El cumpleaños número veintiuno de Derek se acercaba y Madeleine lo veía
como una terrible sombra amenazante que se cernía sobre ellos, y después de lo
sucedido el día anterior decidió ir a Cleves y después de saludar a su tío y
decirle que había ido a buscar unas cosas, fue al salón y susurró:
-
¿Adrian puede escucharme?
-
¿Qué se le ofrece mi lady? --
preguntó el Lovet unos segundos después y haciéndose visible ante ella
-
No sé si es posible pero… ¿podría
darle un mensaje Istval Korsacov?
-
Por supuesto --
dijo él -- ¿Qué desea que le diga?
-
Que necesito hablar con él tan pronto
como le sea posible
-
Muy bien mi lady -- un
segundo después había desaparecido
Madeleine subió a su habitación porque como le dijo a Phillipe que iba en
busca de algunas cosas, tenía que llevar algo. Sin embargo, aun no había
decidido qué llevarse cuando Istval apareció frente a ella haciendo que se
sobresaltase.
-
Dum horiani nym sarìevi [1]
-- se disculpó él --
según nym mhàyr tengo la molesta costumbre de no anunciarme
-
Descuide, gracias por venir tan
pronto
-
¿Han lavyl? --
preguntó él
-
¿Cómo dice?
-
Que si está bien
-
¡Ah sí! Bueno no… es decir… -- y
él elevó una ceja, pero siendo que perdía el tiempo intentando ver qué le sucedía, decidió esperar a
que lo dijese -- Istval, en una ocasión Ettiene me llevó a un
lugar que me dijo se llamaba El abrigo de
La Madeleine
¿sabe dónde está?
-
Por supuesto
-
¿Podría llevarme?
-
Puedo
-- dijo él --
¿Pero puede decirme a qué obedece
la petición?
Madeleine guardó silencio por un rato antes de responder porque estaba
segura que si se lo decía, era posible que él se negase a hacerlo.
-
En las paredes de ese lugar hay unos…
grabados que me gustaría ver
-
Esto es por Derek ¿verdad?
-
Por favor --
dijo ella poniéndose de pie
-- Tiene que haber algo…
-
No sé si lo haya -- le
dijo sabiendo que era muy poco probable
-- pero la llevaré
-
Gracias
-
¿Preparada? -- y
ella asintió
Madeleine cerró los ojos, Istval la sujetó por la cintura y varios minutos
después Madeleine sintió que se estabilizaba de nuevo y desaparecía la
sensación de estar flotando a gran velocidad, de modo que en cuanto Istval
retiró sus brazos ella abrió los ojos. A diferencia de la vez que había ido con
Edin, Istval se había detenido a la entrada y no en el interior, de manera que
comenzaron a avanzar. La primera sensación de Madeleine cuando estuvo un poco
más adentro, fue de intensa vergüenza al ver el cubo donde le había llevado el
agua a Edin y que permanecía en el mismo sitio.
Istval sintió la violenta alteración de la energía, giró la cabeza y vio
las mejillas teñidas de rojo de Madeleine y se preguntó qué había ocasionado
aquello, y siendo curioso como era, no pudo resistirse e intentó averiguarlo y
para su sorpresa pudo hacerlo con absurda facilidad tal vez porque ella tenía
su mente abierta a los recuerdos. Sin embargo, una vez que lo hizo la dejó en
paz recodando que ya en otra ocasión se había preguntado por qué demonios las
mujeres Saint-Claire se empeñaban en enamorarse tontamente de los sujetos
equivocados. Y vaya si Edin Dòmine era el individuo más equivocado del mundo
para cualquier criatura, porque si bien el francés no iba pregonando por allí
que no le interesaba enamorarse como lo hacía Lucien, todos sabían que era así,
pero parecía no poder evitar dejar un rastro de corazones rotos por donde
quiera que pasaba y lo peor del caso, era que ni siquiera se daba cuenta. Pero
Istval también pensó que en cualquier caso Madeleine no abría sido una opción
para Edin a menos que el Levjaner tuviese urgencia por morir.
