Istval salió dando un portazo y venía todas luces furioso, de modo que los
ZD se miraron y ahogaron la risa ya que tenían pocas dudas de la razón por la
que su jefe se encontraba en aquel estado. Desde que había llevado a Aureliè a
su casa, aparte de que se veía obligado a ir a diario a la misma como si fuese
un crío, algo que en su opinión le restaba tiempo para ocuparse de cosas
realmente importantes, el entrenamiento le estaba resultando la cosa más
frustrante del mundo. Se peleaba con la chica un día sí y otro también aunque
todos pensaban que la pobre niña no tenía la culpa y todo se debía a que Istval
no quería hacer aquello y se estaba comportando como un niño malcriado. Sin
embargo, Irakli que en opinión de todos era el que más deseos tenía de perder
su cabeza, no dejaba de hacerle la misma pregunta a diario.
-
¿Cómo va el entrenamiento lavny?
-
¡Vete al demonio Zurab! -- le
gritó Istval y a continuación tuvieron que darse mucha prisa para seguirlo
No obstante, cuando se detuvieron los chicos pensaron que Istval había
escogido el peor destino en las presentes circunstancias al darse cuenta que
estaban en Darnley, pero no tuvieron ocasión para decir nada porque en ese
momento vieron que iba saliendo Brian y todos aceleraron sus energías. Istval
no tuvo mucho en cuenta eso y entró en el castillo.
-
Definitivamente este sujeto ha
perdido el juicio -- dijo Constantin
-
No puede perder algo que nunca ha
tenido -- opinó Hani y todos rieron disponiéndose a
verlo salir apaleado de nuevo
Sin embargo, se sorprendieron mucho al verlo regresar tan pronto y pensaron
que la pequeña sizviteliani había batido su propio record en deshacerse del
Lovet a tanta velocidad, pero Istval no se detuvo y lo vieron correr por lo que
lo siguieron para encontrarse casi inmediatamente en Livingstone
-
¿Sker advajèvka Istval? --
preguntó Silvano
-
Los aykeris están aquí --
dijo él
Los Lovets compusieron cara de sorpresa pero aquellos individuos no eran de
la clase que pudiese guardar silencio.
-
¿Ya lo sabe? -- preguntó
Admir con incredulidad
-
Por fuerza --
opinó Niko
-
Y no quiero perderme esto --
dijo Irakli con malignidad
-- porque si Lucien está aquí,
debe ser todo un espectáculo con fuegos
artificiales incluidos
-
Dejen de decir tonterías -- los
riñó Sharik mientras subían las escaleras de la entrada
Al amanecer Dylan se había ido a su habitación con la intención de bañarse
y cambiarse de ropas para estar listo cuando despertaran los niños, pero cuando
se estaba vistiendo Lucien entró en la habitación.
-
Buongiorno
-
¡Vaya! ¿Te caíste de la cama?
-
En realidad no he dormido
-
¿Y tú por qué?
-
Esperando que vinieras a quitarme la
cabeza
Dylan se giró y lo miró con atención, realmente aquel individuo era muy
necio pero él no tenía tiempo en ese momento para su infantil comportamiento
porque había dos que sí eran niños,
eran sus hijos y despertarían breve.
-
Luciano…
Pero sin importar qué pensaba decir, esto quedó suspendido y olvidado
cuando la puerta se abrió con estrépito y entraron los niños.
-
¡Kasny din, haryk! -- exclamó
Lucía corriendo hacia él y lanzándose en sus brazos
-
Buenos días papá, tío --
saludó al mismo tiempo pero con más calma Alexander mirando a los dos
hombres
Dylan sonrió mientras que Lucien juntaba las cejas
-
¿No la enseñaron a llamar a las
puertas señorita? -- preguntó en tono ácido
Por un momento la niña miró con preocupación a su padre pero como Dylan no
tenía aspecto de estar molesto se volvió hacia Lucien aunque en lugar de decir
algo se limitó a sacarle la lengua.
Luego de eso bajaron y después que los niños saludaron a los Levjaners
pasaron al comedor. En esta ocasión hubo otro problema con la comida porque
apenas destaparon las charolas con los huevos, tanto Dylan como su hija
compusieron expresión de asco pero Lucía además comenzó a hacer arcadas y
aunque a Alex tampoco le gustaban parecía menos exagerado. Después que los
Levjaners y Lucien se habían servido, las bandejas fueron retiradas a toda
prisa de la mesa.
