando Dylan estaba ocupado o cuando estaba con Sophie, de modo que la pregunta de Lucía obedecía no solo a que realmente habían llegado a querer a Yvaylo sino a que en ese momento lo veían como la única persona a la que podían aferrarse en medio de aquel caos, de manera que no le resultaba fácil ni agradable a Iziaslav tener que decirles que él tampoco estaba disponible por el momento.
-         No deben preocuparse por nada nym kicyks, somos muchos los que los queremos y vamos a ocuparnos de ustedes mientras el Rybik regresa a casa  --  dijo contestando primero a Alex  --  En cuanto a Yvaylo, lamento decirles que resultó seriamente herido y en este momento está en el Haigala
Al escuchar eso, inesperadamente y para sorpresa de los que la conocían bien, Lucía comenzó a llorar con desconsuelo, pero Iziaslav determinó que era por lo que había estado pensando él hacía unos segundos, Yvaylo se había convertido en una figura importante en la vida de los niños y en medio de toda aquella catástrofe sin duda esperaban poder contar con él.
-         Danmidam nidly, holl seirdim ev lavyl [2]  --  le dijo Iziaslav
Le hizo una seña a Janos que se acercó enseguida y colocó a los niños en sus brazos, y luego miró a los Saint-Claire.
-         ¿Podemos hablar un momento?  --  le preguntó a Phillipe
-         Claro, venga por aquí  --  le dijo él
-         No es necesario, podemos hacerlo aquí
Phillipe y Madeleine ya sabían quién era aquel sujeto porque Aleksèi se los había dicho, pero ellos habían pensado en forma similar a André que la información no habría sido necesaria porque su identidad saltaba a la vista, pero por muy soberano que fuese, y aunque Phillipe no sabía que quería decirles, pensaba que tal vez los niños no debían escucharlos.
-         No te preocupes Phillipe, nadie va a escucharnos 
Aquello sorprendió a Phillipe pero no a Madeleine que ya había vivido una situación similar con Istval.
-         Asumo que las presentaciones aparte de tardías son innecesarias, de manera que solo quiero decirles un par de cosas. La primera que tal vez no haya nadie que lamente todo esto más que yo, porque soy directamente responsable de mucho de lo sucedido. Y la segunda, que aunque sé que han sido ustedes debidamente informados de la situación general, tal vez piensen que el estatus de Dylan en nuestra comunidad es meramente nominal pero no es así. El Rybik no solo hizo posible la remisión de la maldición que pesaba sobre nosotros en virtud del amor que siempre sintió por tu hija, sino que ya con mucha anterioridad se había ganado nuestro respeto y nuestro amor, de manera que sí es príncipe de nuestra raza es más por lo segundo que por lo primero, así que los aykeris son tan nietos tuyos como míos porque llevan nuestra sangre, la de tu hija y la del que a todos los efectos es mi hijo ya que la sangre que corre por sus venas es la mía  --  hizo una breve pausa y continuó  --  Es posible que ustedes no encuentren agradable considerarse nuestros parientes pero lo son, de modo que por eso y por todo lo anterior, les ofrezco refugio en Illir que es nuestro hogar y el suyo por derecho de sangre. Los niños nos necesitan a todos y espero que comprendan esto y acepten mi propuesta con el mismo espíritu que se las ofrezco.
Madeleine que no había dejado de llorar prácticamente ni un momento durante las últimas horas, lo miró a través del velo de las lágrimas y aunque sentía la necesidad de decirle algo a aquel hombre cuyo sufrimiento sentía tan genuino, tenía la garganta bloqueada por un grueso nudo y no lograba que las palabras se abriesen paso. Y en el caso de Phillipe aunque su dolor no era menor, tuvo algo más de éxito que su sobrina.