Madeleine había abandonado sus bochornosos recuerdos y ahora estaba mirando
con atención las paredes. Istval decidió no interrumpir su atenta observación
aunque dudaba que encontrase lo que estaba buscando. Él, como casi todos los
miembros del círculo más cercano a Iziaslav, había estado en aquel lugar en una
u otra oportunidad y por distintos motivos, aunque en su caso nunca había
prestado mayor atención a lo que había en las paredes pero estaba seguro que su
hermano sí, de modo que si hubiese algo de utilidad Istvan lo sabría.
Llevaban mucho tiempo allí, pero siendo que en realidad aquello se trataba
de un abrigo rocoso como le había
explicado Edin a Madeleine cuando habían
estado allí, y no una cueva de larga extensión, habían llegado al final. Sin
embargo, como había muy poca claridad Istval se regresó, buscó algo con qué
hacer luz y encontró una tea en su soporte, miró hacia el suelo y un poco más
allá encontró lo que estaba buscando, un trozo de pedernal y otro de pirita y
sonrió, los tomó haciéndolos chocar entre sí y se produjo de inmediato la
chispa con la que encendió la tea.
-
¿Mejor? --
preguntó cuando se acercó a Madeleine que intentaba ver unas figuras
-
Sí gracias -- le
dijo --
Mire esto ¿qué cree que signifique?
Istval se agachó y miró con atención, pero después de un momento se rascó
la cabeza con cara de frustración porque él nunca había tenido talento para
aquello.
-
A mí me parecen un par de personas
vertiendo líquido sobre otra, eso siendo optimista -- le
dijo, pero Madeleine seguía mirando con atención --
¿Madeleine?
-
Sí… creo que podría ser eso --
dijo ella mientras pasaba la mano sobre la roca --
¿Sabe dibujar? -- preguntó luego
-
Madeleine, soy más destructivo que
constructivo, así que mis talentos no van por esa vía -- y
ella sonrió
-
Por algún motivo no me cuesta creer
eso --
le dijo -- ¿Al menos tiene buena memoria?
-
Eso sí
-
Entonces intente memorizar esto --
dijo indicándole varios dibujos
Istval volvió a agacharse y miró con atención, después de unos segundos los
tenía todos perfectamente grabados en su memoria y así se lo hizo saber.
Madeleine continuó todavía un rato más examinando cada centímetro de la pared.
-
Un momento --
dijo Istval deslizando su dedo por una pequeña figura --
creo que a partir de aquí ya no se refiere a su familia
-
¿Por qué?
-
Mire
-- dijo señalando una “Я”
perfectamente visible -- esto sí sé lo que significa e imagino que
usted también
-
Eso creo --
dijo ella -- Es el símbolo con el que identificaba ella a
los Yaroslávich ¿no?
-
Así es
-
Pero no creo que no tenga que ver con
mi familia, porque está muy cerca de este
-- dijo ella señalando la “S” símbolo identificativo de los Siglair
-
Bueno, quizá tenga razón porque
después de todo ellos unieron ambas líneas de sangre
Un momento después Madeleine se levantó y dijo que ya podían regresar.
-
Gracias Istval -- le
dijo cuando estaban de nuevo en Cleves
-- pero aun voy a molestarlo una
vez más, porque cuando logre trasladar al papel lo que vimos, necesitaré de su
memoria para que me diga si está bien
-
No se preocupe, solo hágamelo saber y
vendré enseguida
Se despidieron y Madeleine tomó apresuradamente algunas cosas, bajó y casi
choca con su tío.
-
¡Madeleine! --
exclamó él -- No me había dado cuenta de la hora y pensé
que te habías marchado sin despedirte
-
Disculpa tío, pero me quedé dormida -- y él
la miró con preocupación
-
¿No estás descansando bien?
