Aunque Dylan había salido con mucha prisa no se había alejado mucho porque
al parecer una fuerza invisible se lo había impedido, de modo que cuando se
detuvo, los dos Levjaners casi chocan con él porque no esperaban que lo hiciese
tan pronto. Dylan se había dejado caer en el suelo y había hundido la cabeza
entre las manos. A pesar de que Yvaylo no poseía la habilidad de su padre, no
tuvo ninguna dificultad en captar el caótico estado de las emociones y lo
pensamientos de Dylan, pero decidió que había que dejar que se tranquilizase un
poco antes de intentar nada, y pasados unos minutos Iván se aplicó al máximo
para poner algo de orden en la energía del individuo.
Lo último que Dylan se habría podido imaginar en la vida era que hubiese
sido el progenitor de aquellas dos criaturas, como le había dicho a Sophie
había estado demasiado ocupado martirizándose al imaginarla en brazos de
Kendall y sintiendo pena por sí mismo, lo que ahora en su opinión había sido no
solo egoísta sino estúpido. Como Dylan solía juzgarse a sí mismo con escasa
compasión, en esta oportunidad no fue diferente y estaba reprochándose en todos
los tonos que por su enorme necedad se había perdido de los cinco primeros años
en la vida de sus hijos.
-
Mis hijos --
dijo en voz alta
Una mezcla de dolorosa felicidad embargó su pecho y sintió la enorme
necesidad de tenerlos en sus brazos de nuevo, pero por encima de todo destacaba
la decisión irrevocable y firme de no separarse bajo ninguna circunstancia de
aquellos dos pedazos de sí mismo.
-
¿Por qué? --
preguntó mirando a los Levjaners
-
Hay varias razones --
dijo Yvaylo con cautela
-
Pues pueden empezar a decírmelas
porque ahora difícilmente puedan alegar desconocimiento ya que es evidente que todos lo sabían --
dijo con una calma que se les antojó peligrosa
-
En primer lugar y quizá de manera
equivocada, en atención a tu propia salud mental --
comenzó Yvaylo mientras Iván continuaba en su empeño por mantenerlo
tranquilo -- Cuando nos planteamos la posibilidad de que
fueses el padre apenas estabas haciéndote a la idea de lo sucedido, y teniendo
en cuenta lo mucho que habías sufrido por ello repito que tal vez de forma
errónea pensamos que era mejor que no lo sospecharas como lo estábamos haciendo
nosotros.
-
Supongamos que entiendo eso --
dijo Dylan -- ¿Por qué no me lo dijeron cuando nacieron los
niños? ¡Tenía derecho a saberlo!
-
Y nadie dice que no sea así
Rybik --
en esta ocasión fue Iván el que habló
-- pero ahora te voy a pedir que
aunque sé que es difícil intentes entender la difícil situación en la que nos
encontrábamos. Eres padre de unos niños muy especiales en varios sentidos, en
primer término sabes lo difícil y hasta extraño que resulta que un Devrig logre
concebir. Segundo, no son cualquier mydevrig, tú eres un sizvitel y por lo
tanto ellos también lo son, de modo que el segundo motivo por el que se te
ocultó fue por su propia seguridad.
Dylan pensó de manera por demás absurda, que ellos a su vez sustentaban la
idea de que pudiese hacerle daño a sus hijos.
-
Por supuesto que no Rybik, el problema no eres tú sino tus enemigos -- se
apresuró a aclarar Iván -- ¿Imaginas lo que harían con esa información?
Y como ciertamente podía imaginarlo ya que sabía perfectamente que al menos
Swaney lo había estado intentando todo para dañarlo a través de sus amigos, sus
ojos se dilataron y fue presa del más absoluto y puro terror.
-
Hemos hecho todo cuanto nos ha sido
posible en beneficio de su seguridad
-- continuó Iván --
Milorad dio su consentimiento para que su hija Istziar se hiciese cargo
de la atención y el cuidado diario de los aykeris, hay un Lovet destacado
exclusivamente para protegerlos y Aleksèi se encarga de atender su salud.
Además Istval se ha tomado el asunto de forma personal y viene con tanta
frecuencia como le es posible, lo que ha establecido un lazo entre él y los
niños que garantiza que en caso de peligro él va a sentirlo de forma inmediata.
Y de manera más reciente, Iziaslav decidió que Iliar se incorporase de forma
velada a la vigilancia al asignarle la tarea de proteger a Derek.
Dylan tuvo que reconocer que se habían tomado muchas molestias para
brindarles la mejor protección a los niños y sintió un enorme agradecimiento
hacia todos los involucrados en ello.
