Iziaslav y Janos estaban como de costumbre frente al tablero de ajedrez,
pero Iziaslav estaba ausente.
-
Voy a ganarte -- le
advirtió Janos
Tratándose de otras personas esto habría sido ridículo, porque nade anuncia
eso, pero a ningún soberano se le gana en nada, de manera que Janos solo
cumplió con una norma básica de supervivencia, pero como Iziaslav no prestó
atención, él movió su pieza.
-
Jaque
-- no obstante el individuo
seguía en otra parte --
¿Iziaslav?
En ese momento él giró la vista pero no pareció en lo más mínimo
interesado, se puso de pie y caminó hacia la ventana.
-
¿Qué sucede? --
preguntó Janos caminando hacia él
-
Se avecinan tiempos difíciles --
dijo él
-
Veamos…
-
Puedo sentirlo Janos
Aquello era algo que Janos no iba a ignorar ni a discutir, porque Iziaslav
siempre había sido así. Aun cuando era apenas un chico y antes de convertirse
en Devrig, podía presentir con una exactitud casi matemática cuando se cernía
el peligro sobre ellos. A pesar de que su pueblo vivía en guerra y aquello
podría considerarse lo normal, Janos había podido comprobar que eso solo
sucedía cuando las cosas iban a irles muy mal. De modo que sus sentidos se
pusieron en estado de alerta. Illir era una fortaleza inexpugnable, así que
llegó a la rápida conclusión de que no podía estarse refiriendo a un peligro
inmediato.
-
Iziaslav…
-
Sé que no soy el mejor individuo del
mundo y de hecho he sido y soy uno de los peores, y aunque he intentado
remediar en parte mis errores, sé que hay cosas que no tienen remedio, pero
daría mi vida por evitarle el sufrimiento a los míos. Tal vez el universo lo
juzgue un merecido castigo por mis muchos crímenes, pero…
-
Iziaslav -- lo
detuvo Janos -- no voy a cometer la enorme estupidez de negar
lo obvio, yo estaba allí así que soy testigo de lo que has sido, lo que eres y
sé de cierto lo que aun puedes llegar a ser, pero sabes tan bien como yo que
esto no se trata de culpas y castigos, en todo caso ya tú recibiste el castigo
por tus culpas al igual que todos nosotros, y es algo con lo que vamos a cargar
toda la vida. No obstante, también sabes que los designios de Maikata Priroda
son cuestiones que atañen de manera personal a cada quien, y aunque eso nos
afecte a todos no es nuestra responsabilidad. Así que deja de sentir lástima
por ti mismo, y si estás pensando en el chico Saint-Claire, ya se está haciendo
todo lo que se puede hacer.
-
Son mi sangre Janos --
dijo después de un momento
-- y aunque ni siquiera he
conocido a la mayoría y esa misma mayoría nos ha odiado, esta maldita condición
hace que no pueda dejar de dolerme
Janos entendía eso, porque él había evitado con diligencia involucrarse con
nadie fuera del círculo más íntimo y antiguo de los Yaroslávich, de manera que
fuera de los príncipes, y los Levjaners y sus hijos, su interés por los demás
era nulo. Sin embargo, entendía que para Iziaslav fuese diferente, porque todos
los Saint-Claire buenos o malos, seguían siendo sus descendientes y no podía
evitar sentirse como se sentía.
Extraordinariamente pocos conocían aquel lado vulnerable de Iziaslav, para
la mayoría de los Devrigs incluidos sus propios hijos, él era un ser despiadado
y sin sentimientos, un ególatra que solo pensaba en sí mismo. Los rybiks
parecían haber olvidado al padre que los acunó en sus brazos, que velo sus
sueños y que los defendió a sangre y fuego de cualquier amenaza. En la
actualidad la mayoría de los Devirgs pensaba que si a Lucien se le permitía un
comportamiento tan anárquico era porque Iziaslav veía en él su propio reflejo y
en ningún caso por amor. Incluso individuos como Hosa, Massarik o Hársady
habían llegado a sugerir que Iziaslav sería capaz de sacrificar a Iyul en
beneficio de Lucien, lo cual Janos estaba positivamente seguro que no era
cierto, porque si bien Iziaslav siempre había sentido debilidad por Lucien, eso
solo se debía a que era el menor, pero los amaba a ambos con la misma
intensidad.
Los pensamientos de Janos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió
dando paso a uno de los Lovets de guardia.
-
¿Sarì?
-
Quiero hablar con Istval
-
Ak sarì --
dijo el chico y abandonó el salón
-
¿Para qué y por qué no lo llamaste tú
mismo?
-
Recibió una orden y es posible que
esté en ello
-
¿Entonces?
