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domingo, 10 de mayo de 2015

Cap. 49 Ayuda



La desesperación de Dylan por ver a Sophie había alcanzado niveles insostenibles, ya ni siquiera Luciano podía comunicarse con él porque aparte de haberse vuelto directamente desagradable, lo evitaba tanto como podía.
Mary también estaba muy preocupada y se había planteado la necesidad de hacer venir a un médico porque estaba convencida de que su señor estaba enfermo, y ese día en particular cuando Thomas fue por ella, la mujer casi lo envía a casa solo porque no quería dejar a Dylan en aquel estado.
-         Casi no ha salido de su habitación Tom, retiré la bandeja de la comida intacta y tampoco bajó a cenar
Thomas con algo más de sensatez le dijo a su mujer que preguntase si podía hablar con el hermano de Dylan, de modo que Mary se fue al salón.
-         Permiso mi lord  --  dijo al entrar y Lucien levantó la cabeza  --  Thomas pregunta si puede usted recibirlo
Tanto Lucien como Itlar se extrañaron de aquella petición, pero Lucien pensó que tal vez el hombre necesitaba plantear algún asunto relacionado con sus tierras y siendo que Dylan había estado indispuesto había decidido hablar con él, de modo que asintió.
-         Buenas noches mi lord  --  saludó
-         Thomas  --  dijo él  --  ¿Sucede algo?
Como Thomas era un hombre sencillo, le expresó en forma sucinta los temores de su mujer y se excusó por estar metiéndose en asuntos que tal vez no eran de su incumbencia, pero simplemente estaban muy preocupados. Lucien entendió la preocupación de aquellas buenas personas pero no pudiendo decirles nada que los tranquilizase en realidad, hizo venir a Mary y de forma rápida suprimió esas ideas y los envió a casa.
Esa noche ya bastante tarde, Dylan se incorporó en la cama con ganas de salir corriendo. Yvaylo que aunque no estaba en la habitación con él permanecía atento, al sentir esto subió con rapidez en el momento que Dylan salía.
-         Dylan…
Pero él lo apartó y corrió, Yvaylo fue tras él y después de algún tiempo estaban en Illir. Los guardias de la puerta los reconocieron enseguida y doblaron una rodilla.
-         Dhakvrevit larsèvirier  --  saludaron primero al sizvitel y luego poniéndose de pie y adoptando posición de firmes saludaron al Levjaner  --  Dhakvrevit sarì
-         Dejavrys
Dylan caminó derecho hacia las dependencias reales, pero debió ser mucho el escándalo que llevaba y la alteración de su energía que en cuanto entró al salón ya Iziaslav y Janos se estaban poniendo de pie.
-         ¡Rybik!  --  exclamó Iziaslav
-         Señor… ¿podríamos…
-         Déjennos solos  --  ordenó Iziaslav y Janos e Yvaylo abandonaron el salón de inmediato  --  ¿Qué sucede syn?  --  preguntó mirándolo con preocupación porque en realidad parecía muy enfermo
-         Usted me dijo que cuando sintiese que las cosas iban muy mal solo tenía que regresar a casa y…
Iziaslav no estaba muy seguro de qué iba mal aunque podía imaginarlo, de modo que se acercó a él y lo abrazó. Como Dylan no estaba ofreciendo ninguna resistencia porque aparte de que sabía que eso sería inútil, no estaba en las mejores condiciones, Iziaslav pudo ver con claridad meridiana tanto lo sucedido como el infierno que había estado viviendo él en los últimos días y que explicaba la extrema alteración de su energía. Sin embargo, fuera de equilibrar la misma no podía hacer mucho más porque contra los sentimientos cualquier batalla estaba perdida antes de ser iniciada.
Cuando Dylan estuvo más tranquilo, se sentaron y él dio rienda suelta a su lengua. Iziaslav lo escuchó con paciencia y sabía de hecho cómo podía estar sintiéndose ya que era un sentimiento que él recordaba bien a pesar de los muchos años que habían pasado desde la última vez que lo había experimentado.
-         …y ahora estoy mucho peor que antes  --  concluyó
-         Te entiendo Rybik, pero la pregunta es ¿qué quieres hacer?
-         Solo quiero verla… bueno no solo verla  --  en este punto Iziaslav sonrió  --  ¿Es que es tan malo?
