Dylan se había sentido preocupado la noche anterior por la intempestiva
marcha de Luciano y porque éste no había regresado, no obstante, Yvaylo lo
había tranquilizado diciéndole que recordase que Itlar estaba con él, pero aun
así Dylan pasó prácticamente toda la noche despierto y teniendo en cuenta que
la noche anterior tampoco había dormido porque se la había pasado contemplando
el sueño de sus hijos, cerca de las cuatro de la mañana se había recostado en
su cama a descansar un rato y se había quedado dormido.
Sin embargo, tuvo un brusco y muy escandaloso despertar cuando su hija
literalmente le cayó encima.
-
¡Kasny din haryk! --
exclamó llenándolo de besos
-
Buenos… días… linda --
saludó él intentando respirar porque Lucía estaba encima de su pecho y
lo asía por el cuello
-
Lucía quítate de encima -- le
dijo su hermano -- Buenos días papá
-
Buenos días hijo -- lo
saludó Dylan cuando a su hija le pareció oportuno soltarlo
-
Levántate haryk, prometiste llevarnos
a la villa, a donde jugabas cuando eras niño y…
-
Espera, espera -- la
detuvo él -- vamos a cambiar un poco los planes -- y
la niña compuso cara de disgusto -- créeme, va a gustarles mucho
Una vez que Dylan se hubo aseado y cambiado de ropas mientras sus hijos
brincaban y registraban todo en su habitación dejándola en completo desorden,
bajaron a desayunar, los niños saludaron a Yvaylo y Dylan lo miró pero Yvaylo
negó.
-
No te preocupes haryk, estamos mejor
sin él -- dijo Lucía aunque ellos no habían dicho nada
Estaban terminando de desayunar cuando llegó Aleksèi. Los niños saltaron de
sus sillas y corrieron hacia él.
-
Veamos jovencitos, eso de marcharse
sin decirme nada me rompió el corazón
-- les dijo
-
No es cierto --
dijo Lucía sonriendo
-
¿Ah no? --
preguntó él en tono ofendido, pero Lucía se le quedó mirando unos
segundos antes de volver a hablar
-
Ni siquiera estabas pensando en
nosotros -- y a continuación apareció la ya muy conocida
sonrisa maligna -- ¿Vas a cambiarme por… esa zhytsanì?
Aleksèi abrió los ojos con desmesura porque aunque él mejor que nadie
estaba al tanto de las habilidades de los aykeris, Lucía siempre se complacía
en molestarlo.
-
Escuche señorita… --
pero ella estaba riendo
-
Es bonita pero no es para ti Alek
Yvaylo y Dylan estaban a medio camino entre la diversión y la sorpresa,
llegando a la rápida conclusión de que la pequeña sizviteliani realmente
disfrutaba mortificando al prójimo.
-
Ya basta Lucía, déjalo en paz --
dijo Alexander
Después de eso Aleksèi se incorporó y Dylan se le acercó.
-
Gracias Aleksèi, tanto por haber
ayudado a traerlos al mundo, como por el esmero con el que los has cuidado
-
No tienes por qué darlas, solo
cumplía con mi obligación
-
No es cierto otra vez --
dijo Lucía -- Confiesa, nos amas --
todos rieron y Aleksèi la alzó en brazos
-
Y debo estar muy loco para amar a una
kandly que se empeña en hacerme la vida miserable -- le
dijo, pero Lucía rió y le estampó un sonoro beso en la mejilla
Fueron al salón y después de revisarlos, Aleksèi dijo que estaban
perfectamente bien y los niños sonrieron.