-
Quiero saber cómo va todo, así que si
puede venir…
-
Iziaslav, Istval podría estar desde…
no sé, en medio de una horda de razverevied furiosos hasta en brazos de la más
hermosa criatura del universo, y lo dejaría todo por acudir a tu llamado
Aquello era bastante cierto, porque los aykeris le profesaban una lealtad a
toda prueba, y no era que los demás Levjaners no lo hiciesen, pero el caso de
los rybiks era extremo y había sido así desde que en una ocasión cuando tenían
unos ocho años aproximadamente, Iziaslav los había salvado de ser devorados por
un enorme oso. Los niños de la tribu no solían alejarse mucho de la aldea ni de
sus madres, pero aquellos dos pequeños individuos habían dado más dolores de
cabeza en su corta vida a los Korsacov y a la tribu en general, que todos los
rybiks de la misma juntos. De modo que en esa ocasión cuando Jovanka dio la voz
de alarma, todos salieron a buscarlos porque era seguro que no estaban en ningún
avari, pero había sido Iziaslav quien los había encontrado en esa oportunidad y
apenas con tiempo, porque ya Istval había sido mordido por el animal mientras
que Istvan había aferrado una gruesa rama y luchaba con todas sus fuerzas para
intentar alejarlo. Como casi todos los miembros de la tribu, Iziaslav era un
cazador experto y tenía una excelente puntería, de modo que apuntó su arco y
clavó la primera flecha en medio de los ojos del oso, y luego en rápida
sucesión otras cuatro en distintos lugares de su cuerpo hasta que la bestia se
derrumbó. Después de eso se había acercado a los rybiks, levantó a Istval que
tenía una herida sangrante en la pierna y emprendió el camino de vuelta. A
partir de ese día, los pequeños aykeris habían profesado adoración a Iziaslav,
más que por ser su soberano por lo que había hecho por ellos, y a la fecha seguía
siendo igual, porque si Iziaslav les llegase a decir que quería sus cabezas,
simplemente habrían expuesto el cuello para que les fuese cortada. De modo que
eso de que si podía acudir, era una
enorme necedad. Algo que quedó demostrado cuando unos minutos después se
presentó Istval.
-
¿Sarì? --
dijo doblando la rodilla
Después del saludo, Iziaslav preguntó por Derek y el aykeri procedió a
contarle lo sucedido hasta el momento en el que Milorad lo había sacado del
salón. Y como este sujeto era de ideas fijas, no omitió ningún detalle del
asunto Istziar, con lo que
evidentemente causó la alarma de Iziaslav. No obstante, como también era
honesto, expuso igual y fielmente todo cuanto había dicho Derek, de manera que
Iziaslav se tranquilizó un tanto.
-
En ese caso y aunque sea desagradable
para ti, tendrás que vigilarlos
-
Con tu perdón sarì, creo que eso no
va a ser posible -- y tanto Iziaslav como Janos mostraron su
asombro
-
¿De qué hablas?
-
Verás, le di mi palabra a haryk de no
intervenir de ninguna manera, y suponiendo que igual no me encierre por
habértelo contado antes de que el consejo lo hiciese, no puedo faltar a ella.
Aunque Iziaslav pensaba que aquello era ridículo y podía limitarse a
simplemente dar una orden y Milorad no podría desobedecerlo, decidió no hacerlo
para no provocar un problema mayor entre padre e hijo, porque también sabía de
primera mano lo que eran los rybiks difíciles y sin duda Istval lo era con
todas sus letras, pero al mismo tiempo y en su opinión, no había nadie mejor
para vigilar a Derek. De modo que decidió esperar el informe del consejo, y
seguramente Milorad sugeriría que se encargase a Iván la tarea de vigilar a
Derek, pero ya se encargaría él de que no fuese así.
Entre tanto, los Levjaner se habían repartido las tareas. Milorad había
marchado a Darnley con el objetivo de hablar con Istziar, y lo hizo en compañía
de Iván, éste con la misión expresa de acercarse a los aykeris y hacer algunas
pruebas de la percepción de los niños. En tanto que Istvan había partido a
Cleves a hablar con los Saint-Claire. Darko recibió el encargo de rendir un
primer informe a Iziaslav, pero más que todo con el objeto de solicitar su
autorización para informar a los sizvitels acerca de lo que se estaba haciendo
con Derek y la razón para ello. Y en el caso de que diese su autorización,
Iliar y Edin esperaban en la sede a recibir el mensaje de Darko y partirían a
Yaroslavl en cuanto lo recibiesen para hablar con los sizvitels. Kireg y
Anatoly quedaron a cargo de Derek mientras los demás cumplían con las diversas
tareas.
Milorad llegó a Darnley a la desusada hora de mediodía, ubicó la habitación
de su hija y se fue derecho a ella mientras Iván se iba a la de los aykeris.