-         Le agradezco mucho su ofrecimiento pero no puedo dejar todo esto así, tengo que encargarme de…  --  en este punto las cosas se le pusieron difíciles y miró hacia la cama perdiendo la batalla con las lágrimas, pero se esforzó en continuar  --  … de mi hija y aun tengo otro nieto al que no sé cómo voy a explicarle lo sucedido aquí hoy, pero quiero que sepa también que no pretendo discutir sus derechos sobre los niños, me conformo con que me permitan tener acceso a ellos porque…  --  aquí volvieron a fallarle las fuerzas
-         Phillipe, en primer lugar no tienes nada que agradecer porque como te dije todos ustedes tienen el derecho a contar con nuestra protección. Segundo, aunque no pude darle nada en vida a tu hija, puedo ofrecerle un lugar de descanso digno  --  dijo mirando hacia la cama  --  En tercero, permítenos ayudarte con Christopher, sé que será duro pero podemos darle una explicación razonable y encargarnos de que no albergue sospechas. Y por último, jamás intentaría negarte tus derechos sobre los niños.
-         Gracias  --  alcanzó a decir Phillipe y luego agregó  --  ¿En verdad no tienen idea de dónde puede estar Dylan?     
-         Ideas podemos tener y de hecho ya Istvan se está encargando de la verificación de las mismas, pero eso no garantiza que vayamos a hallarlo muy pronto, la última vez que desapareció transcurrieron alrededor de tres semanas antes de que pudiésemos dar con él, aunque espero por el bien de los aykeris que en esta ocasión no nos tome tanto tiempo  --  dicho esto miró a Madeleine y dio un paso hacia ella  --  Gracias  --  ella lo miró en extrañeza pero él sonrió y elevó una mano secando las lágrimas que aun corrían por sus mejillas  --  por aceptarnos sin juzgarnos y por confiar en nosotros  --  hizo una breve pausa y aunque repentinamente sus ojos se llenaron de lágrimas, agregó  --  Físicamente no te pareces tanto a ella, pero posees su fuerza, su sabiduría y su valor
Ni Phillipe ni Madeleine necesitaban que les dijese de quién estaba hablando y repentinamente Madeleine sintió el impulso de refugiarse en aquellos brazos y un segundo después había sido envuelta por éstos y lloraba en el pecho de Iziaslav.

La hora previa al amanecer los sorprendió dándole una última mirada a aquel escenario de destrucción. Iziaslav llevaba en brazos el cuerpo de Sophie, Iyul había alzado a Lucía, Lucien tenía de la mano a Alexander, Istvan se había acercado a Madeleine, y Adrian sujetaba a Phillipe.
-         Es hora de volver a casa  --  dijo Iziaslav y sin más dilación emprendieron el regreso
Hacía mucho tiempo que la rueda del destino estaba en movimiento, las acciones y las decisiones de los protagonistas de la vida generaban otras, buenas o malas según los ojos que las juzgasen pero así era la vida y no se detenía. Para algunos era muy corta, muy larga para otros, infinita para un reducido grupo y eterna para todas las almas. La madre naturaleza dotó al ser humano de pensamiento y de libertad, dependería siempre de cada quien cómo emplear ambas cosas. En ocasiones el pensamiento podía crear grandes obras, levantar imperios y muchas otras cosas que aun estaban por venir, pero también podía ser el engendrador de ambiciones desmedidas, tiranías crueles, muerte y destrucción. En el hombre coexistían tanto la capacidad de construir como la de destruir, la de amar y la de odiar, la estabilidad del mundo siempre dependería de hacia dónde se inclinase la balanza. Algunos de los protagonistas de esta historia habían recorrido el camino de un extremo a otro, se habían desplazado entre la maldad y la bondad, entre lo justo y lo injusto, entre la luz y la oscuridad, entre el amor y el odio, pero aun parecían no haber encontrado el punto medio. La rueda del destino había completado una vuelta más en su interminable girar y habían sido arrastrados de nuevo a la destrucción, ahora solo restaba recoger los pedazos y continuar, porque aun seguía intacta la sangre real y ellos eran los responsables de la continuidad de… La Dinastía.