-
Bueno ya podemos irnos ¿no? --
dijo Lucía
-
¿Y a dónde se supone que va usted
zhytsanì? -- preguntó Aleksèi y ella miró a su padre
-
Vamos a Illir
-
¿Qué es Illir? --
preguntó Alexander
-
Ya lo verás -- le
dijo él
-
Sugiero que los abriguen bien
sarì --
dijo Aleksèi -- Aun están pequeños y esas temperaturas
podrían afectarlos
-
¿Crees que es mejor que no
vayan? -- preguntó Dylan con preocupación y los niños
miraban alternativamente a uno y a otro
-
Pueden ir pero abrigados como es
debido, aunque no es lo usual como ya debes saber, ellos han dado muestras de
su condición mucho antes de lo esperado y la cuestión de las temperaturas es
una de ellas, la buena noticia es que parecen estar habituándose por sí mismos.
Inicialmente Alexander huía del sol porque se le enrojecía la piel, y en el caso
de Lucía era el frío lo que más la afectaba, pero como dije ya lo manejan
mejor.
Dylan miró a los niños y pensó que necesitaría sentarse a hablar con
Aleksèi para que lo pusiese al tanto de muchas cosas.
-
No te preocupes, aunque nos han
sorprendido en muchas ocasiones, son muy sanos
Dylan volvió a agradecerle y Aleksèi se despidió. Dylan subió con los niños
y buscó entre las cosas que había traído Boris y por fortuna había abrigos de
piel, de modo que se los colocó y estuvieron listos para partir. Dylan alzó a
Lucía pero cuando Yvaylo se proponía alzar a Alexander éste se hizo para atrás.
-
Puedo ir solo --
dijo el chico
Yvaylo se detuvo y miró a Dylan porque Alexander era un sizvitel y no podía
tocarlo sin su autorización, de manera que Dylan volvió a colocar a Lucía en el
piso y se acercó a hablar con su hijo.
-
A ver hijo, estoy seguro que no
necesitas ayuda, pero el lugar al que nos dirigimos está muy lejos, así que por
eso es mejor que Yvaylo te lleve
-
No papá, yo puedo hacerlo solo --
insistió el niño
-
¿Me permite sarì? --
preguntó Boris y Dylan lo miró asintiendo
-
Iuv larsèvirier es muy rápido, así
que es posible que pueda hacerlo
-
Puede ser rápido ¿pero tan rápido? --
preguntó Dylan -- y aun suponiendo que lo fuese, no sabe a
dónde vamos
-
Puedo seguirte papá
Dylan se llevó la mano a la sien porque este asunto de ser papá como que
era más complicado de lo que creía, y para completar no siempre entendía lo que
le decía su hija, pero como tenía que prestarle atención a ambos miró a la
niña.
-
¿Cómo dices linda? -- y
ella lo miró con extrañeza
-
Dice que confíes en él --
aclaró Yvaylo
-
De acuerdo --
dijo Dylan finalmente con un suspiro resignado --
Haremos lo siguiente, le darás la mano a Yvaylo solo para que pueda
guiarte, pero si en algún momento sientes que…
-- pensó un momento cómo decirlo
sin que sonase demasiado mal -- si sientes que estás cansado, dejarás que
Yvaylo te lleve ¿está bien?
Aunque Alexander no estaba muy satisfecho con aquello decidió aceptar, extendió su mano y mientras Dylan alzaba de
nuevo a Lucía, Yvaylo sujetó la mano de Alexander y se inclinó un poco.
-
Estoy seguro que puede hacer esto
larsèvirier, pero es mejor no mortificar a su padre ¿no cree? -- le
dijo guiñándole un ojo y el chico le sonrió
Partieron e independientemente de lo que Dylan hubiese podido creer o
esperar, ciertamente su hijo consiguió llegar y cuando se volvió para mirarlo, Alexander sonreía satisfecho. Sin embargo, no
pudieron decir nada porque Lucía había lanzado una exclamación al ver el
palacio, de modo que se encaminaron a la entrada.
Dylan e Yvaylo sonreían con diversión al ver las caritas de los niños, y
era la primera vez en los últimos tres días que Lucía había estado silenciosa
por tanto tiempo. Al llegar a las puertas los Havariks que estaban de guardia
doblaron la rodilla e inclinaron la cabeza.