-
Zdravi Istziar
La chica se sobresaltó al escuchar cerca de su oído el saludo de Iván, pero
él estaba prestando atención a los aykeris comprobando que por el momento a él
no podían percibirlo.
-
Milorad te espera en tu habitación, yo me haré cargo aquí hasta que
regreses
-
Pero… Lady Arlingthon…
-
No vendrá por el momento -- le
aseguró Iván
-
Alex, Lucía --
dijo ella dirigiéndose a los niños que jugaban en ese momento y
Alexander se volvió -- debo salir un momento, por favor no se muevan
de aquí hasta que regrese
Iván sonrió y pensó que les quedaría difícil estando él allí, pero no dijo
nada y en cuanto Istziar abandonó la estancia, se acercó tanto como fue posible
primero al varón, pero éste no dio muestras de sentir nada. Después repitió la
operación con la kandly, pero con el mismo resultado. De modo que concluyó que
al menos de momento, a él no lo percibían y teniendo en cuenta que ni Istval
que compartía sus mismas habilidades había podido hacerlo, no le extrañó mucho.
Istziar entró a su habitación y aunque sintió la presencia, no veía a su
padre.
-
¿Haryk? -- y
al segundo siguiente se sintió estrechada en sus brazos
-
Zdravi kaisyn [1]
-- saludó él dándole un beso en la
frente
-
¿Viniste a reñirme?
-
Creo me estás confundiendo con tu
madre y con tu hermano -- le dijo y la expresión de la chica se
relajó -- pero sí me gustaría que hablásemos un momento
¿es posible?
-
Claro haryk -- lo
tomó de la mano y se sentaron en la orilla de la cama
-
¿Quieres contarme? -- le
preguntó, pero viendo que ella bajaba la cabeza, le sujetó el rostro y lo
elevó --
Tienes muchos años Istziar, pero sigues siendo nym kicyk kandly, yo me
sigo considerando el padre más afortunado por tenerte y sigo queriendo ser el
hombre que no solo está aquí para protegerte, sino aquel en el que puedes
confiar por encima de cualquier de cosa.
-
Dhavjà haryk --
dijo ella refugiándose en sus brazos
-- de veras no quise haryk pero…
-
Danmilardam kaisyn, no estoy aquí para juzgarte sino para
escucharte, y si me lo permites, para decirte algunas cosas
-
Al principio me pareció un rybik
lindo y que amaba mucho a su mhàyr, y aunque yo no parecía serle muy simpática
me trataba con respeto, pero el tiempo pasó y… bueno no sé haryk, comencé a
sentir diferente y él comenzó a evitarme. Pensé que por ser un Saint-Claire y
yo una Devrig, era algo natural pero mis problemas aumentaron cuando me di
cuenta que mi corazón enloquecía cada vez que lo miraba, cada vez que lo sentía
llegar a casa, cuando escuchaba su respiración, y cuando pude percibir lo que
estaba sintiendo me asusté, pero me convencí mí misma que podía con esto -- en
ese momento sujetó las manos de Milorad
-- Dum horiani haryk
-
Istziar…
-
Sé que debí acudir a ustedes, debí evitarlo
pero…
-
Istziar --
dijo él haciendo que ella guardase silencio -- Nidly [2]
deja de atormentarte porque en realidad no había nada que pudieses hacer, sabes
que una vez que nos enamoramos no hay vuelta atrás
-
Lo sé, pero debí alejarme y no lo
hice. Primero me dije que no podía dejar a los aykeris, luego que la única que
podría sustituirme era ayhyr y que eso sería cruel para él porque seguiría
viéndome en ella, pero todas esas no eran más que excusas haryk, excusas para
no alejarme de él.
-
Lo entiendo kaisyn y me duele mucho
que estés sufriendo por esto, pero debes tomar una decisión
-
La única decisión que puedo tomar es
la de regresar a casa
-
¿Estás segura?
-
No puede ser de otra manera haryk, no
podría engañarlo y lo sabes porque el amor no puede mentir, y creo que no estoy
preparada para ver su mirada de horror cuando se entere de lo que soy
Milorad guardó silencio durante un momento pensando. Podía sacarla de allí
sin decirle nada, Darko lo ayudaría a equilibrar sus emociones y a mantenerla
tranquila, y pasado un tiempo cuando el chico muriese todo habría terminado.
Pero como ella misma acababa de decir, el amor no puede mentir
-
¿Istziar y si te dijera que él sabe
lo que somos?
Ella abrió los ojos hasta un punto casi doloroso, pero sabía que su padre
no estaría diciendo aquello solo porque sí.
-
¿Haryk?
Milorad respiró y comenzó a hablar.
Le contó lo que Iziaslav había decidido con respecto a Derek debido a su
especial habilidad y que esa era la
razón para que Istval hubiese estado allí los últimos días.