[1] Ilè greykarik larsèvirier, vi hore njà sizviteliani, voch diletvirvi…: Por favour alteza, tú eres una princesa, no debes…
[2] Danmidam nidly holl seirdim ev lavyl: Tranquila Linda, todo va a estar bien

Cap. 71 Después



Cuando los Yaroslávich subieron de nuevo y entraron a la habitación de Sophie, ya Dylan no estaba allí. Iziaslav se acercó junto con los niños a la cama y tuvo que hacer el mayor de los esfuerzos por conservar la calma. Usualmente le dolían todas las muertes de los Saint-Claire, especialmente si éstas eran violentas, pero en aquel caso concurrían varias cosas que hacían de aquel deceso mucho más difícil de llevar. La primera, que había retrocedido en el tiempo y le parecía estar viendo a Seren, de manera que todo el horror de lo que él mismo había hecho, la culpa y el dolor de la pérdida se manifestaron en toda su intensidad. Segundo, aquella era la mujer del Rybik y al propio vino a sumarse el dolor de Dylan y el saber con la mayor exactitud lo que él chico estaba sintiendo. Tercero, ver la expresión de Lucien que aunque había evitado acercarse a la cama, había registrado con precisión la similitud sino de las circunstancias de aquella muerte con la de su madre, sí la semejanza de la escena y eso era como echar sal en una herida que no había cerrado nunca. Y cuarto, el estar sintiendo con brutal intensidad el sufrimiento de las dos pequeñas criaturas que en aquel momento lloraban con las cabecitas apoyadas en el pecho ensangrentado de su madre, sufrimiento éste al que Lucien ni empeñando toda su voluntad en ello, pudo sustraerse de experimentar, porque no solo fue como verse a sí mismo siglos atrás llorando sobre el cadáver de su madre, sino que estaba sintiendo de hecho y sin poder evitarlo el dolor de los niños.
Iyul no estaba mucho mejor, pero fue capaz de controlarse con algo más de éxito. A Janos le habría gustado estar muy lejos de allí porque era como estar inmerso en algo ya vivido. Y en el caso de Phillipe estaba seguro que no podría superar aquello.
Lucien consiguió a muy duras penas despegarse, caminó hacia el cadáver de Kendall y lo miró con desprecio. Él sabía como había dicho Iyul más temprano, que Kendall Arlingthon tal vez había sido una víctima inocente del juego macabro de los Lothian, pero de lo que no era inocente y era algo de lo que Lucien estaba absolutamente seguro, era de no haber sabido que Dylan amaba a Sophie más allá de la razón, y por lo tanto era algo que si Dylan estaba - o aunque lo estuviese en el futuro - dispuesto a perdonar, él no, y pensaba que aquel cretino merecía estar como estaba. Mientras extraía la daga que aun estaba en el pecho de Kendall, sus ojos tropezaron con un objeto brillante, se trataba del colgante que Dylan le había dado a Sophie, de modo que lo recogió y se lo guardó en el bolsillo. Posiblemente no pronto, pero algún día Dylan querría tenerlo.
Iziaslav hizo acopio de valor y le dio una orden a Janos que fue ejecutada de inmediato, de modo que un momento después, el escuadrón de Istval hacía acto de presencia.
-         Dejavrys, los hago responsables por la seguridad de los sizvitels, nadie entra y nadie sale de esta habitación hasta que yo regrese
-         Ak sarì  --  dijeron todos
Mientras Iziaslav les hablaba a ninguno de ellos se le escapó el famoso cambio de color en los ojos de su soberano que mientras les daba su orden, habían cambiado de azul a violeta y en cuanto había terminado, habían pasado violentamente al color de la sangre. Acto seguido había abandonado la habitación en compañía de los príncipes y de Janos que llevaban una expresión no muy diferente.