-
Ed ho ekdrik [1] --
dijo Lucía y Lucien la miró con disgusto porque pensaba que aparte de su
adorable carácter, algo ya de por sí
malo, tenía que venir a sumarse el hecho de que hablase en devriùrik la mayor
parte del tiempo
-
No podría estar más de acuerdo
contigo linda, pero hay a quienes parece gustarles --
dijo Dylan
Dylan estaba por ofrecer su ayuda a Lucía que intentaba picar una manzana,
cuando se fijó en un detalle al que no había prestado atención la noche
anterior, giró la vista hacia Alex y vio el mismo asunto, de modo que miró son
sorna a Luciano.
-
¿Qué?
-- preguntó éste con suspicacia
-
¿No eras tú el que decías que no
tenían nada en común? -- preguntó señalando las manos de los niños
Esto se debía a que ambos eran zurdos y ni Sophie ni él lo eran pero
Luciano sí. Como Luciano no encontró nada que decir, se limitó a juntar las
cejas en un gesto igual al de Lucía que cada vez le gustaba menos encontrar
nada que la relacionara con él.
Una vez finalizado el desayuno, Alex quería ir a ver a los caballos
mientras que la niña quería seguir viendo el Castillo, y como Dylan había
desarrollado un espíritu maligno ya que tenía al mejor maestro, quiso fastidiar
al mismo.
-
Bueno hagamos algo, yo llevo a
Alexander a las caballerizas y tú vas con el tío Luciano a…
-
¡No!
-- exclamaron los dos
involucrados al unísono mientras todos los presentes se partían de risa
Finalmente y como de costumbre, Alexander cedió y se avino a seguir la
excursión en el interior y a dejar los caballos para después, pero antes de que
abandonasen el salón se presentó Istval.
-
Dhavrevit iuv larsèvirieris --
saludaron Istval y los Lovets que venían con él
-
Zdravi Istval --
saludó Alex contento de verlo
Aunque Dylan se alegraba de ver a Istval, en ese momento los estaba mirando
alternativamente a él y a su hija por lo que ella acababa de decir.
-
Te juro que no le he hecho nada, pero
por algún motivo ella insiste en maltratarme
-- dijo el Lovet
-
Yo no te maltrato layari [3] --
dijo Lucía
-
Entonces supongo que me saludaras
como es debido en esta ocasión ¿no?
-- pero definitivamente ella
estaba decidida a fastidiarle la existencia porque lo ignoró y se giró hacia
Dylan
-
¿Ya podemos irnos haryk?
-
Lo haremos cuando salude
apropiadamente a Istval señorita -- dijo él aun sin saber muy bien qué sucedía
allí
Ciertamente ella no se esperaba eso porque Istziar nunca la había obligado
a saludarlo, pero en este caso se trataba de su padre quien se lo ordenaba y no
iba a desobedecerlo, así que se volvió hacia el Lovet, dio un par de pasos e
hizo una graciosa reverencia.
-
Kasny din sarì Korsacov --
dijo con voz helada
Pero si bien lo había hecho con la mayor corrección, Istval tuvo la certeza
de estar viendo los ojos de Iziaslav, porque todos sabían que cuando el
Sozdatel’ estaba furioso sus ojos comenzaban a cambiar del azul al violeta y de
ahí al rojo encendido y era justamente lo que estaba viendo.
-
¿Ya podemos marcharnos? -- le
preguntó la niña a su padre y Dylan asintió, pero antes de abandonar el salón
Lucía se giró y miró a Istval y luego a Lucien
-- No se cuál de los dos es más
desagradable
Apenas habían abandonado el salón los presentes soltaron la carcajada,
mientras los dos individuos aun miraban por donde había salido la dulce sizviteliani.
-
Esto es culpa tuya --
dijo Istval mirando a Lucien un momento después
-
¿De qué hablas infeliz?
-
De que tiene tu mismo agradable carácter, cretino arrogante
Sin duda solo había dos personas en el mundo aparte de sus hermanos, que pudiesen
hablarle así a Lucien, una era Aleksèi y
la otra el individuo que lo estaba haciendo, razón por la cual nadie se
preocupó mucho.
-
No digas estupideces Istval Korsacov,
por si no lo notaste parece tener tantos deseos de arruinarme la vida como de
arruinar la tuya
-
Vamos Lucien, es solo una kandly --
dijo Itlar
-
Pero una especialmente irritante --
dijo Lucien
-
Algo de lo que eres más responsable
tú que nadie -- insistió Istval
-
¡No es hija mía! --
exclamó Lucien con ira
-
No pero es hija de tu Djali, así que heredó tus cualidades y todos tendremos que
sufrirla
-
Sigo pensando que están
exagerando -- insistió Itlar
Los ZD se miraron y aunque aquella era la primera vez que ellos veían a los
aykeris, por fuerza y dada la experiencia de lo que había estado viviendo su
jefe, tenían que estar más de acuerdo con Lucien que con Itlar, pero sin duda
iba a ser muy divertido verlo.
