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domingo, 10 de mayo de 2015

Cap. 55 Conociendo a los aykeris



Lucien vio a Dylan tomar las manos de los aykeris y abandonar el salón, y estaba a medio camino entre el asombro y la indignación porque en su opinión tenían una conversación pendiente y Dylan ni siquiera lo había mirado.
-         ¿Qué demonios le sucede a este cretino?  --  preguntó en voz alta pero a nadie en particular
Los Levjaners se miraron pero obviamente el que no podía quedarse callado era Iván.
-         Si me preguntas yo diría que está algo ocupado con sus hijos  --  y Lucien le lanzó un mirada venenosa
-         Vamos Lucien  --  dijo Itlar que sin necesidad de meterse en sus pensamientos sabía perfectamente lo que surcaba éstos porque lo conocía bien  --  ¿Qué esperabas?
-         No lo sé pero ciertamente no que decidiese ignorar al resto del mundo  --  dijo en tono ofendido
-         Lleva más de veinte años a tu lado en cambio a sus hijos apenas los está conociendo  --  insistió Itlar
-         Y en mi opinión su compañía es más amable  -- dijo Iván ahogando la risa
-         ¡Ja! Pues eso es según, porque la criaturita no es precisamente simpática y nada amable
-         Lo que me recuerda advertirte que sería poco juicioso molestar mucho a iuv larsèvirier, porque tiene el poder para destruirte el cerebro
-         No lo dudo pero eso no... 
Sin embargo, se detuvo súbitamente y miró a Iván con los ojos muy abiertos mientras que éste asentía.
-         Lo que te estoy diciendo no es un eufemismo Lucien  --  y a continuación le contó lo que Iliar les había referido
-         ¡Demonios!  --  exclamó Lucien  --  de veras que mi vida empeora a cada segundo que pasa  -- dijo en tono abatido mientras los demás ahogaban la risa

Entre tanto el objeto de discusión brincaba al lado de su padre por todo el castillo atormentándolo a preguntas mientras que Dylan hacía esfuerzos por contestarlas y no podía sentirse más feliz y complacido.
-         Lucía déjalo hablar  --  la riñó su hermano
-         Yo no se lo impido ¿verdad papá?  --  preguntó mirándolo
-         Por supuesto que no linda  --  dijo Dylan alzándola
-         ¿Lo ves?
-         Padre, hay algunas cosas que…
-         ¡Alexander Phillipe!  --  lo interrumpió ella
Como Dylan no había tenido ninguna dificultad para ver lo que su hijo había intentado advertirle, volvió a reír ante la indignación de la niña, pero juzgó oportuno poner fin al pleito.
-         Veamos niños  --  dijo volviendo a colocar a Lucía en el piso  --  no es necesario que se peleen porque los hermanos no deberían hacerlo
-         Pero tú te peleaste con el tuyo  --  dijo Lucía y Dylan pensó que aquella señorita no calificaba en el renglón de fácil
-         Y ahora tendré que disculparme con él porque eso estuvo mal  --  le dijo él y miró a Alex  --  siempre deberás amarla y cuidar de ella no solo porque es una chica sino porque es parte de ti  --  y luego miró a Lucía  pero la niña bajó la mirada
-         Siempre lo hace haryk  --  reconoció antes de que Dylan pudiese decirle nada  --  lo que sucede es que me fastidia mucho que me digan qué hacer
-         Pero comprendes que es por tu bien ¿no?  --  y ella asintió  --  Me dolería mucho ver que se peleen entre ustedes
-         Lo siento Lucía  --  dijo Alex como siempre más inclinado a ceder
-         No, yo lo siento Alex  --  dijo ella abrazándose a su hermano
Yvaylo que observaba en silencio todo el asunto, decidió que el Rybik tenía mucho sentido común y según lo que estaba viendo quizá no tendría mayores dificultades para manejar a sus hijos aunque no tuviese ninguna experiencia.