-         Todos los kraviaciks nos temen  --  dijo Axier  --  pero de seguro que ni sus peores pesadillas se asemejan a lo que les espera a los muy desgraciados
Aquella afirmación no era que estuviese cerca de la realidad sino que ésta última la superaba por mucho, ya que en cuanto esos sujetos salieron, los Lovets y los Havariks prácticamente tuvieron que hacerse a un lado ante el furioso, salvaje y sangriento ataque de aquellos cuatro individuos que no se conformaron con matar a los Lothian según los tradicionales métodos de arrancarles la cabeza o utilizar sus Dykaris y de hecho éstos últimos no aparecieron en ningún momento, sino que literalmente desmembraron sin ninguna compasión a cada uno de los desdichados que tuvieron la mala fortuna de atravesarse en su camino. Por un momento los hombres que habían sido hechos presos por los Lovets y estaban heridos o custodiados, pensaron que era una suerte que así fuese, pero no podían estar más equivocados porque una vez que habían acabado con todos, los cuatro se dirigieron al grupo de detenidos y siendo que a ningún Lovet en su sano juicio se le habría ocurrido interponerse, se hicieron rápidamente a un lado y fueron testigos de cómo eran aniquilados casi todos, estuviesen en condiciones de defenderse o no.
Darko, Anatoly, Milorad y Kierg, tomaron la decisión de detener aquello porque esos hombres se habían rendido, pero no les resultó sencillo y casi pierden sus propias cabezas en el proceso. Sin embargo, finalmente lo habían logrado aunque no habían conseguido salvar más que a unos pocos, cuyas mentes sin duda vivirían atormentadas con las imágenes que permanecerían en ellas torturando sus noches por el resto de sus vidas y que habían vestido de realidad la leyenda de que aquellos cuatro individuos eran la personificación de los demonios del infierno.

Los Korsacov, Iliar e Iván habían llegado con Istziar, Derek y Boris al Haigala y unos segundos después llegó Krasmir - a quien habían pedido que localizase a los Shahim -  con éstos. Haliq se hizo cargo de Derek y Haris de Istziar y Boris. Esta disposición no tenía nada que ver con las habilidades de los veldekys porque ambos lo eran y confiaban en ellos por igual, lo que sucedía era que mientras normalmente los guerreros especialmente los muy problemáticos como Istval, Iliar e Iván recurrían a Haris que a pesar de ser más joven era poco conversador, mucho menos entrometido que su padre y se había acostumbrado a correr de un lado a otro con sus emergencias sin hacer una indebida cantidad de preguntas, mientras que Haliq era un individuo paciente y más conversador que su hijo, por lo que los nyas solían sentirse mejor con él ya que les explicaba en forma paciente todo lo relativo a su nueva condición y los atendía con esmero si estaban muy heridos. En el caso de Derek si bien no necesitaba mayores explicaciones porque estaba perfectamente al tanto de todo cuanto había que saber, sí había sido brutalmente atacado y su recuperación sin duda iba a ser muy dolorosa, pero adicional a eso y aunque poseía la información, una cosa era saberlo y otra muy distinta vivirlo, de manera que necesitaría cuidados y paciencia porque no sabían cómo iba a tomarse aquello.
Una vez que los veldekys habían llegado, los Levjaners decidieron regresar y llegaron justamente en el momento en el que Iziaslav, los sizvitels y Janos estaban masacrando a los detenidos y los LL intentaban tranquilizarlos, de modo que Iván corrió hacia ellos e hizo uso de sus poderes logrando así detener todo más rápido.
Cuando todo había finalizado y miraron a su alrededor, el escenario era terrorífico. Todo era sangre, cenizas y destrucción. Había cuerpos mutilados a donde quiera que mirasen, parte de los muros del castillo estaban destruidos, una de las torres se había venido abajo, las escalinatas de entrada estaban parcialmente desechas y las puertas principales parecían haber sido arrancadas de sus goznes por un fuerza destructora y yacían hechas pedazos en el piso de la entrada.
En términos de tiempo la batalla no había durado mucho, no solía ser así tratándose de individuos tan veloces y que podían exterminarse unos a otros en cuestión de minutos, de modo que como aun faltaban varias horas para el amanecer, Istvan organizó con rapidez varios escuadrones para que se encargasen unos de limpiar la zona, otros de recoger los escombros y un tercero para reconstruir a la mayor velocidad posible la deteriorada estructura, porque si bien los Arlingthon habían desaparecido casi en su totalidad, aun quedaba uno que sería el heredero de la propiedad y a Istvan le parecía inapropiado que se encontrase con aquel panorama. Pero pensando en eso decidió que debía hablar con Iziaslav para saber cómo pensaba manejar el asunto Christopher, ya que lo que debían informarle no era sencillo y sí muy doloroso. De modo que se encaminó hacia donde estaban Iziaslav y sus hijos.
