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domingo, 10 de mayo de 2015

Cap. 53 El Final del Camino



Si bien Iliar sabía que aquello iba a suceder porque Iziaslav se había encargado de reunir al Consejo de manera urgente el día anterior para hacerlos partícipes de la decisión tomada por el Rybik, y aunque se había mostrado tranquilo cuando le habló a Derek, apenas había escuchado a Sophie lo primero que había hecho había sido enviarle un urgente mensaje a Iván, de modo que cuando los Arlingthon iban camino a Livingstone, Iván ya les había dado alcance.
-         Y bien,  llego el gran momento  --  le dijo a Iliar
-         Esperemos que sea solo “el gran momento” y no el gran desastre
-         ¿Les avisaste a los rybiks?  --  preguntó Iván
-         Sí, ya están al tanto de que vamos en camino
-         ¿Y qué hicieron con Arlingthon?
-         Le ordené a Damien que lo mantuviese dormido

Entre tanto en Livingstone y para enorme sorpresa de Luciano, esa mañana Dylan había vuelto a ser el individuo que había conocido hacía alrededor de treinta años atrás. Así que como había pocas cosas que Luciano soportase menos que no saber, se lanzó directo a preguntar.
-         Aunque me parece bien, me gustaría saber a qué debemos el repentino cambio de humor --  dijo una vez que dejaron el comedor
-         ¿De qué hablas?  --  preguntó Dylan
-         Veamos  --  comenzó Luciano  --  Tú nunca has sido especialmente simpático y lo primero que conocí de ti fue tu humor ácido, pero hacía mucho tiempo que no lo exhibías como lo has estado haciendo hoy. Por otra parte, si hay algo que pareces detestar es tener que comer, pero hoy lo hiciste como si realmente lo estuvieses disfrutando. Y además…
-         Se lo dije  --  lo interrumpió Dylan
-         ¿Le dijiste qué a quién?  --  preguntó Luciano
A continuación Dylan le contó todo lo que había estado ocurriendo desde que Phillipe enfermase hasta concluir con la conversación que había tenido con Sophie la noche anterior. Si había un nivel de sorpresa superior al que Luciano estaba experimentando en ese momento ciertamente él mismo no lo conocía y sin duda era lo más cerca que había estado de sufrir un paro cardíaco, porque de la sorpresa por lo que Dylan le había relatado en primer lugar, había pasado a la ira suprema en contra de Yvaylo por haberlo permitido, para volver a la sorpresa cuando Dylan le dijo que había hablado con su padre y éste había estado de acuerdo con lo que había hecho y con lo que pensaba hacer. Obviamente en este punto Luciano bajó  la guardia, porque como había dicho Iziaslav lo que todos querían era la felicidad de Dylan, pero decidió asegurarse primero.
-         Entonces debo entender que estás dispuesto a arrebatársela al necio de Arlingthon ¿no?  --  preguntó
-         Aunque sé que suena terrible, lo estoy
Sin embargo, había algo que no le cuadraba en todo aquello, o por mejor decir, algo que faltaba y era definitivamente algo de la mayor importancia, así que lo miró con atención pero antes de que pudiese decir nada captó la mirada de Itlar
-         No lo sabe aun 
-         Genial  --  dijo él con su habitual tono irónico --  supongo entonces que solo tenemos que sentarnos a esperar la próxima y segura explosión
-         Vamos Luciano  --  dijo Dylan interrumpiendo el diálogo mental del que no se estaba enterando  --  estoy de acuerdo en que no es la actitud más caballerosa o moral, pero estaba en la creencia de que sustentabas la misma opinión de Iyul en el sentido de que estaba siendo muy necio
-         Y me lo sigues pareciendo, pero es algo que no tiene remedio y en cualquier caso supongo que no esperabas que me pusiese a saltar porque ya sabes lo que opino de amarrarse a una sola mujer, de manera que solo demuestras la condición antes mencionada.
Dylan sonrió porque todos sabían bien cuál era la posición de Luciano con respecto a eso, de manera que lo dejó en paz y se fue al estudio a hablar con su administrador. Una vez solos Luciano miró de nuevo a los Levjaners.
-         ¿Y bien? ¿Qué se supone que hagamos ahora?
-         Nada  --  dijo Itlar  --  Iziaslav dijo que no debíamos intervenir en ningún sentido
-         La única orden que tengo es no perderlo de vista cuando todo salga a la luz  --  dijo Yvaylo cuando Luciano lo miró a él
Aunque Luciano al igual que todos sabía que aquel momento iba a llegar, no estaba muy seguro de cómo sentirse y solo esperaba que Dylan no tuviese tantos deseos de matarlo una vez que se enterase acerca de su paternidad y que se lo habían estado ocultando durante esos cinco años. Luciano pensaba que si en la anterior oportunidad había reaccionado como lo había hecho y en realidad no le habían mentido, no se quería imaginar cómo iban a estar las cosas ahora que todos habían estado al tanto desde el inicio. Esto era algo que a pesar de saberlo, por algún motivo no había pensado en ello, y ahora llegado el momento no tenía idea de cómo enfrentarlo.
Poco antes del almuerzo los Levjaners recibieron el mensaje de Iliar, pero junto con la advertencia de no decirle nada a los sizvitels, de modo que guardaron silencio.
Durante el almuerzo Dylan fue consciente de la preocupación de Luciano y se dijo que aquel individuo en realidad era mucho más necio que él, primero se preocupaba por su decisión de mantenerse alejado de Sophie, y ahora se preocupaba por lo contrario. No obstante, decidió dejarlo en paz porque tal vez solo necesitaba hacerse a la idea y nada más.
Apenas habían abandonado el comedor y se dirigían hacia el salón cuando los cuatro se tensaron, pero mientras los Levjaners estaban preparados los otros dos no. Luciano identificó con rapidez y en primer término la energía de Derek, algo que no era tan extraño puesto que él iba con frecuencia y no le gustó mucho identificar la de la vidmagy, pero cuando realmente se alarmó fue cuando identificó otras dos que aunque las había sentido solo una vez y de eso hacía poco más de cinco años, estaban perfectamente registradas en su memoria sensorial. Y en el caso de Dylan también había identificado la de Derek y la de Sophie lo que lo había hecho sonreír, pero sus cejas se juntaron al percibir otras dos que no había sentido antes pero que le resultaban extrañamente familiares. No obstante, pensaba decirle a Luciano que no era necesario que se quedase porque sabía que ella no le era precisamente simpática y lo entendía, pero en realidad nadie tendría ocasión de hacer ni de decir nada.