Dylan sonrió y los abrazó a ambos, pero cuando iban a continuar el recorrido miró por la ventana notando que ya había oscurecido, de modo que sacó su reloj y al ver la hora se reprendió a sí mismo recordando que los niños estaban pequeños y debía alimentarlos.
-         Creo que es hora de ir a cenar  --  les dijo
-         ¿Por qué tenemos que comer?  --  preguntó Lucía
Yvaylo que sabía algunas cosas que Dylan no, sonrió y decidió esperar a que él aprendiese por sí mismo lo difícil del asunto.
-         Porque si no te alimentas como es debido no crecerás y además puedes enfermar con facilidad
-         También comiendo puedo enfermar  --  insistió la niña mientras bajaban las escaleras  --  ya estuvimos enfermos antes
Dylan sintió una repentina punzada de temor al recordar lo que le había dicho Iván con relación a que los mydevrigs eran niños tan normales como cualquier humano común, lo que hizo que se sintiese muy preocupado porque sabía los peligros que corrían al contraer enfermedades que eran la principal causa de muerte infantil, pero en medio de su repentina preocupación olvidó el hecho de que eran mydevrigs y lo que también le había dicho Iván acerca de que eran muy especiales, de modo que miró al silencioso Yvaylo con el miedo reflejado en los ojos y la pregunta muda.
-         ¿Recuerdas cuando estuviste enfermo hace poco?  --  y Dylan asintió aunque no veía la relación  --  En esa oportunidad los aykeris también lo estuvieron y por el mismo asunto. Según Aleksèi es una condición hereditaria
Dylan no podía sentirse peor en ese momento, pero si Yvaylo pensó que su diálogo había sido privado, no podía haber estado más equivocado.
-         No te preocupes haryk  --  dijo Alexander  --  estamos contentos de parecernos a ti y Aleksèi siempre cuida de nosotros
Ahora fue el turno de Dylan de sentirse sorprendido, pero no tenía idea de las muchas sorpresas que aun le aguardaban con relación a sus hijos y lo mucho que le faltaba por saber.
Cuando entraron al comedor ya se encontraban allí Iván, Itlar y Lucien, Lucía arrugó el entrecejo en un gesto idéntico al que tenía el destinatario del mismo, pero como Dylan estaba dirigiéndose a él, Lucien dejó de prestar atención a la niña.
-         Lo lamento Luciano, no quise lastimarte
El susodicho estaba tan sorprendido que no acertó a decir nada, lo que resultó en su directo perjuicio.
-         Grosero, haryk se está disculpando y ni siquiera contestas, debería…
Sin embargo, cuando Alex sujetó su mano ella guardó rápido silencio recordando lo que su padre les había dicho recientemente. En ese momento venía entrando Mary y Dylan se giró hacia ella.
-         Niños, ella es Mary Stuart, nuestra ama de llaves. Mary, ellos son Alexander y Lucía, mis hijos  --  dijo con una inconfundible nota de orgullo
Aunque resultó sorprendente para Mary, la aclaración era innecesaria porque estaba viendo el rostro de su señor repetido en aquellas dos criaturas, y en caso de los niños independientemente del hecho de que su padre acabase de decir que aquella mujer era el ama de llaves, estuvieron seguros que no la consideraba una sirviente.
-         Me alegra conocerla señora Stuart  --  dijo el chico avanzando y extendiendo su mano
Mientras que Lucía se había acercado y había extendido los bracitos en un intento por abrazar a la mujer. Ambas cosas estaban del todo reñidas con las normas sociales teniendo en cuenta la posición que ocupaban los niños, pero habiendo percibido lo anterior habían actuado en consecuencia. Mary no podía estar más azorada, pero se vio imposibilitada para negarse a recibir en sus brazos a Lucía mientras intentaba al mismo tiempo coger la manito de Alexander. Lucien en primer término se preguntó qué clase de educación estaban recibiendo los niños, pero casi inmediatamente fue consciente de lo que había sucedido y le quedó claro que se comportaban del mismo modo que Dylan, mientras que éste último sonreía complacido.