-         Istvan, no hemos hallado al Rybik y…
-         ¡Sarì!
Istvan pensó que quien interrumpía era algún Havarik que sin duda no tenía ni idea de con quién estaba hablando el Lavny, pero obvió eso al ver que el chico se acercaba con dificultad y se sujetaba la cabeza de donde manaba mucha sangre, algo no muy común porque si bien ellos solían resultar heridos, normalmente sanaban muy rápido a menos que las heridas fuesen en realidad muy serias. Sin embargo, cuando se fijó bien no pudo sentirse más asombrado porque se trataba de James y él estaba perfectamente al tanto de con quien estaba hablando.
-         ¿Sker advajèvka, Harwich? 
-         Se trata del Rybik  --  en este punto Iziaslav y sus hijos miraron con atención a James  --  Lo vi con de D’Albret y Boucicault, pero cuando iba hacia ellos fui atacado y perdí el conocimiento señor.
Aquella información desató la angustia de todos pero en cuanto Iziaslav se volvió en busca de Iván que era el que mejor conocía a aquel sujeto, ni él ni Iliar estaban a la vista.
-         ¿Dónde demonios está Sesviatsky?  --  vociferó
-         Biagyzlim sarì  --  dijo Aritz adelantándose  --  pero Iván y Darko partieron hace unos segundos hacia el Haigala porque Itlar les informó que Yvaylo fue trasladado allá
Ahora fue el turno de Milorad de angustiarse, ya que Yvaylo era como su hijo. Aun sabiendo que no podía morir a menos que le arrancasen la cabeza y de haber sucedido no habría sido llevado al Haigala, Iziaslav quiso saber.
-         ¿Qué le sucedió al kicyk?
-         Es mi culpa sarì  --  dijo Itlar  --  cuando uno de los rayos impactó sobre la torre, parte de la estructura le cayó encima a Yvaylo y le destrozó casi todos los huesos y varios órganos.
-         No digas tonterías Itlar, fue un accidente  --  lo reprendió Iziaslav  --  Istval  --  dijo volviéndose hacia el aykeri  --  organiza…  --  pero se detuvo al ver la expresión de Istval  --  ¿Qué?
-         Edin localizó a André, sarì  --  contestó porque justamente le acababa de llegar el mensaje  --  debo ir
-         Y yo voy contigo   --  dijo Lucien  --  quiero ver morir a ese infeliz
Sin más trámite emprendieron la veloz carrera pero los demás no se quedaron atrás y fueron tras ellos.
Cuando Edin y Misha se habían desecho de los Devrigs que les impedían llegar hasta André, Edin pensó con ira que se le había escapado de nuevo, pero en un momento determinado tuvo una fugaz visión del mal nacido aquel y tan rápido como le fue posible le dio alcance.
André que lo había visto, salió disparado pero en esta ocasión no había sido lo bastante rápido y Edin estaba pisándole los talones. Se había pasado las dos últimas horas corriendo de un lugar a otro pero aquel condenado individuo parecía no darse por vencido.
Ciertamente en lo último que habría pensado Edin sería en darse por vencido. André de Montreuil siempre había sido una lacra y en opinión de Edin era total y justificadamente prescindible.
Si bien era cierto que André había adquirido amplia experiencia en materia de huir y esconderse, era la primera vez que estaba siendo víctima de una persecución como aquella, ya que a pesar de que llevaban tiempo tras él, la cacería se había basado en pistas y en los errores que cometía de forma inconsciente y que les proporcionaba información de su último paradero a los Lovets, pero nunca habían llegado con bastante tiempo como para atraparlo o seguirlo muy de cerca.