-         Por supuesto que no, tú la amas y es natural que quieras verla y estar con ella
-         ¿Y entonces por qué todos se oponen a que lo haga?  --  preguntó poniéndose de pie  --  Luciano me hace la vida miserable, Itlar e Yvaylo… bueno en realidad Yvaylo ya no pero…
-         Rybik  --  lo detuvo Iziaslav  --  trata de comprender, si Lucien y todos los demás se han estado oponiendo es más que todo porque te conocen, aun no hemos olvidado tu desesperación ni la forma como te martirizaste por lo sucedido y simplemente no hemos querido verte pasar por lo mismo. Sin embargo, si ahora has cambiado de opinión y quieres estar con ella sin importar nada más, entonces nadie va a oponerse, nadie tiene ese derecho y solo nos interesa tu felicidad syn.
-         Sé que estoy siendo egoísta porque ella tiene una familia pero no me importa, porque si ella acepta me la llevaré muy lejos de Inglaterra.
-         No lo estás siendo Rybik, tal vez no lo hayas notado pero dijiste si ella acepta, esa sola frase hace la diferencia porque dice que no serías capaz de obligarla
-         ¿Entonces usted está de acuerdo?
-         Mi opinión es irrelevante, aquí lo importante es lo que tú quieras
-         Quiero decirle la verdad a Sophie ¿Tengo su permiso?
-         No es que quieras, es que tendrás que hacerlo, pero debes tener en cuenta que una verdad trae otra y debes estar preparado para afrontarlas todas
-         No entiendo
-         Ahora no lo entiendes pero ya lo entenderás
-         ¿Cómo cree que vaya a reaccionar?
-         Es difícil predecir algo así, si no lo sabemos acerca de nosotros mismos menos aún podemos predecir las reacciones de otros, pero posiblemente mejor de lo que esperas. Tal vez en un principio se muestre… asustada o confundida, pero es una vidmagy y por sus venas corre una sabiduría ancestral que finalmente la hará aceptarlo con serenidad.
-         Y después de ello enfurecerá por haberla engañado
-         No la engañaste, a veces es necesario ocultar algunas cosas a las personas que amamos por diversos motivos, tú lo hiciste por no causarle un dolor y por no ponerla más en riesgo de lo que ya está por ser alguien importante para ti, de modo que eso también terminará entendiéndolo porque te ama.
Estuvieron conversando un rato más y Dylan pensó que aunque durante los últimos años de su vida había logrado tener una mejor relación con su padre y sin duda lo había querido, llevaba mucho más tiempo compartiendo con Iziaslav del que pasó con Joseph, y que a pesar de no tener el aspecto de un padre, en realidad lo había sido para él. En ese momento Iziaslav sonrió.
-         Lamento no tener el aspecto adecuado, pero me alegra que aun así me veas como el padre que inconsultamente yo me considero para ti Rybik  --  le dijo  --  Y ahora como padre, te ordeno ir a tu habitación para que descanses un rato y nos vemos más tarde en el desayuno  --  agregó con sonrisa divertida  --  Que descanses syn
-         Dhavjà haryk  --  dijo Dylan antes de salir
Iziaslav había esperado mucho tiempo para que Dylan dejase de llamarlo señor, de modo que a pesar de la situación, lo hizo muy feliz escucharlo.


Brian había utilizado con éxito – y con ayuda de Franz – la habilidad que le confería su condición para evitar acercarse a los gemelos, y siendo que ni Madeleine ni Derek tenían interés en que lo hiciera, sus esfuerzos se concentraban en Sophie. Sin embargo, era algo que no podía evitarse para siempre y el momento llegó. Brian y Franz iban de salida cuando venía Derek con los gemelos y fue inevitable el encuentro.
Sin duda Derek había adquirido un gran dominio de su mente porque de inmediato la protegió y disimuló de forma inmejorable su tensión.
-         ¡Ah Brian!  --  exclamó y luego se volvió hacia los gemelos  --  Niños, éste es nuestro hermano mayor Brian
Sin embargo, si Derek tenía un extraordinario control sobre su mente y sus emociones, no era el caso de Brian y aunque Derek no poseía las habilidades de los Devrigs, no era necesario para percibir el enorme caos emocional de su hermano.
-         Niños  --  dijo a duras penas y fue lo único que logró abrirse paso a través de su garganta
Pero lo realmente sorprendente fue lo que sucedió a continuación y para lo que ciertamente nadie ni aun conociendo la condición de los gemelos habría estado preparado. Alexander soltó la mano de Derek y dio un par de pasos en dirección a Brian que instintivamente dio uno hacia atrás.
-         Si intentas hacerle algo, lo vas a lamentar  --  dijo con voz helada
No obstante, si esto de por sí ya era sorprendente, lo siguiente lo fue mucho más porque los ojos de la pequeña Lucía adquirieron el peligroso color de los rubíes y sin moverse ni un milímetro pero mirando con intensidad a Brian se atrajo la mirada de éste y un segundo después el chico ahogó una exclamación y se llevó las manos a la cabeza en evidente gesto de dolor.