-         No es mi intención darte más trabajo Mary, pero espero que me ayudes un poco  --  le dijo
-         Son hermosos milord, y no será ningún trabajo sino un placer poder servirlos  --  le aseguró ella
Después de eso se sentaron y comenzó el calvario porque si bien Alexander no protestó aunque estaba comiendo poco, Lucía protestó en todos los tonos y apenas si estaba probando la comida.
-         A ver linda  --  dijo Dylan con paciencia  --  si no te gusta eso podemos…
-         Es que no tengo hambre  -- lo interrumpió ella
-         Bueno pero debes comer algo, tal vez si mencionas algo más de tu agrado Mary puede traerlo.
-         No te esfuerces haryk  --  dijo Alexander  --  siempre es igual, no importa lo que sirvan porque simplemente encuentra todo desagradable
Aunque Dylan le estaba prestando atención a su hijo, no pudo dejar de notar las tres miradas que convergían en él en ese momento, y cuando giró la vista captó la expresión de decidida burla de Luciano.
-         Frustrante ¿no? ¿Me pregunto a quién habrá salido?
-         Seguramente no a ti  --  dijo Lucía haciendo que la sonrisa se borrase con extraordinaria rapidez de los labios de Lucien y se trasladase a los de Dylan
-         Vamos Lucía  --  estaba diciendo Alex  --  al menos pruébala, no sabe mal
Aquello era bastante cierto porque aunque no era Mary la encargada de cocinar, conociendo los gustos de su señor había dado estrictas instrucciones a las cocineras para que elaborasen los alimentos con el mínimo de especias o sabores fuertes. Sin embargo, viendo la situación y como Dylan no iba a permitir de ninguna manera que su hija se fuese a la cama sin comer, ordenó que le trajesen frutas porque si por algún motivo había heredado sus manías con la comida, de seguro con aquello le iría mejor como en efecto sucedió.
-         ¿Papá, por qué llamas Luciano al tío Lucien?  --  preguntó Alex un poco más adelante
Dylan no estaba muy seguro como contestar aquello, pero hizo su mejor esfuerzo.
-         Luciano es lo mismo que Lucien solo que en otro idioma
-         ¿Qué idioma?  --  insistió Alex
Aunque Dylan estaba segurísimo de que sus hijos aun no estaban en edad de haber estudiado nada – algo en lo que se equivocaba lastimosamente – empezó como le pareció más acertado para que pudiesen comprender.
-         Verás, hay muchos países, un país es…
-         Lo sabemos haryk  --  lo interrumpió Lucía
-         Bien  --  continuó superando la sorpresa  --  hay países que comparten el mismo idioma pero otros los tienen diferentes y Luciano es el nombre de su tío en italiano
-         ¿Y por qué deben llamarlo por su nombre en italiano?  --  siguió Alexander  --  ¿Acaso nació allá?
-         No pero su madre sí
-         ¿Y su nombre significa lo mismo que el de Lucía?
-         Espero que no  --  dijo la niña, pero su hermano no le prestó atención y continuó
-         Porque mamá nos dijo lo que significaban nuestros nombres
-         ¿A ver?  --  preguntó Dylan
-         Mi nombre es Alexander Phillipe, mamá decidió llamarme así primero por Aleksèi porque dice que sin su ayuda nosotros no habríamos podido nacer, y segundo por mi abuelo. Me dijo que Alexander es de origen griego y significa protector, y debe ser cierto porque Alek nos protege. Y Phillipe es griego también y significa amigo de los caballos y también es verdad porque a mi abuelo le gustan mucho los caballos y a mí también  --  Dylan estaba a mitad de camino entre la sorpresa y la diversión, pero siguió prestando atención  --  Lucía es del latín y significa luz o luminosa, y su segundo nombre es Danielle pero…  --  compuso cara de consternación  --  no recuerdo qué significa
-         Es de origen hebreo y significa Dios es mi juez  --  aportó Itlar
-         Dhavjà Itlar  --  dijo el chico sonriente
-         Vanedharma sarì
-         Bueno entonces Luciano debe significar lo mismo ¿no?