Yvaylo que seguía atentamente todas las reacciones de Dylan, pensó que su
padre podía ser un payaso de oficio pero sin duda era el mejor en lo que hacía,
ya que no solo había logrado dar una explicación razonable y que englobaba de
forma sucinta y precisa lo que se había hecho y por qué, sino que al mismo tiempo
había conseguido tranquilizar a Dylan.
-
Debo volver --
dijo Dylan poniéndose de pie
-
Espera -- lo
detuvo Yvaylo -- ¿Recuerdas lo que te dije cuando decidiste
contarle todo a la vidmagy? -- pero como Dylan lo miró con desconcierto él
agregó -- Te dije que no todo es lo que parece y que lo
que sucede tiene una razón aunque no lo entendamos. Para todos fue duro tener
que ocultarte algo que sabíamos tenías derecho a saber, pero lo hicimos porque
fue lo que consideramos más prudente por ti y por los aykeris. Sin embargo,
para nadie fue más duro que para Lucien, creo que después de lo sucedido con su
madre, esto es lo más difícil que le ha tocado vivir, pero todo lo que hizo lo
hizo por amor Rybik, tú eres su hermano y no tienes idea de lo duro que ha sido
para él tener que callar durante estos cinco años y esforzarse para que no
tuvieses acceso a sus pensamientos. Fue por tu tranquilidad que sacó a Aleksèi
de Zatvor y aunque ya Iziaslav le había concedido el indulto, él lo habría
sacado lo mismo en caso contrario si con ello te ayudaba de alguna manera
En ese momento Dylan recordó lo mucho que Luciano se había esforzado en
mantenerlo lejos de Inglaterra y por evitar que se acercase a Sophie, y su ira y su preocupación cuando esto había
sucedido, al igual que recordó su conversación con Iziaslav y lo que éste le
había dicho con relación a estar preparado y dispuesto a aceptar más de una
verdad. Por el mismo camino recordó también lo duramente que había juzgado la
actitud y el orgullo de Luciano al negarse a perdonar a su padre aun sabiendo
que tenía razones de peso para no hacerlo y ciertamente él no tenía ningún
derecho a atrincherarse en su necio orgullo por mucho menos y por algo que
definitivamente habían hecho tanto en su beneficio como en el de sus hijos. De
modo que asintió pero antes de regresar recordó algo y miró a Iván.
-
Dijiste que los niños son muy
especiales por varios motivos -- le dijo
-- ¿A qué te refieres exactamente?
-
El solo hecho de ser mydevrigs ya los
hace especiales por lo que ya sabes, pero además de eso y para no cansarte no
sé si estás al tanto de que los mydevrigs hasta que superan los quince o
dieciséis años no dan muestras de su naturaleza, es decir, son en todo igual a
un niño completamente humano, pero en el caso de los tuyos han dado muchas y
muy variadas muestras de lo que son, de modo mi querido sizvitel que me temo
que tendrás que aprender muy de prisa acerca de cómo educar a tus aykeris --
finalizó con una sonrisa malvada
-
Bueno, les llevo algunos años de
ventaja
-
Yo en tu lugar no contaría mucho con
ello, por lo pronto deberías aplicarte con el idioma porque los niños parecen
haber nacido hablándolo -- dijo mientras ahogaba la risa
Así como hacía un momento Yvaylo había sentido admiración por la habilidad
de su padre, en ese instante le provocaba sacudirlo porque aunque él mismo no
era muy diferente, pensaba que no era el mejor momento par burlarse de Dylan.
Entre tanto en Livingstone Sophie ya comenzaba a preocuparse tanto por la
abrupta salida de Dylan como por su demora.
-
¿Derek, crees que todo está
bien? --
preguntó en voz inútilmente baja porque todos los presentes podían
escucharla sin ningún esfuerzo
-
Seguro mamá
-
Mi lady --
dijo Itlar acercándose
-
Mamá él es Itlar Drachavo --
dijo Derek y Sophie concluyó que debía ser hermano del otro de modo que
se asombró mucho al escuchar lo que dijo Derek a continuación -- es
el hijo de Iliar -- y aunque abrió los ojos con desmesura, Itlar
ignoró eso
-
Mi lady solo quería decirle que una
de nuestras características es que nuestros sentimientos se magnifican --
algo que ya Dylan le había informado
-- por lo tanto nuestras
reacciones también aunque trabajamos mucho para controlarlas, pero siendo que
el Rybik tiene poco tiempo siendo un Devrig
-- ¿poco? Pensó Sophie que desde
su perspectiva lógicamente más de 20 años no le parecían precisamente
pocos --
aun le cuesta controlarlas, pero le aseguro que los Sesviatsky están
perfectamente capacitados para evitar que sufra ningún daño
-
Gracias señor Drachavo -- le
dijo y miró a su hijo -- Quizá sea mejor regresar a Darnley entonces
y…
-
¡No!