Edin sabía esto tan bien como André, de manera que pensaba sacarle la mayor ventaja posible, porque a diferencia de aquel bastardo infeliz, Edin poseía entrenamiento, resistencia e inteligencia estratégica, así que se había dedicado a cansarlo y a empujarlo obligándolo a dirigirse en las direcciones más difíciles, de modo que ahora se encontraban en los Pirineos franceses más concretamente en la cueva Mas-d’Azil. Edin se las había arreglado para empujarlo en aquella dirección por dos razones. La primera, porque estaba al tanto de que André por alguna razón desconocida para él, evitaba lugares como aquel, y la segunda, que como la mayoría de los Devrigs André a pesar de los muchos años que ya llevaba siendo uno, seguía siendo sensible a las temperaturas extremas. De modo que Edin había hecho las cosas con en el fin acorralarlo en un sitio que no solo le resultase incómodo sino que llegase hasta él cansado y en desventaja por no poder manejar las condiciones climáticas.
-         Se acabó el juego Montreuil  --  dijo a sabiendas de que donde estuviese escondido iba a escucharlo  --  sal por propia voluntad y tal vez consigas cierta consideración y termines en Zatvor pero conservando tu cabeza
André maldijo por lo bajo y deseó con todas fuerzas atravesarle el cuello al muy desgraciado. Después del maldito príncipe de hielo, Korsacov y Dòmine eran los que seguían en su lista de individuos más molestos y los que más se habían empeñado en atravesarse en su camino para hacerle la vida miserable. Sin embargo, no tenía intenciones de ir a Zatvor de nuevo. Según los planes originales de André, Brian debía empujar a su padre a matar a la vidmagy mientras sus hombres le daban muerte a los bastardos, después de eso debía matar a su padre y en cuanto el infeliz de Danworth se enterase de la muerte de sus hijos sin duda correría a Darnley y cuando estuviese desecho ante los cadáveres sería el momento propicio para que Brian o cualquiera de los que había designado para ir con él, le clavaran el Dykari en su estúpido y arrogante cuello. Sin embargo, André no había contado con que llegase con tanta rapidez, pero aun así uno de sus hombres que había logrado evadir a los Lovets, le había informado que ya Arlingthon había matado a su mujer, sus hombres habían despachado a los niños y en el proceso también al hermano de Brian, de modo que según sus cuentas a esas horas Danworth debía estar muerto, así que lo último que tenía en mente era dejarse atrapar cuando las cosas le habían salido tan bien.
-         Última oportunidad Montreuil  --  escuchó de nuevo a Dòmine
André no conocía bien aquel maldito lugar, estaba cansado, tenía una condenada herida que habiendo sido hecha por un Dykari original aun no cerraba y tenía un frío brutal, pero seguía conservando su instinto, de manera que agudizó sus sentidos, prestó atención antes de decidir hacia dónde caminar y una vez que lo había hecho, inició la marcha.
Los Yaroslávich llegaron al lugar apenas unos minutos después de que Istval recibiese el aviso de Edin.
-         Dhakvrevit larsèvirieris  --  saludó Edin que en ninguna circunstancia perdía sus buenos modales
-         Edin  --  dijo Iziaslav  --  ¿Se ha alejado mucho?
-         No señor, hace poco que llegamos aquí y él no conoce bien este lugar  
Iziaslav hizo memoria, ya él había estado allí con sus hombres en una oportunidad con motivo de un asedio y según lo que podía recordar si bien aquella cueva no tenía muchas galerías sí tenía una salida al otro lado.
-         ¡Milorad!
-         Ak sarì, seiriv zvat [1]
Mientras Milorad atravesaba a toda prisa el túnel natural, Iziaslav se giraba hacia Istval.