-         Sin duda  --  dijo Dylan
-         Sí sarì así es  --  dijo Iván  --  A Lucien le dieron ese nombre porque la noche en la que nació tuvo lugar un fenómeno luminoso conocido como…
-         ¡Igual que nosotros!  --  lo interrumpió Alex  --  Derek nos contó que la noche que nacimos pasaron dos cometas que chocaron y hubo mucha luz y por eso llamaron así a Lucía  --  dijo con evidente emoción
Pero mientras los Levjaners sonreían ante el entusiasmo del niño, Lucía tenía las cejas juntas pensando que después de todo sí tenían algo en común con aquel odioso sujeto, y Dylan estaba experimentando una dolorosa punzada en el pecho al recordar que él apenas si se había interesado por aquel nacimiento cuando debía ser lo más importante del mundo para él. Sin embargo, otro recuerdo irrumpió con fuerza en su mente y fue captado por los Levjaners
-         ¡Claro!  --  exclamó Dylan y los niños lo miraron, solo que ahora no sabía cómo explicárselos, pero Yvaylo acudió en su ayuda
-         La noche que ustedes nacieron, estábamos en una reunión muy importante y justo en el momento de su nacimiento el Rybik lo sintió
Dylan captó que en las mentes de sus hijos se había formado la lógica pregunta: ¿Y por qué no viniste?  Lo que hizo que volviese a sentirse miserable, pero así como él podía captar los pensamientos de sus hijos estaba por descubrir que ellos podían hacer exactamente lo mismo al sentir la mano de Lucía en la suya.
-         No te preocupes haryk, estamos seguros que tenías una buena razón para no hacerlo
-         Y lo importante es que ya estás aquí  --  agregó Alexander
Con cierto esfuerzo Dylan intentó conservar la calma, y poco después Alexander estaba de nuevo haciendo mil preguntas, algo que divirtió mucho a Yvaylo y a Lucien que recordaban que no hacía mucho tiempo Dylan había sido igual de curioso, y Derek no lo había sido menos. Aunque era evidente que los aykeris poseían una inteligencia destacable y conocimientos superiores a los que podían haber esperado para su edad, seguían siendo niños y había cosas que se escapaban a su comprensión o que simplemente no sabían aun.
-         Papá, si no somos hijos de él, entonces nuestro nombre no es Arlingthon ¿no? --  pero antes de que Dylan pudiese decir nada Lucien que había estado inusualmente silencioso fue el que respondió
-         Desde luego que no, su apellido es Yaroslávich
Si bien los niños no lucieron para nada sorprendidos porque no tenían ni la más mínima idea del apellido de su padre y escasamente sabían su nombre que era algo de lo que se habían enterado hacía pocas horas, Dylan si miró a Lucien elevando una ceja pero no dijo nada y prestó atención a su hijo.
-         Alexander Yaroslávich  --  estaba diciendo el niño y a continuación sonrió  --  me gusta
Dylan estaba por decir que se alegraba cuando vio a ambos niños girar las cabezas hacia la puerta
-         ¡Boris!  --  exclamaron ambos y unos segundos después el Lovet aparecía en la puerta del comedor
-         Dhakvrevit iuv larsèvirieris  --  dijo inclinándose, pero antes de que Lucien que era el mayor lo autorizase a seguir, Alexander se le adelantó
-         Estamos bien Boris, estamos con papá  --  antes de contestarle el Lovet miró a Lucien y éste asintió
-         Estoy seguro de eso sarì, pero es mi deber ir allá a donde ustedes vayan y además les traje algunas cosas que necesitaran  --  después de eso miró a sus superiores  --  Dhakvrevit sarìeris
-         Kasny dunheit Boris  -- saludó Iván
Un momento después cuando habían pasado al salón, Mary se apreció allí para sorpresa de Dylan porque usualmente después que les servía la cena y de reñirlo por comer poco, Thomas llegaba a buscarla.
-         ¿Mary qué estás haciendo aquí a estas horas?
-         Estaba ocupándome de preparar la alcoba para los niños milord, y creo que si no me hubiese quedado usted no tendría idea de a qué hora enviarlos a la cama.