-- exclamaron los niños
Lucien que encontraba inmejorable la idea de Sophie, arrugó el entrecejo y
apuró el contenido de su vaso.
-
De acuerdo niños, esperaremos un
momento más -- dijo ella
Los chicos sonrieron y se volvieron para seguir conversando con Iliar que
al parecer les decía algo muy entretenido porque ambos reían. Sin embargo,
viendo que el tiempo pasaba y Dylan no llegaba Sophie insistió
-
Niños debemos volver a casa porque se
hace tarde
-
Eso no se va a poder
Lucien que al igual que los Levjaners había sentido a Dylan acercarse,
cerró los ojos brevemente, respiró profundo y se giró.
-
¡Haryk! --
habían exclamado los niños mientras corrían hacia Dylan --
Dile a nym mhàyr que es pronto para marcharnos --
dijo Lucía
-
Para eso deben dejarme hablar un
momento a solas con ella -- le dijo él al oído y ambos niños sonrieron,
Dylan les guiñó un ojo y levantándose se volvió hacia Sophie y la tomó por un
brazo --
¿Vienes conmigo un momento?
Entre tanto, Lucien miraba a Yvaylo para enterarse de cómo habían estado
las cosas pero en ese momento sintió una desagradable mirada y giró la cabeza.
Lucía tenía sus azules ojos clavados en los suyos – algo que lo incomodaba
mucho – pero en ese momento dejó de mirarlo y se volvió hacia Yvaylo
-
Eres un mentiroso Yvaylo
-- dijo sin ninguna delicadeza
-
¡Lucía! --
exclamaron Derek y Alexander pero su hermana no les prestó atención
-
Vycenniani sizviteliani --
dijo Yvaylo inclinándose ante ella
-- si de algún modo incurrí en su
disgusto, le aseguro que no fue mi intención
-
¿Por qué le dices eso? --
preguntó Derek
-
Porque dijo que nos parecíamos a éste
-- dijo señalando a Lucien que
tenía la peor de las expresiones -- y además dijo que era porque nuestros ojos
eran iguales a los suyos y no es así
-
Sizviteliani… --
comenzó Yvaylo pero ella no lo dejó continuar
-
Ese tiene los ojos del mismo color de haryk y
nosotros los tenemos como ayhyr
Iván e Iliar estaban haciendo indecibles esfuerzos por no reír de la forma
más despiadada, pero hasta ellos que eran los maestros del “no me importa”
sabían que eso podía costarles sus desquiciadas cabezas, y en el caso de Yvaylo
buscaba frenéticamente cómo salir del lío porque lo último que quería era ganarse
la mala voluntad de la volátil princesa.
-
¿Se me permite hablar? -- le
preguntó y ella asintió -- Cuando hablé del parecido de sus ojos, en realidad
no me refería al color sizviteliani, me estaba refiriendo a la expresión --
pero como Lucía tenía poco más de cinco años esto no le dijo mucho y
seguía mirando a Yvaylo con disgusto
-- Le ruego me disculpe
larsèvirier
-
Bien
-- dijo ella después de pensarlo
un momento -- pero no vuelvas a decir que me parezco a ese
-
Nunca más --
dijo Yvaylo y ella le obsequió su primera sonrisa con lo que Yvaylo
sintió un enorme alivio
-
Ciertamente es la cosa más estúpida
que hayas podido decir o pensar en tu vida Yvaylo Sesviatsky --
dijo Lucien
-
Déjalo en paz -- le
ordenó Lucía
-
Tú no me das órdenes muchachita, así
que diré y haré lo que se me antoje
A pesar de que los Levjaners estaban a un paso de soltar la carcajada,
Iliar recordó a tiempo que ya había visto la expresión de los ojos de Lucía en
otra oportunidad y se comunicó a toda prisa con Iván.
-
Has algo, ella puede causar tanto daño como tú
Sin embargo, Derek que también lo había recordado se estaba moviendo a toda
prisa hacia la niña al igual que Alexander.
-
Compórtate y respeta Lucía -- le
estaba diciendo Alex en el momento que Derek llegó hasta ellos
-
Vamos linda --
dijo a su vez Derek sujetándola
Mientras todo esto ocurría en el salón, Dylan conversaba con Sophie en el
estudio. Lo que tenía que decirle o más bien pedirle no era ni largo ni
complicado, pero sí entendía que podía ser muy difícil que ella lo entendiese.