-
Dhakvrevit sizvitel
-
Kasny din dejavrys --
saludó él y ellos se pusieron de pie adoptando posición de firmes para saludar
a Yvaylo
-
Dhakvrevit sarì
-
Dejavrys --
dijo él y entraron
El mayordomo saludó de igual manera a Dylan y abrió los ojos con desmesura
al ver a los niños, pero como nadie fuera de los miembros del Adestrarshy y
algunos del Arkel habían sido oficialmente informados de la existencia de los
aykeris, el hombre se abstuvo de cualquier saludo ceremonial aunque no tenía
ninguna duda de quién era el progenitor de los pequeños.
El mayordomo les informó que Iziaslav estaba en su salón particular y
aunque Lucía y Alexander parecían querer detenerse a verlo todo, Dylan decidió
que luego tendrían tiempo para ver lo que quisiesen.
Iziaslav estaba en compañía de Milorad esperando que Janos les avisase
cuando Lucien estuviese en condiciones en el momento que entraron Mirsad y
Goran, sus consejeros.
-
Dhakvrevit Sozdatel’ --
saludaron ambos -- Sarì, los Devrigs citados para hoy esperan en
el salón real -- dijo Goran, pero Iziaslav de lo último que
tenía deseos ese día era de escuchar lo que en su opinión y mayormente eran
peticiones absurdas
-
¿Hay algo que realmente…
Su intención era preguntar si había algo de verdadera importancia, ya que
sus consejeros estaban en la obligación de tener una idea de las razones por
las que se solicitaban las audiencias. Sin embargo, se había interrumpido con
brusquedad al sentir la presencia de Dylan, y cuando giró la cabeza hacia la
puerta ésta se estaba abriendo pero ni Dylan ni Yvaylo ni el azorado Boris que
nunca había estado en el salón privado del sozdatel’, tuvieron ocasión de
saludar apropiadamente porque los aykeris apenas habían asomado sus pequeñas
cabezas, habían proferido un grito muy parecido al que habían lanzado el día
que habían visto a su padre por primera vez.
-
¡Ymharyk! [2] -- exclamaron y corrieron hacia Iziaslav
Goran y Mirsad tuvieron que hacerse a un lado con la mayor de las prisas o
habrían sido aparatosamente atropellados por los niños, y en el caso de
Iziaslav apenas si tuvo tiempo para inclinarse y recibirlos en brazos.
Si bien para Dylan la emoción y la sorpresa de ver a sus hijos casi lo
había llevado a sufrir un colapso, a Iziaslav no le estaba yendo muy diferente,
porque aunque en su caso sabía de la existencia de los niños, ciertamente no
esperaba conocerlos hasta mucho después y menos aun que los niños tuviesen
aquella emocionada reacción, de modo que el corazón de aquel individuo estuvo a
punto de dejar de latir y luego comenzó a hacerlo en forma violenta mientras
estrechaba a los aykeris contra su pecho y abundantes lágrimas comenzaron a
resbalar por su rostro.
Milorad tuvo que hacer circular una corriente de energía para que los
consejeros aparte de cerrar sus bocas, adoptaran la adecuada posición de
respetuoso saludo ante sus altezas reales.
Después de unos cuantos minutos durante los cuales Dylan aunque había
doblado la rodilla como todos, mantenía en alto la cabeza viendo con enrome
emoción y una satisfacción aun mayor la escena, Iziaslav se separó un poco para
mirar bien a los niños.
-
Dhavjà Ymharyk -- contestaron ambos muy sonrientes
Posiblemente Iziaslav quisiese decir otras muchas cosas pero tenía la
garganta bloqueada y solo podía mirar aquellos dos pequeños rostros con algo
cercano a la adoración, y quizá lo más impactante para él estaba siendo ver sus
propios ojos en los otros dos pares, porque los hijos que había tenido con Gianna
todos habían heredado el color de los ojos de su madre, y en el caso de los que
había tenido con Seren si bien los habían tenido iguales a los suyos, hacía
demasiados años que habían muerto.