-
Por supuesto que sí, lo que sucede es
que anoche por algún motivo no pude dormir, pero no te preocupes -- le
dijo abrazándolo -- Ahora me marcho o Sophie va a preocuparse
-
Espera, no vas a irte sola a esta hora
-
Y tú no vas a salir tampoco
-
Por si no lo has notado ya comenzó a
oscurecer y…
-
Perdón Phillipe --
escucharon a Adrian -- yo puedo acompañarla
-
Gracias Adrian --
dijo Phillipe y miró de nuevo a su sobrina --
Dile a Sophie que mañana iré temprano
-
De acuerdo tío, que descanses
-
Tú también linda -- le
dio un beso en la frente y ella se marchó con Adrian
Sin embargo, la mentira que Madeleine le había dicho a Phillipe acerca de
que no había podido dormir la noche anterior, se haría efectiva esa noche porque
aunque se retiraron a la hora de siempre y Madeleine se acostó verdaderamente
cansada, despertó sobresaltada y miró a su alrededor pensando que había alguien allí, pero luego se dijo que eso
era absurdo. No obstante, y como no podía conciliar el sueño, se levantó y
decidió bajar y preparar un poco de té y así quizá podría volver a dormir, pero
su sorpresa fue mayúscula cuando casi choca con su prima.
-
¡Sophie! --
exclamó
-
Madeleine no sé pero…
-
No puedes dormir
-
Tengo una extraña sensación como de…
-
Angustia --
completó ella
-
¿Cómo lo sabes?
-
Yo también -- le dijo
pensando que aunque Derek no había hecho comentarios acerca de lo
sucedido en Londres, Sophie era su madre y tal vez solo estaba alterada porque
de forma inconsciente sabía que él estaba en peligro
Sophie giró la cabeza hacia la habitación de los niños y comenzó a caminar
apresuradamente hacia allá seguida de su prima, pero una vez allí comprobaron
que los gemelos dormían pacíficamente.
Entre tanto, Istziar que había escuchado todo, colocó la mano sobre el
hombro de Derek que estaba profundamente dormido.
-
Derek
-- susurró
-
Mmm…
-
Derek despierta --
pero él se giró -- Derek creo que algo le sucede a tu madre -- la
reacción fue inmediata porque enseguida se incorporó en la cama
-
¿Cómo dices?
-
Ella y Madeleine despertaron hace un
momento y ambas están angustiadas por algo
Derek se levantó, buscó el pantalón de su pijama colocándoselo a toda prisa
y aun con la camisa a medio poner corrió hacia la puerta. Cuando salió de su
habitación, ya Sophie y Madeleine abandonaban la de los gemelos.
-
¿Mamá? ¿Qué sucede? ¿Los gemelos
están bien?
-
¿Qué haces tú levantado? --
preguntó ella a su vez
-
Desperté y escuché voces --
mintió a toda prisa
-
Lo siento cielo, vuelve a dormir
-
No hasta que no me digas qué les sucede
a ustedes dos
-
Solo estamos desveladas --
dijo Madeleine -- Iré a preparar un poco de té, vuelve a la
cama Derek
-
De ninguna manera, tendrás que
preparar para mí también tía
Decidieron no discutir más y bajaron, pero mientras Madeleine colocaba la
tetera sobre la estufa y Sophie buscaba las tazas, Derek sintió la mano de
Iliar sobre su hombro
-
Intenta conservar la calma -- le
dijo --
ya Aleksèi se está haciendo cargo,
pero tu abuelo sufrió un ataque al corazón. En breve vendrá alguien a avisarles
Derek había palidecido y sentía que el mundo giraba a velocidades extremas,
pero aun así intentó conservar una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir.
A su mente parecieron acudir todas las imágenes de su infancia al lado de
Phillipe. Recordó los paseos a caballo, las clases de esgrima, las tardes de
largas charlas y risas, y sin poder evitarlo sus ojos se llenaron de lágrimas
mientras sentía un profundo dolor en medio del pecho. Iliar se esforzó en
mantener el equilibrio de Derek pero él sabía de manera personal lo que era esa
clase de dolor, la había experimentado cuando Swaney había matado a Artam y
luego cuando había encontrado a Tiana muerta a las puertas del avari de los
Sesviatsky mientras intentaba proteger a Adrik y al recién nacido Yvaylo. Pero
al menos Phillipe aun estaba vivo y Derek tenía que ser fuerte.
Derek se levantó de la silla donde se había sentado y caminó hacia la
puerta de la enorme cocina.