-
Sophie…
-
¿Estás bien? -- lo
interrumpió ella
-
Nunca me había sentido tan feliz mi
amor --
la tranquilizó él -- pero ahora necesito pedirte algo y si es
necesario que suplique lo haré
-
¿De qué hablas Dylan? -- preguntó ella horrorizada porque no se
podía imaginar a Dylan suplicando en ninguna circunstancia
-
No te los lleves -- le
dijo --
sé que no tengo derecho a pedirte eso porque eres su madre pero… también
son mis hijos Sophie y no he tenido oportunidad de…
Pero las palabras quedaron súbitamente bloqueadas en su garganta por el
grueso nudo de las lágrimas, de modo que Sophie se acercó a él y acarició su
rostro.
-
No tienes que suplicar lo que es tu
derecho y el de ellos Dylan, pero debes estar consciente que no pueden quedarse
aquí indefinidamente. Sin embargo, hoy los dejaré contigo, eres su padre y
entiendo lo que sientes
Como Dylan seguía sin poder emitir sonido alguno o al menos no ninguno que
fuese inteligible, la abrazó mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
-
Gracias mi amor --
dijo finalmente
-
No tienes que darlas, como dije
tienes tanto derecho a tenerlos contigo como cualquier padre -- él
sonrió y le dio un fugaz beso
-
Ahora será mejor que regresemos o
creo que nuestra hija intentará matar a Luciano
-- dijo con un asomo de sonrisa
porque había estado escuchando el pleito entre aquellos dos
-
¿Pero qué dices?
-
La verdad puedo entenderla, Luciano
puede llegar a ser muy exasperante
-
Dylan… -- él
sonrió y le dijo poco más o menos lo que estaba sucediendo --
Bueno, no creas que tu hija es muy simpática tampoco
-
No digas eso, es adorable
-
Cuéntamelo cuando hayas estado un
poco más de tiempo con ella, me recuerda de manera grosera a cierto individuo
Dylan soltó una carcajada y se encaminaron hacia el salón. De los presentes
el único que se había enterado de lo conversado por la pareja había sido Itlar
porque los demás estaban inmersos en el pleito entre sus altezas reales, de
modo que se sorprendieron de verlos regresar tan pronto y como los niños tampoco
habían prestado atención a lo que hablaban sus padres, compusieron cara de pena
al escuchar a Sophie dirigirse a los Levjaners.
-
Ha sido un placer conocerlos -- les
dijo pero antes de que pudiese extender su mano los cuatro habían doblado la
rodilla e inclinado las cabezas
-
Estamos a su servicio sarìevi --
dijo Iván
-
Gracias --
contestó Sophie con cierta incomodidad y luego con un suspiro se giró
hacia Lucien -- Le agradezco mucho todo lo que ha hecho
conde, tanto por mis hijos como por Dylan
Lucien se limitó a una ligera inclinación de cabeza y todo lo que quería
era que terminase de marcharse, especialmente porque tenía la peregrina idea de
que con eso lo librarían de cierta pequeña y odiosa presencia, pero no tenía
idea de lo equivocado que estaba en la vida.
-
¿Madre, por qué tenemos que
marcharnos tan pronto? -- preguntó Alex
-
No quiero irme --
dijo a su vez Lucía con expresión de rebeldía
-
Pronto va a oscurecer y…
-
Ustedes no irán ninguna parte --
dijo Dylan interrumpiendo a Derek y mirando a los niños -- si
lo desean y espero que sí, se quedarán hoy conmigo
El grito alborozado de los aykeris hirió dulcemente los oídos de su padre
que se inclinó para recibirlos en sus brazos, mientras que los Levjaners,
Sophie y Derek sonreían y Lucien se llevaba la mano a la cabeza pensando que su
suerte no podía ser peor y que la vida realmente se había ensañado en su contra
si ahora iba a tener que soportar a aquella pequeña amenaza. De modo que por
primera vez en todos los años que llevaba junto a Dylan, pensó en la
posibilidad de marcharse a toda prisa a Italia.
Los niños se despidieron de su madre y de su hermano sin el menor asomo de
aprensión aunque nunca antes habían abandonado su casa ni se habían separado de
su madre, y una vez que Sophie, Iliar y Derek habían salido, Alexander miró a
su padre.
-
Esta es tu casa ¿no?
-
Queremos conocerla --
completó Lucía
-
No, no es mi casa, es nuestra casa porque desde luego es tan
suya como mía -- les dijo
-- y por supuesto que voy a
mostrarles lo que quieran ver
Los gemelos sonrieron complacidos mientras Dylan pensaba que nunca se
habría imaginado que ser padre – algo por lo que no se había preocupado nunca –
lo haría tan inmensamente feliz. Acarició los rostros que lo miraban sonrientes
y pensó: Aún no puedo creer que sean
míos.
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