Phillipe se había ofrecido a acompañar a su hija y a sus nietos, pero Sophie le había dicho que no era necesario, con quien si no pudo hacer nada fue con Derek ya que el chico dijo que de ninguna manera los dejaría ir solos. Los niños no solían salir mucho porque era algo que no se acostumbraba, lo más que hacían era dar cortos paseos por los alrededores de la propiedad, de manera que iban muy contentos. Sin embargo, apenas el carruaje se había detenido al pie de las escalinatas de entrada, ambos niños habían saltado con una agilidad impresionante y ya corrían por las escaleras cuando su hermano apenas ayudaba a Sophie a bajar del carruaje. Apenas Sophie puso los pies en el suelo y olvidándose del decoro, había levantado el frente de su falda emprendiendo la carrera tras los niños al igual que Derek, y si habían logrado casi darles alcance había sido porque el mayordomo había demorado en abrir las puertas. Aún así el pobre individuo no tuvo ocasión para anunciar a los visitantes porque los dos adultos entraron en carrera tras los dos pequeños.
-         Luciano…  --  estaba diciendo Dylan cuando quedó interrumpido por un grito
-         ¡Haryk!  --  exclamaron los gemelos
Dylan apenas si había alcanzado a girarse cuando sus ojos se abrieron con desmesura, una extraña sensación oprimió su pecho y el mundo comenzó a girar a velocidades indecentes. Los presentes no sabrían nunca – Dylan incluido – si era que sus piernas se habían negado a seguir sosteniéndolo o si había sido por voluntad propia, pero todos vieron que caía de rodillas y como un acto reflejo estiraba los brazos para recibir en ellos a las dos personitas que estaban a punto de derribarlo.
Derek y Sophie se habían quedado paralizados en el umbral de la puerta del salón al escuchar el jubiloso grito de los gemelos, y si bien Derek sabía perfectamente lo que significaba aquella palabra, Sophie no necesitó que nadie se lo dijese para saberlo y de forma inevitable de los ojos tanto de la madre como del hijo se desbordó la emoción al ver a los niños abrazar a su padre.
Luciano por su parte y por primera vez en su vida era presa de un caótico revoltijo de emociones. Por una parte y como era lógico no pudo sustraerse a la emoción que produjo el encuentro de los aykeris con su padre, pero estaba lidiando no solo con su propia emoción sino con la de Dylan y para su mayor confusión con la de los niños. A esto se sumaba el malestar que le producía la presencia de Sophie y para completar el cuadro, la angustia por la posible reacción de Dylan.
Y sin duda el caso más extremo era el del propio Dylan, porque aun antes de que llegasen a sus brazos ya el lazo se había establecido de la forma más firme posible, y ahora mientras los tenía abrazados había cerrado los ojos y estaba percibiendo desde los latidos de sus pequeños corazones hasta el emocionado escándalo de sus energías, pasando por el ruidoso torrente de sangre que corría por sus venas y que le estaba gritando que era su propia sangre, que aquellos dos niños eran una parte de él y de la mujer que amaba.
Después de un momento que pudo haber sido solo unos pocos segundos o toda la eternidad, Dylan se separó un poco para mirar sus rostros y la emoción volvió a embargarlo de mil maneras diferentes, lo primero que vio fueron sus ojos, y aunque eran sin duda del color de los de Sophie, identificó dos expresiones diferentes, en una fue como ver la propia, pero la otra aunque igualmente conocida no era la suya, por lo demás era como mirarse en un espejo.
-         ¿Por qué tardaste tanto?  --  estaba preguntando la niña
-         ¿Te quedarás con nosotros?  --  fue la pregunta de Alexander
Pero si Dylan no tenía una respuesta para la primera pregunta sin duda sí la tenía para la segunda, de lo que no estaba muy seguro era de que su voz lograse abrirse paso a través del grueso nudo que bloqueaba su garganta, mismo que se hizo aun mayor cuando su hija elevó la mano para secarle las lágrimas que no había notado que estaban allí.
-         Claro que voy a quedarme  --  logró decir Dylan y su hija se colgó de su cuello llenándolo de besos
-         Lucía vas a asfixiarlo  --  la riñó Alexander y miró a Dylan  --  No te preocupes papá, normalmente no es así es solo…
Pero Dylan había dejado de escuchar porque se había quedado clavado en el papá y ahora era él quien parecía querer asfixiar a su hijo en un apretado abrazo. Finalmente Dylan parecía haber notado que el mundo no se reducía a las dos personitas que tenía en sus brazos y se levantó, en ese momento los niños también notaron que había una inusual cantidad de personas allí y la mayoría en cuanto ellos habían dejado los brazos de su padre, habían doblado las rodillas y todas las cabezas se habían inclinado.
-         Dhakvrevit larsèvirieris  --  saludaron todos
-         Dejavrys  --  dijo Alexander
Dylan lo miró con curiosidad mientras los Levjaners y la media docena de Lovets incluidos Patrick y Andrew, se ponían de pie. Sophie había recuperado la movilidad en el momento que Dylan comenzaba a hacerse las lógicas preguntas.
-         Creo que tenemos que hablar Dylan  --  le dijo ella
-         No vas a reñirlo ¿verdad?  --  preguntó Alexander
-         No cariño, no voy a reñirlo pero necesito hablar un momento con él y ustedes se quedaran con Derek hasta que volvamos ¿bueno?
-         ¿Y por qué no puedes hacerlo aquí?  --  preguntó Lucía juntando las cejas
En ese momento Dylan sintió un inexplicable deseo de reír y aunque sabía que eso habría sido malo, fue aun peor que abriese la boca.
-         Porque así no podrán ver cuando me golpee
-         ¡Dylan!  --  exclamó Sophie
De los cuatro payasos presentes, solo uno se atrevió a reír mientras que los otros tres hacían su mejor esfuerzo por no hacerlo, pero después que Sophie le lanzó una venenosa mirada a su hijo, Derek comprendió que era mejor guardar la compostura.
-         Vengan niños  --  dijo tomándolos de las manos mientras Sophie prácticamente sacaba a Dylan a rastras
Una vez que la pareja hubo abandonado el salón, los Lovets recibieron autorización para marcharse también y los niños se acercaron a Iván y a Iliar para saludarlos, pero después de eso se giraron hacia el otro personaje presente. Luciano no había acertado a moverse aun y tenía el aspecto de haber sido golpeado por algo sumamente contundente. Los niños se acercaron a él y después de mirarlo durante unos segundos Lucía pasó su mirada a Yvaylo y luego de nuevo a Luciano.
-         Tú eres Lucien  --  le dijo y él elevó las cejas pero asintió  --  ¿Eres mudo?
-         Por supuesto que no  --  dijo él mientras Alexander miraba mal a su hermana y se acercaba a Lucien con la mano extendida
-         Me alegra conocerte tío Lucien, yo soy Alexander 
Sin embargo, él no tuvo ocasión de responder porque Lucía después de mirarlo de la forma más desagradable posible en opinión de Lucien, ya estaba hablando de nuevo
-         Creo que no nos parecemos en nada
-         Y no hay razón para ello  --  dijo él esta vez con rapidez
-         Y eres antipático
-         Pues creo que no eres tú mucho mejor
-         Con lo que queda claro que sí se parecen  --  dijo Iván ahogando la risa
-         ¡No nos parecemos!  --  dijeron ambos al unísono
Hasta allí les llegó la compostura a todos que soltaron una sonora carcajada mientras las dos criaturas se fulminaban con la mirada.