A pesar de la angustiosa situación, Derek demostró una vez más su dominio porque aun queriendo hacer algo - aunque no sabía qué -  tenía muy claro que era de vital importancia que aparentase no estar notando nada, de manera que fue Illiar quien se arrodilló a toda prisa al lado de Lucía.
-         Ilè greykarik sizviteliani  --  susurró en forma urgente  --  Tú no quieres hacer esto
-         Sí, sí quiero
Illiar se sorprendió ante aquella fría ira que le recordó en forma muy vívida a Lucien, pero la peligrosidad de lo que la niña estaba haciendo le recordó al mismo tiempo a su amigo Iván, y lo peor de todo era que nadie podía hacer nada para detener aquello salvo quizá el mismo Iván.
-         Lucía ya basta  --  captó Illiar la orden de Alexander
Sin embargo, la niña tardó aun unos segundos más en ceder y dejar de torturar a Brian. Franz lo sujetó por un brazo y dándole una disculpa adecuada a Derek – aun sabiendo que él estaba perfectamente al tanto de lo sucedido – lo arrastró fuera.
-         ¡Son unos monstruos!  --  exclamó Brian cuando estuvieron lejos y había recuperado la capacidad de pensar y hablar
Aquello no podía gustarle menos a Franz porque estaba hablando de sus altezas reales y según el credo de aquellos individuos, ellos nunca hacían nada mal aunque decidiesen matarlos a ellos mismos. De manera que aunque se enfureció al escucharlo, tiró de toda su paciencia y acercó sus manos a la cabeza del chico para aliviar el dolor que sabía debía estar sintiendo.
-         Cálmate Brian, y recuerda que no son niños comunes y si perciben tu odio reaccionaran en consecuencia
Entre tanto Derek había llevado a los niños arriba e intentaba calmarse y entender lo que había sucedido. Si bien él estaba perfectamente al tanto de lo que eran sus hermanos y que hasta la fecha habían dado más muestras de su naturaleza de lo que se consideraban normal para su edad – según lo que le habían dicho – aquello sobre pasaba en mucho todo lo anterior. De modo que después de dejar a los niños con Istziar, se fue a su habitación.
-         Illiar…
-         No tengo una explicación Derek, pero ya sabes que con ellos nada es como suponemos y cada día parece que descubrimos más
-         Entiendo eso pero tenemos que hacer algo, es decir… no sé, debe haber una manera de que aprendan a controlarse
-         Normalmente somos los padres los que debemos hacernos cargo del entrenamiento básico cuando tenemos un mydevrig, pero es algo que no ocurre hasta que su condición comienza a manifestarse cuando son algo mayores y tienen la capacidad suficiente para entender los peligros asociados a nuestra particular naturaleza, y ciertamente ni Itlar, Yvaylo o Aleksèi que son los únicos mydevrigs que conocemos, dieron muestras de su naturaleza hasta una edad más avanzada, en su primera infancia fueron tan normales como cualquier niño exclusivamente humano  --  le dijo Illiar y luego agregó  --  Sin embargo, coincido contigo y en cuanto tenga oportunidad le plantearé la situación al consejo.
Derek no estaba muy contento con eso de en cuanto tenga oportunidad, porque él pensaba que la cuestión era muy urgente, pero igual sabía que no podía hacer nada y tendría que esperar.

Istval estaba sentado en un sillón al lado de la cama y miraba con fastidio a Aureliè. Él estaba consciente – aunque nadie creyese eso – de que había hecho muchas barbaridades a lo largo de su vida, pero aun así le parecía que Iziaslav se había ensañado en su contra – algo que solo podía pensar él – al asignarle aquella odiosa tarea. En su muy particular opinión, ya había hecho bastante salvándole la vida a aquella niña para encima tener que cargar con ella.
-         Vaya, hasta que por fin  --  dijo cuando vio que la chica abría los ojos
-         Lo apropiado sería decir buenos días ¿no?
-         Suponiendo que lo fueran y como no lo son, entonces no
Lo que me faltaba – pensó Istval – que esta mocosa quiera darme también lecciones de buenos modales, como si no tuviese suficiente con Edin
-         ¿Qué está haciendo aquí?
-         Aclaremos algo niña. En primer lugar te aseguro que no es por voluntad propia, y en segundo se supone que ya puedes marcharte.
Aureliè compuso expresión de preocupación y fue relativamente fácil para Istval acceder a sus pensamientos.