Lucía se aburrió pronto del recorrido por el Castillo y se mostró lo
suficientemente misericordiosa como para aceptar ir a las caballerizas, lo que
desmejoró mucho el ya muy mal humor de Lucien que en ese momento estaba
subiéndose a un caballo.
-
¡Tío!
-- exclamó Alexander corriendo
hacia él -- ¿Puedo ir contigo?
Yvaylo e Itlar miraron a Dylan que venía más lejos con Lucía en brazos,
pero Lucien que no tenía por costumbre pedir autorización para nada ni se molestó.
-
Por supuesto -- le
dijo y miró al Lovet que le había traído su montura
-- Tráigale un caballo apropiado
al niño
-
Gracias tío --
dijo Alex muy emocionado
Sin embargo, para cuando llegaron Dylan y Lucía hasta ellos y ya el Lovet
ayudaba a Alex a subir al caballo, su padre se mostró algo preocupado.
-
¿Van a algún lugar?
-
Vamos Dylan, hasta para ti eso
debería ser evidente -- dijo Lucien con sorna
-
Y supongo que te aseguraste que mi hijo estuviese adecuadamente
preparado para hacer esto ¿no?
En ese momento los presentes pudieron percibir la incomodidad de Lucien y
Lucía esbozó una sonrisa maligna, pero el malestar le duró poco al sizvitel.
-
Es un mydevrig Dylan, sin duda está
preparado
-
¿Alexander ya has montado
anteriormente? -- le preguntó Dylan ignorando a Lucien
-
Solo una vez --
reconoció el chico con honestidad
-- pero estoy seguro que puedo
hacerlo papá
Dylan se debatía entre complacer el deseo de su hijo y la preocupación por
su seguridad, pero Lucien era Lucien.
-
Ya no fastidies Dylan, en cualquier
caso va conmigo y al menos reconocerás que tengo la experiencia y la habilidad
necesarias ¿no?
-
No parece, ya que no sabes que necesitas una silla para
montar -- dijo Lucía con su característico tono ácido
-
Eso es porque no la necesito y solo
demuestra que puedo hacerlo como es debido
-- dijo Lucien en el mismo tono
Finalmente Dylan aceptó, le trajeron su caballo y subió a Lucía con él. Sin
embargo, las cosas nunca serían sencillas porque mientras Alex iba sumamente
emocionado y haciendo mil preguntas que iban desde el nombre de algunas plantas
hasta asuntos relacionados con la cría de caballos, repentinamente el caballo
de Lucien se alzó sobre sus patas traseras y tiró al sorprendido sizvitel. Los
Levjaners y Dylan se apresuraron para ayudarlo y mientras le preguntaban sí
estaba bien escucharon la voz airada de Alexander
-
¡Lucía Danielle! -- y
todos vieron que la niña tenía una sonrisa muy poco misericordiosa en sus
labios y miraba con diversión a Lucien
-
Después de todo y por lo que se ve, como
que no tienes la habilidad necesaria nym dharahy ewyr [4] -- le
dijo
Por un momento al ver la expresión de ira de Lucien, todos pensaron que iba
a quitarle la cabeza a la niña, mientras que a la memoria de Dylan acudió un
súbito recuerdo que lo hizo mirar a su hija con los ojos muy abiertos y al
segundo siguiente las palabras estaban saliendo sin pensar.
-
Lucía discúlpate con Lucien
-
¿Y yo qué hice haryk? --
preguntó ella con inocencia
Aunque Dylan y Alexander estaban positivamente seguros de que ella era la responsable
de aquello, no tenían cómo probarlo, de modo que tampoco pudieron obligarla a
disculparse.
El paseo terminó con un Lucien de un humor asesino y una Lucía
desmedidamente satisfecha, mientras que Dylan iba preguntándose qué tenía su
preciosa hija en contra de Lucien y viceversa, aunque llegó a pensar que tal
vez al ser hija de Sophie y por tanto lo que Lucien consideraría por defecto
una vidmagy Siglair, hacía que le tuviese mala voluntad, algo que no sucedía
con los varones pero parecía no poder evitarlo con las mujeres que llevasen
aquella sangre.
Por otra parte, Dylan se preguntó si aun siendo una mydevrig habría
heredado las artes que se le adjudicaban a las mujeres Siglair y de las que él
mismo había sido testigo en su niñez con Sophie, porque seguía estando seguro
que había sido su hija quien por absurdo que pareciese había ordenado al caballo tirar a Lucien. De
modo que como las preguntas se acumulaban de forma alarmante tomó una decisión,
pero primero tendría que hablar con Sophie porque aunque los niños eran sus hijos
ella seguía siendo su madre, así que en cuanto llegaron a la casa envió a
Yvaylo con un urgente mensaje para Sophie y que de ser posible la trajese con
él.