Entre tanto Sophie y Dylan habían entrado al estudio y aunque Dylan amaba a Sophie con cada centímetro de su persona, el reciente e inesperado descubrimiento de su paternidad  hacía que no hubiese nada que quisiese menos en ese momento que estar separado por ningún período de tiempo de sus hijos.
-         Sophie…
-         Yo estoy tan sorprendida como tú Dylan, hace un par de horas mientras hablaba con mi familia  --  se interrumpió al ver que Dylan esbozaba una sonrisa porque estaba imaginando el tono de esa conversación, pero ella decidió ignorarlo y prosiguió  --  unos recuerdos que no habían estado allí antes o al menos no en su totalidad, me hicieron darme cuenta de algo en lo que no podía haber pensado aunque había un montón de cosas que debieron indicarme lo obvio pero…
-         Sophie  --  la detuvo él sujetándola por los hombros  --  esto es lo más maravilloso que me ha sucedido en la vida, no tienes que intentar justificar nada porque yo tampoco lo imaginé ni por un solo momento, estuve muy ocupado martirizándome al imaginarte en otros brazos, pero te juro que de haber sabido que eran míos nada me habría detenido hasta conseguir tenerlos a los tres junto a mí  --  le dijo atrayéndola hacia su pecho
-         Ahora tengo miedo Dylan
-         ¿Por qué?
-         Derek me contó acerca de Brian y de lo que quieren hacerte
A medida que Sophie hablaba diciéndole todo aquello que le había contado Derek y acerca de las medidas que se habían tomado para proteger a los niños, una ira ciega se había ido formando en el interior de Dylan al darse cuenta que todos sabían que él era el padre de esos niños y se lo habían ocultado. De modo que aunque quería tranquilizarla, llegó un momento en el que la rabia lo superó y apartándola salió sin que apenas Sophie lo notase y menos aun tuviese tiempo de detenerlo.