Cuando Milorad le había informado todo lo sucedido, primero no había estado muy segura de haber entendido, a continuación había entrado en silencioso pánico tanto por lo que le estaba diciendo él como el dolor atroz que estaba experimentando, de modo que Milorad había procedido a calmarla. Un poco después cuando había despertado de nuevo se convenció de que todo aquello no había sido una horrorosa pesadilla y siendo que era una chica práctica comenzó a hacerle las preguntas básicas a Milorad, pero mientras él hablaba ella se había fijado en algo que el día anterior no había visto. Aquel sujeto era extraordinariamente apuesto y le recordaba a uno que había ido con frecuencia a su taller de costura, de modo que concluyó que por fuerza debían ser parientes. Sin embargo, en un primer momento no se había atrevido a preguntarlo aunque más tarde lo hizo y él sonrió.
-         No, en realidad el único lazo que nos une es que pertenecemos al mismo Clan y aunque nos consideramos hermanos por esto, no llevamos la misma sangre. Pero aun a riesgo de ganarme tu antipatía, sí soy responsable de haberle dado la vida al que te transformó
-         ¿Cómo dice?
-         Que fue mi hijo quien efectuó tu transformación
Aureliè no podía haberse sentido más sorprendida porque aunque no lo recordaba bien, estaba segura que el sujeto que había discutido con su agresor debía tener aproximadamente la misma edad del que le hablaba en ese momento, y siendo que apenas se estaba enterando de lo que le había sucedido, no tenía ciertos detalles acerca de su nueva condición. Durante los días siguientes, Milorad con infinita paciencia en opinión de Aureliè, le había ido explicando el origen de su raza y sobre todo quién era ella. Aureliè había pasado por distintos estados de ánimo durante el relato y si bien finalmente entendió que eran hijos de una maldición, también le pareció que no eran malas personas, o al menos Milorad no lo era. Sin embargo, cuando conoció formalmente a Istval estuvo a punto de cambiar de opinión, pero luego se dijo sensatamente que entre ellos al igual que entre el género humano, debía haber diferencias y de hecho Milorad aunque sin mucho detalle le había explicado la existencia de los otros clanes y que no todos eran buenas personas. No obstante, a Aureliè no le cuadraba mucho que ese individuo hubiese salvado su vida y ahora se portase como si la detestara. Pero hizo eso a un lado y se planteó algo que hasta el momento y como había estado recibiendo tanta información acerca de su nueva condición, no se había planteado. ¿Qué haría ahora? ¿Podría volver a su vida de antes?
-         No, no puedes hacerlo o al menos no de momento  --  dijo Istval
Esto también era algo que ya sabía porque Milorad se lo había informado, a pesar de que se suponía que por su sangre no les resultaba fácil ver lo que ella estaba pensando, siempre era una posibilidad porque eso formaba parte de las habilidades otorgadas por su naturaleza.
-         ¿Por qué no?  --  preguntó
-         Porque hay muchas cosas que debes aprender primero
Aureliè recordó en forma vaga que Milorad le había mencionado algo acerca de un entrenamiento y supuso correctamente que a eso se refería Istval.
-         Entiendo que debo aprender algunas cosas, pero ¿dónde iré entonces?
-         Vendrás a mi casa conmigo
Ella abrió los ojos con desmesura porque aquello no podía considerarlo más impropio, ella era una chica y él era un hombre, de manera que eso estaba fuera de consideración.
-         Escucha niña, tendrás que modificar algunos de tus pensamientos para vivir en nuestro mundo
-         Disculpe pero no creo que ni en este ni en ningún otro mundo, esté bien que una mujer resida en la misma casa con un individuo que no es su pariente
-         Veamos, si te pones extremista entonces considera que a la larga sí lo somos, porque ahora eres una Yaroslávich y siendo que yo también lo soy, eso nos hace parientes
A Aureliè aquella le parecía una explicación por demás absurda, pero pronto descubriría que con aquel sujeto no se podía discutir y menos aun razonar.
-         Bien, si haces el favor de salir de la cama podremos marcharnos
-         De veras creo que…
-         ¡Kandly!  --  la interrumpió él  --  No tengo tiempo para perderlo, así que date prisa
Dicho esto abandonó la habitación, pero no podía encontrarse con nadie peor, porque  Irakli y Hani eran los individuos menos misericordiosos después de Iván e Illiar a la hora de hacerle la vida miserable al prójimo.
-         Creo que vas a disfrutar mucho de tu nuevo rol de niñera, jefe  --  dijo Hani ahogando la risa
-         Un cambio brusco e inesperado pero decididamente divertido diría yo  --  dijo Irakli --  al menos para nosotros 
Ambos estallaron en sonoras carcajadas mientras Istval se planteaba seriamente suicidarse, el gran problema era que a menos que encontrase la forma de separar su discutida cabeza del resto del cuerpo, no tenía muchas posibilidades de eso.


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