Sin embargo, si él no podía hablar no era el caso de Lucía que ya estaba
diciendo cualquier cantidad de cosas y para consternación de Dylan en
apresurado devriúrik, de manera que Iziaslav hizo un enorme esfuerzo y les
sonrió.
-
Esperen un momento por favor -- les
dijo y caminó hacia Dylan -- Rybik levántate de inmediato y si vuelves a
inclinarte ante mí una vez más… -- pero no finalizó porque en cuanto él estuvo
de pie lo envolvió en un fuerte abrazo
-- Dhavjà syn, jei prav nipravy zviel kasny [4]
A pesar de que Iziaslav nunca le hablaba a Dylan en devriùrik, en esta
ocasión le ganó la emoción y no prestó atención a eso, pero aun así Dylan
entendió y sonrió.
-
No podía ser de otra manera athayr,
tenías tanto derecho como yo a verlos, así que estoy contento de haberlo hecho
Después de eso Iziaslav pareció reparar en que había otras personas allí y
los niños los estaban mirando con curiosidad por lo menos a tres de ellos.
-
Pueden levantarse -- les
dijo
-
Dhavjà sarì --
dijeron ellos
-
Hoy no atenderé a nadie -- les
dijo a los consejeros
-
Ak sarì --
asintieron ambos y salieron a toda prisa
-
Niños, éste es Milorad y es…
-
El padre de Istziar --
completó Alexander sin saber si era eso lo que iba a decir Iziaslav --
estuviste una vez en casa pero no nos hablaste
-
Biagyzlim nym sarì -- se
excusó Milorad -- pero no estaba autorizado para hacerlo
-
¿Rybik, pueden quedarse hoy en
Illir? -- preguntó Iziaslav
-
Dí que sí haryk --
dijo Lucía mirando a su padre
-
Por favor papá -- pidió
Alexander
-
Como creo que somos más contra ti
Rybik, está decidido -- dijo Iziaslav con sonrisa divertida, aunque
Dylan no había tenido intención de negarse
-- Milorad, cita al consejo para
esta noche en el salón real, quiero que conozcan a los niños
-
Ak sarì
Milorad se despidió y cuando iba de salida venía entrando Iyul que se quedó
paralizado en la puerta, pero Dylan lo sacó de la sorpresa.
-
¡Iyul! --
exclamó caminando hacia él y abrazándolo
-
Dyrthàir --
dijo él en forma distraída
-
¡Vaya! Casi podría pensar que no te
alegra verme
-
No digas tonterías --
dijo él pero seguía mirando a los niños
-
Creo que pierdes popularidad ante tus
hijos Rybik -- bromeó Yvaylo
-
Bien, supongo que tendré que
acostumbrarme -- y se volvió hacia ellos --
Niños, él es su tío Iyul
-
¡Ilè holls dumi Jhains! --
exclamó Iyul -- ¡Son idénticos a ti!
Y mientras Dylan y los demás reían de la expresión de Iyul, ambos niños se
acercaron aunque Alexander lo hizo más de prisa que Lucía que lo hizo más
despacio y miraba a Iyul con las cejas
unidas evidentemente por el parecido físico con Lucien.