Después de un muy ruidoso almuerzo, los niños fueron llevados a descansar
un rato aunque ellos argumentaron no estar cansados y Dylan se fue al estudio a
esperar la llegada de Sophie, que si bien no había venido con Yvaylo, le envió
el mensaje de que tanto ella como Derek, Madeleine y Phillipe irían en la
tarde.
Lucien por su parte y como de momento no estaba de humor para conversar con
nadie que se apellidase Saint-Claire, se marchó apenas regresaron del paseo y
ahora se encontraba en Salzburgo frente a un muy sorprendido Iyul.
-
¡Dyrthàir! --
exclamó al verlo aparecer -- ¿Han lavyl?
-
Lo estaré si dejas de hablarme en ese
condenado idioma
Si ya Lucien evitaba hablar en devriùrik y todos sabían que le tenía poco
aprecio a su idioma, ahora sin duda le tenía mucho menos, pero como Iyul no
estaba al tanto de los últimos acontecimientos atribuyó aquello a su proverbial
necedad.
-
De acuerdo, pero tú no eres de los
que suele hacer visitas familiares
-- dijo Iyul --
¿Qué te sucede?
-
Nada, solo quería variar el paisaje
-
Claro
-- dijo él en tono irónico --
supongamos que te creo -- agregó ganándose una mirada venenosa de parte
de Lucien -- ¿Dónde está Dylan?
-
No soy su niñera --
contestó con acidez y ahora Iyul comenzó a preocuparse
Intentó mirar en los pensamientos de su hermano pero fuera de un caótico
revoltijo de imágenes no consiguió nada más, y aunque Iyul tenía una
extraordinaria paciencia, si algo estaba sucediendo entre sus hermanos quería
saberlo en forma inmediata, pero sabiendo que su malcriado hermano podría pasar
días en aquel estado sin decir nada, decidió que no estaba dispuesto a esperar
tanto.
-
Lucien, por empezar deja eso -- le
ordenó al ver que iba ya por el tercer
vaso y no parecía tener intenciones de alejarse de la botella
-
¿Qué? ¿Ahora vas a decirme que me
hace daño la bebida? Porque si es así te recuerdo que tengo suficientes años
como para que me riñas
-
Posiblemente, pero en primer lugar
aunque no lo parezca sí te hace daño,
y en segundo, sea lo que sea lo está sucediendo, dudo mucho que vaya a
resolverse de ese modo
-
Creo que mejor…
-
No, no, no tú no vas a ninguna
parte --
dijo atravesándose en su camino al ver sus intenciones y sujetándolo
-
¡Suéltame necio! --
exclamó intentando golpearlo
-
Tendrás algún problema con eso porque
sigo siendo mayor que tú nym kicyk dyrthàir
-- dijo arrastrándolo hasta un
sillón y obligándolo a sentarse -- ahora vas a decirme primero ¿qué demonios
está sucediendo? Y segundo ¿dónde está el Rybik?
-
¡El niño está muy ocupado con sus
hijos! -- le dijo sin mayores adornos
Iyul lo soltó y abrió los ojos con desmesura, miró a Itlar que había
permanecido en prudente silencio y éste asintió.
-
¡Que dejes de hablar así! -- le
gritó Lucien, pero Iyul no estaba como para prestar atención a su necio hermano
-
¿Cómo está Dylan? --
preguntó mirando a Itlar
-
Demasiado bien diría yo --
contestó Lucien
Pero como después de eso se encerró en un terco silencio, Itlar le refirió
lo sucedido durante los últimos dos días, pero omitió prudentemente hacer
ninguna mención a las catastróficas relaciones entre la sizviteliani y Lucien,
de modo que después de asimilar todo el asunto, Iyul se volvió hacia su
hermano.
-
Lucien --
dijo acercándose a él -- ¿No deberías estar sino contento al menos
tranquilo? -- le preguntó
-- Entiendo que no puedas sentir
aprecio por la vidmagy, pero todos queremos al felicidad de Dylan, y por otra
parte el hecho de que no haya reaccionado peor al enterarse de su paternidad es
mucho más de lo que habríamos esperado teniendo en cuenta lo que estábamos
ocultándole.
Sin embargo, aquel muchachito era
la personificación de la obstinación más concentrada y no parecía dispuesto a
decir nada, y aunque Itlar le tenía el conveniente aprecio a su cabeza como
para hablar de algo que con toda
seguridad desataría la ira de Lucien, no sería necesario porque no pasaría
mucho tiempo antes de que Iyul se enterase de lo que verdaderamente tenía a su
hermano casi enfermo.
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