Después de la infortunada conversación entre Lucien y Lucía, el primero se había encaminado directo hacia donde estaban las bebidas y había despachado en rápida sucesión varios vasos de lo que Dylan llamaba infame bebida, pero mientras él estaba absorto pensando en quién sabía qué, los Levjaners mantenían una animada conversación con los pequeños sizvitels y con Derek. No obstante, Alexander se interrumpió a mitad de una frase y Lucía corrió en dirección a Lucien, solo que no llegó a tiempo y lo próximo que vieron fue a Dylan apretando el cuello de Lucien.
-         ¡Eres un cretino infeliz!  --  le estaba gritando mientras sus rojos ojos tenían un brillo demencial --  ¡No tenías ningún derecho!
-         Dylan… si me…
-         ¡Cállate desgraciado!  --  dijo golpeándolo contra la pared  --  ¡No vas a decirme ahora lo que no me dijiste antes!
-         Rybik…  --  intentó Iliar
-         ¡Todos ustedes son unos traidores!
Sophie había llegado en carrera pero Derek la había sujetado porque sabía que en aquel estado Dylan podía resultar directamente peligroso. Sin embargo, fue la voz de Lucía la que pareció ejercer algún afecto en él.
-         Suéltalo haryk  --  dijo la niña metiéndose como pudo entre él y Lucien
Por un momento Derek tuvo la espantosa idea de que Dylan no fuese capaz de razonar y su hermana saliese lastimada, de modo que se movió pero fue detenido por Iván.
-         Por favor haryk  --  insistió la niña y como Sophie vio que Dylan había aflojado la garganta de Lucien que parecía estar ahogándose, decidió ayudar
-         Dylan estoy segura que todo tiene una explicación 
-         Es tu hermano haryk  --  agregó Alexander
-         Haryk es odioso pero como dice Alex es tu hermano
Finalmente Dylan lo soltó pero abandonó la estancia a una velocidad endemoniada e Yvaylo salió tras él al igual que Iván mientras Derek se acercaba a Lucien para ayudarlo a ponerse de pie porque Dylan lo había lanzado a varios metros.
-         ¿Estás bien?  --  le preguntó y el asintió
-         Ahora solo tenemos que evitar que haga una estupidez  --  dijo pero se encontró con un furioso para de ojos
-         Mi papá no es estúpido  --  siseó Lucía con ira
-         Eso es muy discutible  --  dijo él haciendo que Itlar cerrase los ojos con resignación
-         Acabo de salvarte pero debí dejar que te rompiera la cabeza
-         Pues no necesitaba su ayuda señorita
-         Bueno, la próxima vez dejaré que te mate
-         ¡Lucía!  --  exclamaron Sophie y Alex al mismo tiempo pero nadie pareció prestarles atención

A pesar de la pésima situación Iliar y su hijo sintieron un maligno regocijo y se plantearon la posibilidad casi segura de que fuese la pequeña sizviteliani quien le rompiese su dura cabeza al orgulloso sizvitel.

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