-
Me alegra mucho conocerte tío --
estaba diciendo Alexander a un todavía sorprendido Iyul, pero que se
había agachado para quedar a su altura
-
Créeme que me alegra mucho más a
mí --
le dijo Iyul abrazándolo, luego miró a la niña y un segundo después
había abierto los ojos con desmesura y miró a su padre que tenía una sonrisa en
los labios -- Voch dum dzuliv vyerìr [5]
-
¿Qué cosa exactamente? --
preguntó Lucía con suspicacia
-
Que sean tan parecidos a su padre,
preciosa -- dijo él con rapidez y Lucía lo obsequió con
una esplendorosa sonrisa
-
Tú sí me gustas ewyr -- le
dijo y a continuación se colgó de su cuello
-
Me alegra mucho saberlo
Obviamente tanto Iyul como Iziaslav habían notado enseguida el parecido
entre las esencias de Lucía y Lucien, y el comentario que ella acababa de hacer
les dejaba muy pocas dudas acerca de la muy probable mala relación existente
entre ambos, algo que desde luego no les extrañaba debido al mencionado parecido,
y en el caso de Iyul repentinamente entendió que posiblemente aquello hacía
parte del malestar de su hermano y por eso había huido de Livingstone. De modo que sintió el repentino deseo de
reír, ya que ahora estaba seguro de haberse estado preocupando innecesariamente
y Lucien lo que tenía era un muy exagerado ataque de malcriadez al haberse
encontrado con su otro yo en
miniatura y contra quien no podía hacer absolutamente nada.
Iziaslav que había seguido con atención los pensamientos de su hijo, se
preguntó si sería eso en realidad lo que tenía Lucien y aunque no estaba
seguro, rogó porque así fuese. Estaba a punto de decirles a los niños que
fuesen a dar una vuelta por el palacio cuando la puerta se abrió de nuevo en
esta ocasión para dar paso a Janos.
-
¡Janos! --
exclamó Dylan pero se detuvo a medio camino -- ¿Tú
también vas a ignorarme? -- le preguntó y Janos sonrió
-
Bienvenido a casa Rybik -- le
dijo saludándolo como de costumbre
Evidentemente Janos había sido mucho más hábil para disimular su sorpresa,
pero después de saludar a Dylan, había doblado una rodilla ante los niños.
-
Dhakvrevit iuv larsèvirieris --
saludó
-
Niños, éste es Janos Dvòrak, un gran
amigo --
dijo Dylan como de costumbre mucho menos formal
-
Mucho gusto señor Dvòrak --
dijo Alexander -- y si es amigo de papá también lo es mío --
dijo el niño extendiendo su mano
-
Gracias alteza, pero puede llamarme
Janos --
y Alex sonrió
Janos giró la vista hacia la otra personita que lo examinaba en silencio y
que en ese momento hacia una graciosa reverencia y a continuación extendía su
mano.
-
Sarì Dvòrak --
dijo mientras Janos rozaba los pequeños deditos con sus labios
-
Larsèvirier, ho njè zadvalienè hakierdam [6] -- le
dijo hablándole en el mismo idioma ya que ella así lo había hecho, pero después
miró a Dylan con un brillo de diversión en los ojos -- Has
hecho un buen trabajo con el idioma
Rybik --
pero Dylan no era de los que se quedaba callado
-
Bueno, supongo que tendrás mucho
menos trabajo con ellos que conmigo porque no te vas a librar de la
responsabilidad de instruir a mis hijos
-
Óyeme, ya estoy viejo para esto
-
Pues lo lamento por ti --
dijo Iyul que tampoco perdía oportunidad de mortificar al prójimo cuando
podía --
porque si nym athayr te consideró adecuado para encargarte nuestra
educación, desde luego nosotros también
-
Así que te sugiero irte preparando
Janos --
le dijo Dylan -- y de veras que ya quiero ver cómo te las
arreglas con dos
Janos en verdad amaba a todos los miembros de la familia real, pero no pudo
evitar gemir internamente porque si había alguien que conocía bien a todos los
príncipes incluido Dylan, era él, por lo tanto le bastó una mirada a los
aykeris para saber que mientras Alexander sería un constante cuándo, cómo y por qué al igual que
Dylan, la dulce kandly, sería un constante dolor de cabeza como lo había sido y
lo seguía siendo Lucien.
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