-         Si este nekasny tiene un mínimo de inteligencia intentará guiarse por el sonido de la corriente de agua, así que evita que pueda escucharlo
-         Ak sarì
-         ¿Lucien recuerdas…
-         Sí, sí lo recuerdo  --  dijo él y miró a los demás  --  la cueva tiene aproximadamente 400 metros de largo, entrando a unos cien metros a la derecha hay dos galerías pero son muy pequeñas como para esconderse, pero unos cincuenta metros más adelante y del lado izquierdo hay una más grande que se divide a su vez en tres estancias, andando un poco más también del lado izquierdo hay una grande y tiene  varias aberturas que son como nichos naturales no hay mucho espacio pero serviría para esconderse momentáneamente. Deben tener en cuenta los cambios que hayan podido sucederse con el tiempo, pero básicamente esa es la disposición. *
Los Levjaners y los Lovets que habían ido con ellos asintieron y al menos en el caso de los Levjaners sabían que no había posibilidad de error porque a pesar de que hacía cientos de años que Lucien había estado allí, sabían también que el sizvitel tenía una memoria privilegiada, de modo que se prepararon a entrar.
-         ¿Vienes?  --  le preguntó Lucien a su hermano
-         Cuídalo  --  le dijo Iziaslav a Iyul y éste asintió antes de seguir a su hermano
Lucien había captado el mensaje y no pudo evitar sonreír cuando los recuerdos invadieron su mente. Iyul siempre se había destacado por su fortaleza física, aun siendo casi un niño era capaz de vérselas con sujetos mucho mayores que él y dejarlos tirados, pero en una oportunidad le había dado una soberbia paliza a Lucien porque éste que no era precisamente un angelito lo había molestado más allá de lo soportable. Este hecho le acarreó a Iyul un brutal castigo, y después de eso Lucien no sabía qué le había dicho su padre pero a partir de entonces Iyul parecía decidido a protegerlo de todos los males existentes y ciertamente jamás volvió a ponerle una mano encima por mucho que Lucien lo molestase y cabe destacar que este inmisericorde muchachito era capaz y sin mucho esfuerzo de acabar con la paciencia de cualquiera. A pesar de que Lucien era un hombre desde hacía muchísimo tiempo, Iyul seguía comportándose del mismo modo con él y  acababa de comprobar que no era solo por costumbre sino que Iziaslav seguía pidiéndoselo. Lucien había estado pensando en todo esto mientras avanzaban por el oscuro interior y de pronto sintió que su hermano aferraba su brazo.
-         No te muevas
Lucien obedeció y un par de segundos después Iyul estiraba el brazo atrapando la cabeza de una serpiente.
-         Vipera berus, una de tus favoritas  --  escuchó que le decía su hermano en tono burlón
-         Aleja esa cosa de mí
Aquella era otra característica de Lucien, era hipersensible a los venenos de las serpientes, la vipera berus no era especialmente venenosa pero de haberlo mordido él habría experimentado todos los síntomas sistémicos de la anafilaxia en forma dramática, mientras que Iyul no solo era sumamente resistente sino que contaba con una habilidad con la que debió contar Lucien dada su condición de intolerancia, y era que el mayor podía detectar con absoluta precisión la presencia de cualquier animal y casi manejarlos a su antojo.
Habían estado avanzado por el lado izquierdo y acababan de alcanzar la galería que Lucien había mencionado cuando éste se detuvo con brusquedad.
-         Está aquí
Iyul se detuvo y también percibió la presencia, de modo que dio aviso a Istval y éste a su vez a los demás que se apresuraron a entrar con varias teas.
-         Bonsoir monsieur Montreuil  --  dijo Edin
Si todos los recuerdos de lo recientemente vivido al igual que la ira que ello le producía a Lucien no hubiesen hecho violenta explosión al ver a André, casi habría podido reír al ver la cara de terror del mismo. Si bien André sabía que era Edin quien lo había estado persiguiendo durante las últimas horas, y habría podido esperar incluso ver a Korsacov, en ningún caso a la familia real en pleno dentro de los que destacaba el muy odiado príncipe de hielo, de manera que por primera vez consideró que estaba en muchos problemas.

**************************
* La cueva Mas-d’Azil que se menciona en este capítulo existe y es un atractivo turístico de Francia, parte de la cueva es un túnel natural y está atravesado por una carretera, la D 119. La descripción que da Lucien de la misma sí pertenece a mi imaginación.



[1] Ak, sarì, seiriv zvat: Sí señor, voy allá