André había venido desarrollando un arduo trabajo con Brian, y si se había
dedicado más a él que a Pierre, era porque con el segundo no había mucho qué
hacer, ya que había pasado toda su vida a su lado y él se había encargado de
que odiase con vehemencia a las personas correspondientes, mientras que Brian
era otro asunto.
A pesar de que el chico había demostrado un amor y una lealtad muy
inconvenientes en opinión de André, hacia Sophie Saint-Claire, casi cinco años
de un envenenamiento diario y continuo acomodando la historia de los
Yaroslávich y los Saint-Claire a su entera conveniencia, finalmente habían dado
los frutos esperados.
-
Es posible que en un principio ella no
tuviese malas intenciones, pero ya estás al tanto de la razón por la que Dylan
Danworth es tan poderoso, de modo que la ha forzado a actuar de esa forma -- le
estaba diciendo al chico
-
Pero papá no…
-
Odio decir esto pero como debes
recordar, tu padre nunca quiso a tu verdadera madre así como nunca se interesó
mucho por ti, se marchó con Dylan en cuanto estuvo recuperado olvidándose que
tenía un hijo -- dijo con malignidad --
¿Desde cuándo no te escribe?
-- preguntó sabiendo que ellos se
habían encargado de deshacerse de todas las cartas de Kendall -- Tus
hermanos siempre han sido mucho más importantes para él porque son los hijos de
ella
-
Pero me dijiste que se casó obligado
por Danworth
-
Y así es, créeme porque yo estuve
allí, pero no debes olvidar que las Saint-Claire son brujas, de modo que no le
costó mucho a ella enloquecerlo -- pero sin dejarlo pensar agregó --
¿Qué crees que sucederá cuando tu padre vea que no puedes darle los tan
ansiados herederos? Piénsalo, todo lo que han hecho es para sacarte del
medio --
y por último agregó con suprema maldad
-- Ya estás preparado, he hecho
todo lo que puedo hacer por ti, ahora es tu turno de ir y poner las cosas en
orden
A pesar de que Brian seguía hecho un mar de confusión porque en su interior
se mezclaba el dolor, la decepción y el odio, asintió y después de un momento
abandonó la estancia. Una vez que el chico se marchó Henri miró a André
-
¿Te parece juicioso enviarlo en este
momento? -- preguntó pero como André no contestó,
agregó -- Aparte de que personalmente pienso que no
está lo bastante preparado, aún no sabemos por qué hay tantos Lovets en los
alrededores de Darnley y podría ser peligroso. Adicional a eso, la situación
general del país es tumultuosa
-
¿Y quién te dijo que puedes
pensar? -- preguntó André con desdén --
Limítate a seguir mis órdenes y nada más
-
Creí que te interesaba mantenerlo con
vida --
insistió Henri
-
Confías muy poco en tu propio trabajo
-
Y tú tienes un exceso de confianza
que…
Pero no alcanzó a terminar porque André se había movido a una velocidad
extraordinaria, lo tenía sujeto por el cabello y le tenía la filosa hoja en el
cuello.
-
Deja de discutir mis órdenes si no
quieres terminar con esto -- y empujó la hoja hasta que se hundió unos
centímetros en la piel de Henri -- enterrado hasta la empuñadura
Louis había dejado su indolente posición, se había incorporado en el sillón
y tenía una actitud alerta. Él sabía que André era muy rápido y peligroso, pero
también sabía y había comprobado personalmente lo veloz y letal que podía
llegar a ser Henri, pero por algún motivo que aún no tenía claro, nunca había
demostrado ante André su superioridad, porque si bien André le llevaba algunos
años, Henri era disciplinado, frío y mortífero, lo que le confería ventaja
sobre André. Sin embargo, Louis bien fuese por lealtad, instinto de
conservación o una combinación de ambas, nunca había dicho nada al respecto y
ahora se limitaba a observar pero se había llevado la mano al bolsillo, lo
difícil de determinar era hacia dónde se inclinaría su lealtad. No obstante, el
asunto no pasó a mayores porque Henri se limitó a asentir y guardó silencio.
André lo soltó, limpió la sangre en la chaqueta de Henri y se marchó.
Si Dylan había decidido regresar tan intempestivamente a Inglaterra se
debía a los informes que había recibido no tanto en el sentido de la situación
por la que atravesaba el país, sino por lo que le dijeron acerca de Kendall. Su
necio amigo estaba metido hasta el cuello en las actividades políticas y no
precisamente en el bando seguro en opinión de Dylan, sino en aquel que hacía
oposición a las políticas de su majestad.