-
¿Entonces tu sabías…?
-
Sí, el mismo Derek en medio de su
desesperación al saber lo que podía hacerle un Saint-Claire a un Devrig, nos lo
dijo, pero lo importante es que te ama y está dispuesto a alejarse porque su
única preocupación es lo que tú vas a sufrir a la hora de su muerte.
Una enorme sonrisa se había dibujado en los labios de Istziar y a Milorad
le apenaba tener que derrumbar su momentánea felicidad encarándola con la
realidad, pero no tenía opción.
-
Kaisyn, no es que no me preocupe eso,
pero tanto a mí como a los demás lo que nos preocupa es otro asunto
-
¿Qué otro asunto?
-
En principio que sabemos lo que el
amor nos puede hacer, si decides seguir adelante y te aclaro que nadie piensa
interferir en eso, sabes que no querrás perderlo, pero sabes también que no
puedes transformarlo -- hizo una pausa esperando que ella pensase en
ello y luego continuó -- ¿Crees que estás preparada para hacerle
frente a eso?
Istziar se había puesto de pie cuando Milorad le había dicho que Derek
conocía su condición y no la rechazaba por ello, y pensó que si era así todavía
tenía una oportunidad, pero al escuchar lo que le acababa de decir e imaginarse
la posibilidad de tener una vida juntos para luego perderlo, había caído
sentada de nuevo y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. A Milorad
le dolió el corazón, pero no podía hacer otra cosa.
-
Istziar --
dijo después que había pasado mucho rato y ella movió la cabeza en forma
negativa
-
No haryk, no puedo
Milorad la abrazó y la dejó llorar mientras pensaba que era mejor ahora que
después, al igual que se dijo que si ella tomaba la decisión de no seguir
adelante, entonces no valía la pena que agregase más dolor hablándole de la
profecía.
-
Sé que es difícil y aun tienes tiempo
para pensarlo -- le dijo cuando estuvo más calmada -- Si
quieres puedes regresar a casa ahora y arreglaremos que Jovanka se haga cargo
de los aykeris, pero debes saber que él no regresará muy pronto porque como te
dije, Iziaslav dio órdenes de que si él lo aceptaba nos hiciésemos cargo de su
preparación para aprender a manejar su
habilidad, de modo que se quedará en Levzheir
-
Entonces no hay razón para que me
marche
-
¿Segura?
-
Te prometo que si cambio de parecer
te lo haré saber de inmediato
-
De acuerdo. Ahora debo marcharme
-
Dhavjà haryk
Después de eso Milorad aceleró su energía y la acompañó a la habitación de
juegos de los aykeris para buscar a Iván, pero apenas entró a ella fue evidente
para ellos que los niños lo habían visto, no porque dijesen nada sino porque
ambos giraron las cabezas y fijaron la vista en el vacío. Iván se despidió de Istziar y se marcharon, pero una vez
fuera Iván miró a Milorad con aquella odiosa sonrisa que le era tan
característica y que le recordaba a su propio hijo.
-
Mala suerte priyatel
-
No seas majadero Iván --
pero el otro se limitó a reír con más ganas --
¿Qué averiguaste?
-
¿Aparte de lo obvio? --
preguntó y Milorad tuvo deseos de golpearlo -- No
mucho más de lo que ya nos habían dicho, la única inexactitud es que la kandly
no es menos hábil que el rybik, solo es menos…
¿exhibicionista?
-
¿Qué significa eso?
-
Simplemente no muestra todo lo que es
o cómo es, de modo que lo que dijo Aleksèi acerca de que el rybik parece ir
siempre un paso adelante, no es del todo cierto, la verdad es que piensan de
modo idéntico y perfectamente sincronizado
-
¿Cómo puedes saber eso si todos dicen
que no pueden ver lo que están
pensando?
-
No prestas atención Milorad, lo que
dicen es que no pueden modificar sus
pensamientos, no que no puedan verlos y créeme cuando te digo que piensan
exactamente igual
-
De acuerdo, pero por si no lo
notaste, hay algo que será un problema más grave en breve y en realidad no me
explico cómo no lo han notado
-
Si te estás refiriendo al parecido
con el Rybik, sí lo noté y yo tampoco me lo explico al menos en el caso de la
madre, porque en el caso de Arlingthon asumo que Ivsky está haciendo su trabajo.
-
De cualquier manera pronto será
demasiado evidente, porque aunque sin duda son Saint-Claire, la esencia del Rybik
se les sale por todas partes y si le sumamos el parecido físico, creo que
tendremos problemas mucho antes de lo que habíamos pensado.
Cuando llegaron a Levzheir les informaron que aun Istvan no había
regresado, de manera que se dispusieron a esperar para saber las próximas
acciones a seguir.
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