Dylan sintió consternación porque naturalmente eso era cierto, posiblemente la hora de dormir de los niños hubiese pasado hacía mucho y la sonrisa maligna de su hija le indicó que ellos estaban perfectamente al tanto de eso.
-         No te preocupes haryk, ya aprenderás  --  dijo la pequeña desvergonzada pero mientras caminaba hacia Mary pareció recordar sus buenos modales y se volvió  --  Buenas noches dejavrys
Ya los tres Levjaners se habían puesto de pie y se habían inclinado al verla caminar hacia la puerta.
-         Embèl hàinder sizviteliani  --  dijeron los tres
Después que Alexander se despidió, Lucía miró a Dylan.
-         ¿Vendrás a darnos las buenas noches papá?
-         Claro linda  --  ella sonrió y se marchó con Mary y con su hermano mientras él miraba en forma acusadora a los demás  --  Pudieron habérmelo dicho
-         ¿Qué cosa?  --  preguntó Lucien
-         Que era hora de que se fuesen a la cama necio
-         Puedes acusarme de muchas cosas pero te recuerdo que no tengo hijos, así que no tengo ni la más mínima idea de qué hacer con ellos  --  replicó él
-         Por aquí tampoco  --  dijo Yvaylo
-         Y siendo que Itlar tampoco los tiene eso me deja a mí como el único que teóricamente posee esa información, pero seamos consecuentes Rybik ¿tengo cara de ser un padre responsable?  --  dijo Iván con la mayor desvergüenza mientras los demás reían
Dylan optó por marcharse y pensó que el necio era él si tenía la estúpida idea de que alguno de aquellos individuos podía servirle de algo en aquella materia, de modo que tendría que aprender solo y muy de prisa. Cuando llegó al piso superior prestó atención y sonrió al notar que Mary había colocado a los niños en la habitación contigua a la suya, iba a entrar pero recordó que tenía una hija así que llamó primero y no entró hasta que recibió autorización para hacerlo
Alexander ya estaba en la cama mientras que Mary aun peinaba el largo cabello de Lucía, de modo que él se acercó a la cama de su hijo.
-         ¿Podremos quedarnos a vivir aquí contigo papá?
Aunque no había nada que Dylan quisiese más exceptuando tal vez el tener a Sophie allí también, justamente debía pensar en ella pero no tenía idea de cómo explicarle eso a su hijo.
-         Como te dije antes esta es su casa Alexander, así que pueden estar aquí el tiempo que deseen y yo espero que sea mucho, pero supongo que también querrán pasar tiempo con su madre
Como los niños aun no entendían los conceptos de matrimonio o pareja, arrugaron el entrecejo ya que les parecía muy inconveniente aquella cuestión, mientras que Mary se preguntaba qué estaba sucediendo allí, porque primero no se imaginaba a su señor engendrando hijos por allí de manera irresponsable con quién sabía qué chica, y segundo, la buena cuna se les salía por todos lados a los gemelitos, de modo que la madre tenía que ser una dama bien criada. Sin embargo, como no le correspondía a ella hacer preguntas, guardó silencio y ayudó a Lucía a meterse en la cama y luego de despedirse abandonó la habitación con el deseo de que su señor pudiese quedarse con los niños, porque independientemente de cuál fuese la situación, en todos los años que llevaba conociéndolo nunca lo había visto tan feliz.
-         Buenas noches linda  --  estaba diciendo Dylan después de darle un beso en la frente a su hija
-         ¿Haryk puedo pedirte algo?
-         Lo que quieras
-         Promete que nunca más te irás
-         Eso te lo puedo jurar amor
Lucía sonrió y se colgó a su cuello haciendo que el corazón de Dylan latiese de forma descontrolada, volvió a besarla y le acomodó las mantas, apagó las velas pero no se marchó ni siquiera cuando percibió el cambio en el ritmo de la respiración de los niños que indicaba que ya se habían dormido, porque ya se había perdido cinco largos años de las vidas de sus hijos y no quería perderse ni un solo minuto del tiempo que estuviesen junto a él


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