-
¿Derek? --
dijo Sophie
Pero luego de secarse apresuradamente las lágrimas, se volvió
-
Ya regreso, es que me pareció
escuchar un ruido -- dijo
-
Tal vez se trate de Kendall que ya está de vuelta --
dijo Sophie
Al enorme dolor que Derek estaba sintiendo, vino a sumarse la ira al
imaginar dónde podía haber estado su padre. Sin embargo, no hubo tiempo para
nada más porque en ese momento Iliar le dio aviso
-
Ya vienen
Y efectivamente unos segundos después escucharon pasos apresurados, en esta
ocasión Madeleine también se dirigió a la puerta porque ni ella ni Sophie
creían que Kendall hiciese semejante escándalo a menos que viniese ebrio y eso
era algo que nunca había sucedido.
-
Mi lord --
dijo el sirviente de guardia
-- acaban de traer un mensaje de
Cleves -- en este punto tanto Madeleine como Sophie se
habían llevado la mano al pecho y a la boca
-- el Archiduque está
enfermo -- concluyó el hombre y Derek haciendo acopio de
fuerza se volvió hacia su madre y su tía
-
No se angustien, voy a Cleves y…
-
No pienso quedarme aquí --
dijo Sophie y corrió hacia la puerta y de allí hacia las escaleras
Madeleine salió tras ella con los ojos anegados y rogando al cielo por la
vida de su tío.
-
Archibald, que ensillen mi caballo y preparen
a toda prisa el carruaje más ligero para Lady Arlingthon y mademoiselle Saint-Claire --
le dijo Derek y subió también en carrera
En cuanto llegó a su habitación, ya Istziar le tenía preparada la ropa. El
chico se vistió tan rápido como pudo, se calzó las botas, le dio un apresurado
beso a Istziar y salió.
Un poco más temprano en Livingstone, tenía lugar un controvertido y tardío
juego de naipes.
-
¡Dylan! --
exclamó Lucien -- Haz el favor de sacar esta atrocidad de la mesa
-
¿De qué hablas?
-
En mi opinión los ingleses no tienen
ningún talento para fabricar una baraja aceptable, así que o jugamos con una
baraja francesa o me retiro
-
Te retiras porque serás incapaz de
ganar --
dijo Dylan con suprema satisfacción
-
¿Realmente supones que tú vas a ganarme a mí? --
preguntó -- Tú no habías nacido cuando ya yo jugaba desde
hacía mucho, necio
-
Claro, había olvidado que eres un anciano
Itlar, Yvaylo y Andrew se divertían a costa de aquellos dos, pero Lucien
terminó saliéndose con la suya y comenzaron el juego con una baraja francesa.
Sin embargo, cuando Lucien había ganado dos partidas, Dylan una y estaban a la
mitad de una cuarta, se presentó uno de los Lovets destacado en Cleves con la
noticia de que Phillipe estaba mal.
-
¿Avisaron a Kolvajevsky? --
preguntó Andrew que era quien estaba a cargo esa noche
-
Ak sarì --
contestó el chico
Pero antes de enterarse de nada más, ya Dylan había abandonado el castillo
con Yvaylo tras él.
-
¡Maldición con todos los
Saint-Claire! -- exclamó Lucien, pero igual había salido tras
ellos
Dylan hizo a un lado las buenas costumbres y entró como un vendaval, prestó
atención y en cuanto localizó la ubicación se fue derecho hacia allá.
-
¿Cómo está? --
preguntó nada más entrar
-
¡Rybik! --
exclamó Aleksèi, pero una vez superada la sorpresa habló con más
calma --
De momento mal
-
Pero puedes hacer algo ¿no?
-
Estoy en ello, pero va a depender
tanto de su fortaleza como del daño que haya causado el ataque a su corazón
-
Espero que no estés pensando tonterías Dylan --
escuchó éste con toda claridad a Lucien
-- Ha vivido más del promedio, así que deja que la naturaleza siga su
curso
En realidad Dylan no estaba pensando en eso, lo que le producía mayor
angustia era que si Phillipe moría, Sophie no iba a poder soportarlo.
-
Te aseguro que podrá, es la ley natural de la vida y por mucho dolor que
produzca, estamos preparados para superarlo
En ese momento se tensaron, Derek estaba llegando y Lucien prestó la máxima
atención, pero se relajó al captar que venía solo. Unos minutos después entraba
el chico a toda prisa. Como cabía esperar no saludó a nadie sino que se fue
derecho hacia la cama y se arrodilló a su lado.