Desde su regreso, Dylan había hablado con él en reiteradas oportunidades
intentando convencerlo de que se mantuviese al margen, pero lo único que había
conseguido era ganarse la ira de Kendall y sus acusaciones de antipatriotismo. Aparte
del hecho cierto de que a pesar de ser tan inglés como la niebla, y aunque Dylan
nunca había mostrado mayor apego a su tierra no por esto la quería menos, pero
ahora veía las cosas desde otra perspectiva, y era lo que lo hacía pensar en la
enorme necedad de aquellos monarcas.
Por otra parte, él sabía que el sentimiento
que movía a Kendall podía ser legítimo, pero su proceder no solo lo
ponía en riesgo a él sino a su familia, porque si era acusado de traición sería
encerrado en la torre de Londres, y aun suponiendo que no fuese condenado a
muerte, sería despojado de todos sus bienes y posiblemente exiliado.
Luciano por su parte, estaba de un humor asesino. Obviamente no había nada
que quisiese menos que regresar a Inglaterra y menos aún para que Dylan le
cubriese las espaldas al necio de Arlingthon. En cuanto habían llegado y aun
cuando no le asistía ese derecho, no había tenido problemas en asistir junto
con Dylan a las últimas sesiones del parlamento, por lo que le llevó poquísimo
tiempo el enterarse de todo aquello que en principio no le interesaba lo más
mínimo, llegando a la conclusión de que Carlos I se perfilaba como uno de los
mayores absolutistas que había conocido, y si alguien podía saberlo ese era él
que tenía por padre a uno. De manera que se lo había expuesto a Dylan en los
términos más claros.
-
En breve este sujeto disolverá su tan
respetado parlamento y se erigirá en el tirano que es, y les doy unos diez o
quince años para que el país se vea inmerso en una guerra civil.
-
Vamos Luciano, otros monarcas han
gobernado por largos períodos de tiempo sin el parlamento y eso no nos ha
llevado a la guerra civil, simplemente es una prerrogativa real.
-
Sí, pero Inglaterra es una monarquía
parlamentaria y se supone que eso protege a sus habitantes de los abusos
reales, y garantiza los derechos de todos establecidos en la Carta Magna , pero si te fijas
bien, si éste individuo no ha hecho mucho caso a ello aun estando el parlamento
en funciones, imagina lo que sucederá si lo disuelve en forma permanente.
A Dylan no le parecía un panorama especialmente alentador, pero
acostumbrado como estaba al sistema de gobierno de su país, le parecía poco
probable que se llegase a esos extremos y en cualquier caso él nada podía hacer
salvo mantener a Kendall fuera de problemas, por lo que después de darse por
vencido y aunque no había querido hacer aquello por respeto a los ideales de su
amigo, decidió influir en los mismos
y se quedó algo más tranquilo. Sin embargo, las cosas nunca serían fáciles para
él, porque apenas unos días más tarde se presentó Damien Emerick – uno de los
Lovets que había sido enviado a Inglaterra – con un urgente mensaje.
-
Siento presentarme de esta forma --
dijo excusándose por la intempestiva entrada --
pero traigo un mensaje de James
Todos los presentes se tensaron y se preguntaron qué le sucedería a Derek.
De modo que Itlar que era el Levjaner con más antigüedad lo autorizó a
continuar.
-
Dice que el joven Lord Arlingthon le
pide a Su Señoría -- dijo mirando a Dylan -- que
acuda a Ipswich a toda prisa porque su padre está reunido con la facción
disidente
Dylan no podía creer lo que estaba escuchando y se cuestionó seriamente sus
habilidades, pero sin hacer preguntas salieron para allá.
Más temprano en Darnley, Sophie le había pedido a Kendall que no fuese pero
solo había conseguido disgustarlo mucho.
-
Ya hablas igual que Dylan --
dijo -- pero supongo que siendo francesa no te
importa mucho lo que ocurra aquí
Sophie abrió los ojos con desmesura, primero por el tono y segundo por lo
expresado. Sin embargo, no tuvo ocasión de decir nada porque Kendall seguía
furioso.
-
¿Acaso Dylan te está dando lecciones
de patriotismo? --
preguntó con supremo sarcasmo
-- Según recuerdo solías
prestarle más atención a él que a mí.
-
¡Padre! --
exclamó Derek en tono amenazante mientras Sophie aun miraba a su marido
con incredulidad -- Puedo entender y respetar el tan discutido
sentido patriótico, pero bajo ninguna
circunstancia estoy dispuesto a permitir que trates a mi madre de este modo
Kendall apenas murmuró una disculpa y abandonó el estudio diciendo que
tenía prisa.
-
Lo lamento mamá, todo esto lo está…
-
No te preocupes hijo --
dijo Sophie con la voz quebrada, lo que hizo que la débil intención de
Derek por disculpar a su padre se desvaneciese
-
No te angusties tú, iré con él
Le dio un apresurado beso en la frente y marchó tras Kendall dejando a
Sophie en un estado de profunda tristeza y preguntándose qué le había sucedido
a Kendall. No obstante, no tuvo mucho tiempo para cuestionarse aquello, porque
un momento después y cuando se dirigía a las escaleras para ir a ver a los
niños, se detuvo con brusquedad.
-
Buenas tardes madre
-
¡¿Brian?!
Sophie emitió el grito de alegría y corrió a abrazar a su hijo, pero cuando
se separaron Sophie tenía los ojos arrasados de lágrimas y Brian escuchó una
orden perentoria.
-
Aléjate, las lágrimas son tan perjudiciales como todo lo demás -- pero al mismo tiempo entraba otro mensaje
-
Hay más Devrigs en este lugar
Si bien había entendido la orden no sucedía lo mismo con el mensaje, pero
igual dio un paso atrás y fue cuando Sophie se percató que no estaba solo, de
modo que él procedió a las
presentaciones.
-
Madre, ellos son mis amigos el Conde La Fère y el Barón de Auvergne
Sin embargo, Sophie apenas estaba haciendo la reverencia cuando escuchó una
exclamación ahogada a sus espaldas. Madeleine venía con los niños porque
Istziar había pedido permiso ese día y era su prima la que llevaba a los niños al
jardín. Pero si la expresión de
Madeleine era de auténtico terror, la de Brian no era mucho mejor y sus ojos
estaban clavados en los gemelos.
-
¡Tenemos
que irnos ya! -- escuchó que decía Henri en tono perentorio
Pero como Brian no acertaba a moverse, Louis lo sujetó mientras Henri se
hacía cargo de Sophie y después salió a toda prisa.
-
¿Madeleine qué te sucede? --
preguntó Sophie con preocupación
Sin embargo, Madeleine aun tenía los ojos desorbitados y aferraba a los
gemelos con excesiva fuerza.
Los tres individuos, naturalmente habían llegado a Ipswich primero que
Kendall y Derek, pero Brian aun parecía en estado de shock.
-
Yo voy a avisarle a André, ustedes encárguense de Arlingthon --
dijo Louis y sin esperar respuesta desapareció
-
¡Bastardo desgraciado! --
vociferó Brian cuando recuperó el habla
-- ¡Voy a matarlo!
Henri cerró los ojos por un breve momento y pensó que aquello se estaba
complicando mucho, y en su opinión aquel chico no estaba en condiciones de nada
y lo más seguro era que perdiese la cabeza del modo más inconveniente, pero si
regresaban ahora quien la perdería sería él porque André no se mostraría
inclinado a aceptar que hubiese desaprovechado la oportunidad. De modo que se
aplicó a tranquilizar a Brian, lo que le llevó algún tiempo.
A pesar de que Derek estaba harto de todo aquel asunto político y se
preguntaba por qué los condenados monarcas no podían quedarse tranquilos en sus
reinos y dejar en paz a los vecinos - llegando a la conclusión de que Iziaslav
tenía razón - pensaba que no podía dejar a su padre solo en aquello por muy
furioso que estuviese con él.
Sin embargo, aquella reunión distaba mucho de las que había asistido en
Londres, y con relativa rapidez se dio cuenta que aquellos sujetos estaban a
punto de meterse en muchos problemas. Así que tomó la única decisión que le
pareció acertada y mandó a llamar a Dylan, pero apenas lo había hecho, dos
cosas sucedieron.
-
Hay Devrigs aquí --
dijo mirando a James porque había sentido algo muy extraño
-
Así es -- le
contestó él que ya los había localizado, pero en ese momento los ojos de James
doblaron su tamaño -- Y acaba de llegar uno al que hemos estado
buscando mucho
Al escuchar eso, Derek cerró los ojos y rogó a los cielos que contra todo
evento no fuese su hermano, pero lógicamente todo aquello que más tememos
parece ser lo que atraemos porque en efecto Brian acababa de hacer su entrada
al concurrido salón. Derek respiró profundo y puso en práctica con mucha
urgencia todo lo que le habían enseñado. Cuando sintió que todo estaba en orden
en su interior y que su respiración se había acompasado, se giró y lo vio. Se
fijó que venía acompañado de uno de los sujetos de la vez anterior y se
apresuró hacia ellos. Entre tanto James también había hecho lo suyo y sin
pérdida de tiempo había girado un urgente mensaje avisando que Brian Arlingthon
había aparecido y dónde.
-
¡Brian! --
exclamó Derek fingiendo sorpresa
-
¡Hermano que gusto verte! --
saludó Brian -- Seguro que recuerdas a mi amigo el Conde La Fère --
dijo después de saludar
-
Mi lord --
dijo Derek a modo de saludo y haciendo un supremo esfuerzo para que no
se notase su malestar
-
Me alegra verlo de nuevo Lord
Arlingthon -- saludó Henri a su vez pero se giraron en
seguida al escuchar a Kendall
-
¡Brian!
Derek experimentó la súbita necesidad de sacar a su padre de allí en cuanto
vio la expresión de su hermano, y James que seguía invisible pero a su lado, le
apretó el brazo en señal de advertencia.
-
Padre
-- dijo Brian mientras Kendall lo
abrazaba
-
¿Cuándo regresaste?
Pero como si las cosas no estuviesen ya bastante mal, en ese momento
hicieron acto de presencia Dylan y Lucien. El revuelo que se armó en cuanto los
caballeros presentes vieron a Dylan fue espectacular, porque asumieron que si
contaban con Dylan Danworth la balanza podía inclinarse decisivamente a su
favor. Sin embargo, Derek que estaba atento a su hermano cuya reacción había
sido inmediata, no podía estar más arrepentido de haber mandado a llamar a
Dylan.
-
Creo que es mejor irnos -- le
dijo Henri a Brian
-
No veo por qué --
dijo Brian con los dientes apretados
-
Estoy de acuerdo con el Conde -- dijo
Derek con rapidez -- esta es una reunión tremendamente aburrida
Brian, conozco un lugar mucho más divertido
-
Eso no lo dudo pero tengo asuntos que
atender aquí
Henri miró a Brian y luego fijó su vista en los ojos de Derek. El chico se
dio cuenta enseguida de lo que intentaba hacer y James que había permanecido
atento y en silencio casi tuvo deseos de reír.
-
Veas lo que veas y escuches lo que escuches, te quedarás exactamente donde
estás y olvidarás todo
-- estaba diciéndole Henri a
Derek
Aunque él tenía deseos de romperle cada uno de sus miserables huesos, actuó
como le había enseñado Iván y su expresión no varió.
Dylan y Lucien se estaban deshaciendo de los que intentaban acaparar la
atención del primero y caminaban directo hacia ellos, pero no alcanzaron a
llegar antes que Istval y Edin que aparecieron súbitamente al lado de Brian y
Henri.
-
Vaya, vaya --
dijo Istval -- el ilustre y escurridizo Conde La Fère
-
Bonsoir Henri
-- saludó a su vez Edin que nunca
perdía los buenos modales -- y Lord Arlingthon supongo --
agregó mirando a Brian
-
No se quiénes sean ustedes pero…
-
Brian
-- lo detuvo Henri con tono de
advertencia
-
¿Qué?
-- preguntó Brian con pésimo
humor pero Henri se limitó a elevar una ceja
-
A ver niño, ya que nuestro atuendo no
te dice nada, tal vez esto lo haga
-- dijo Istval levantando su
brazo izquierdo donde brillaba la
Bizlyk
La expresión de Brian cambió en forma radical y Derek asumió que al menos
eso sí lo sabía. Henri por su parte que no era estúpido, pensaba que si bien
habría podido con Danworth, que el condenado príncipe de hielo estuviese allí era otro asunto y de muy difícil
solución, pero que se sumasen además Korsacov y Dòmine ya era mucho, y se
preguntaba cómo demonios habían llegado tan pronto, a menos que estuviesen con
los sizvitels y hasta donde sabía – y usualmente estaba muy bien informado –
los sizvitels habían sido vistos en compañía de
Drachavo y Sesviatsky, de manera que sin duda estaban en muchos
problemas.
-
Istval, Edin -- dijo Dylan que finalmente había logrado
abrirse paso -- déjenme hablar un momento con él
Ambos estaban conscientes que no podían desobedecer a Dylan aunque
considerasen su petición inapropiada, pero parecía que Brian iba a ahorrarles
el trabajo.
-
¡No tengo nada qué halar contigo
Danworth!
-
Brian por favor es por…
-
¡No me interesa nada de lo que tengas
que decir ni la razón para ello!
-
Brian cálmate y…
-
Aunque sí quiero saber una cosa -- lo interrumpió él --
¿Sabe mi padre que eres un sucio traidor y un maldito desgraciado? ¿Sabe
que eres el…?
Sin bien tanto los Levjaners como los Lovets estaban obligados y preparados
para obedecer a Dylan, ciertamente no lo estaban para soportar que nadie lo
ofendiese, y otro asunto que disparó las alarmas de los Levjaners fue que
vieron con toda claridad lo que él iba a decir. De modo que sin que las
palabras terminasen de salir de su boca, Yvaylo e Istval reaccionaron del mismo
modo y ambos habían sujetado cada uno un brazo de Brian y los dos Dykaris
apuntaban a su cuello.
-
¡Discúlpate ahora mismo! --
siseó Yvaylo y era la primera vez que Derek lo veía tan furioso
-
¡Eso es algo que no sucederá, como
dije no es más que un sucio traidor que…!
-
¡Escúchame niño estúpido! --
exclamó Istval silenciándolo
-- Mi paciencia es extremadamente
corta, le estás hablando a uno de tus sizvitels y lo harás con propiedad
suponiendo que desees conservar la cabeza
Hasta ese momento Derek había conservado la calma y la actitud que sabía
debía asumir cuando se presentase un problema entre Devrigs, porque se suponía
que nadie estaba mirando, pero al ver a Lucien avanzar hacia su hermano con su
Dykari en la mano, sintió verdadero terror, porque si bien Yvaylo, Istval y
Edin estaban furiosos, Lucien lo estaba mucho más, y fue algo que le quedó muy
claro a Derek al ver sus ojos, pero no tuvo oportunidad ni de pensar.
-
Se los advertí --
dijo Lucien con voz helada, pero Dylan se interpuso entre Brian y él con
tanta velocidad que casi termina con el filoso objeto en su pecho
-
¡Luciano por favor! --
exclamó sujetándolo
No obstante, quien lo detuvo no fue Dylan sino la efectiva intervención de
Itlar que se estaba aplicando a todo lo que daba para tranquilizarlo, y no
precisamente porque sintiese alguna conmiseración por Brian, sino porque tenía
muy en cuenta que Dylan no entendería el por qué Lucien actuaba de aquella de
manera tan desproporcionada a sus ojos.
Derek respiró cuando vio a Lucien guardar su Dykari, pero volvió a dejar de
hacerlo cuando lo vio apartar a Dylan y sujetarle el rostro a Brian con muy
poca delicadeza.
-
Él puede tener motivos para no
matarte pero yo no -- le dijo
-- y te sugiero recordarlo porque
si vuelvo a verte serás historia -- y luego miró a Istval y a Edin --
¡Llévenselos!
-
¡No hemos hecho nada! --
exclamó Brian
-
Él tiene razón --
dijo Henri con más calma
-
Tienes muchos años Henri, y sabes
perfectamente que de momento eres sospechoso de estar incurso en un delito --
dijo Edin -- Y en cuanto a ti, acabas de molestar e
insultar a un sizvitel y eso está penado
-- agregó mirando a Brian
-
¿Desde cuándo decir la verdad es
molestar? -- preguntó Brian y miró a
Dylan con el mayor resentimiento -- Tu sola presencia es un insulto para nuestro
apellido y te juro que tus días están contados así como los de tus…
-
¡Llévenselo de una maldita vez! --
ordenó Lucien pero para cuando terminó de dar la orden ya ellos habían
desaparecido
Luciano tenía pésimo aspecto al igual que Yvaylo e Itlar, pero Dylan en
quien se fijó fue en Derek y se acercó a él sinceramente apenado.
-
Lamento mucho todo esto Derek
-
No es tu culpa -- dijo
él que por fin se había dado permiso para respirar
-
¿Estás bien? -- y
él asintió -- De acuerdo, iré a hablar con Kendall para
sacarlo de aquí
-
Dylan
-- lo detuvo Derek --
Gracias
Él sabía que estaba refiriéndose a que hubiese evitado que Luciano matase a
su hermano, pero aunque Dylan no se creía merecedor de su agradecimiento, le
sonrió y continuó hacia donde estaba Kendall. Entre tanto los Levjaners, James
y los otros Lovets que habían sido testigos de los hechos, pensaron que aquel
día Derek Arlingthon se había graduado con honores en el dominio de sus
emociones. Sin embargo, aquella terrible noche aun no terminaba.
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