-
Aleksèi… --
dijo después de un momento
-
Estoy haciendo todo lo posible Derek
pero no te voy a mentir, está delicado
Fue fácilmente perceptible para ellos el enorme dolor del chico y Dylan
volvió a pensar en Sophie. Derek sujetó la mano de Phillipe y aunque intentó
decir algo, las palabras parecían no poder pasar el grueso nudo que se había
instalado en su garganta. Iliar se estaba concentrando en ayudarlo, y
considerando el enorme poder que tenía aquel sujeto para manejar con éxito la
energía, después de un momento el chico aunque las lágrimas seguían
deslizándose por sus mejillas, logró articular las palabras.
-
Vamos abuelo, tú puedes con esto --
dijo
Todos estaban tan concentrados en la escena que no se percataron de algo
sumamente importante hasta que fue demasiado tarde.
-
¡Rybik, tenemos que irnos! --
exclamó Yvaylo
Quizá nadie lo hubiese notado, pero en el caso de Dylan no solo lo había
sentido con total claridad, sino que sus sentidos se habían alterado al
sentirla tan cerca y estaba simplemente paralizado. Yvaylo estaba sujetando su brazo pero en ese
momento se abrió la puerta y Sophie casi choca con Dylan que no había logrado
moverse.
-
¡Dylan! --
exclamó al verlo
Fue decididamente una suerte que estuviesen congregados justamente esos Devrigs allí, porque reaccionaron
con enorme rapidez, los Levjaners aceleraron su energía y todos – incluidos
Aleksèi y Lucien – se aplicaron al máximo no solo para crear la distracción y
que Sophie no notase la verdadera apariencia de Dylan, sino para que éste conservase
la calma deseada. Sin embargo, el pobre sujeto estaba en tal estado que ni
siquiera fue capaz de ofrecer un saludo medianamente adecuado, menos aún
moverse. Por fortuna Sophie no se detuvo, se abalanzó hacia la cama mientras
Derek se hacía a un lado y luego miró a Aleksèi.
-
¿Qué le sucedió? ¿Va a estar bien? ¿Por
qué está tan pálido?
-
Mamá…
-
¡Dígame! --
urgió Sophie a Aleksèi ignorando a su hijo
-
Estoy ocupándome mi lady y…
-
¡Eso no me dice nada! -- le
gritó ella mientras se deshacía en llanto
A pesar de que Yvaylo aun tenía sujeto el brazo de Dylan éste se soltó, se
fue derecho hacia ella y la abrazó. Todos los presentes, Devrigs o no,
suspendieron sus respiraciones. Derek no acertaba a moverse, Madeleine tenía
una mirada de profunda tristeza, Itlar e Yvaylo estaban en actitud de alerta y
a solo un paso de Dylan, Aleksèi tenía una expresión parecida a la de
Madeleine, el rostro de Lucien era una máscara de inexpresión pero Itlar se
giró al sentir la violenta corriente de ira, mientras que Iliar era el que se
veía más tranquilo pero sin perder detalle, y posiblemente habría sido el único
con alguna posibilidad de controlar cualquier situación difícil, precisamente
porque era el que tenía mayor control emocional al no estar directamente
involucrado con ninguna de las partes salvo quizá con Derek pero no era él el
del problema inmediato.
Entre tanto, Sophie había hundido su cabeza en el pecho de Dylan mientras
él intentaba tranquilizarla.
-
No puedo garantizar nada pero
Phillipe es fuerte Sophie. Además Aleksèi es un gran médico, démosle una
oportunidad -- le dijo con suavidad mientras acariciaba sus
cabellos
Itlar e Yvaylo se miraron por una fracción de segundo porque habían llegado
a la misma conclusión. Si bien era cierto que todo el sistema nervioso de Dylan
se había alterado al sentirla y había estado en caótico desorden, al verla tan
abatida había hecho a un lado sus propias emociones y si no había recuperado
por completo el dominio de las mismas, el enorme y sincero amor que sentía por
ella se había impuesto impulsándolo a brindarle alguna clase de consuelo. Iliar
que ya había amado lo suficiente como para concebir un hijo, entendió quizá
mejor que ninguno de los presentes, que aquel hombre acababa de demostrar una
vez más, que amaba a aquella mujer por encima de su propia vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario