Derek regresó de Cleves del
peor humor y casi atropella a Istziar en su precipitada marcha hacia su
habitación, pero apenas murmuró una disculpa y subiendo a toda prisa entró
azotando la puerta con violencia. Su conversación con Phillipe no había
contribuido en nada a pesar de los esfuerzos hechos por su abuelo, a mejorar la
ya muy mala opinión que tenía del matrimonio, y por el contrario reforzó la que
tenía en el sentido de que éste era un asco. Así mismo pensó que si el motivo
mayormente esgrimido para casarse era el de engendrar hijos a quienes legarles
títulos, al menos ciertamente él no tenía ese problema.
Su valoración del amor también
descendió varios niveles, y concluyó que si había que creer en la almibarada
descripción que hacían en los textos literarios del mismo, decididamente no
veía razón para sufrir lo que tan descaradamente llamaban dulce tortura, para que finalmente tarde o temprano se terminase, y
personalmente creía que ese asunto de enamorarse era un pésimo negocio donde
alguna de las partes tenía tantas posibilidades de salir perdedora.
Derek nunca había sido
consciente de los muchos votos matrimoniales que él había contribuido a violar,
y no es que él fuese de la clase que ahora iba a empezar a sentirse culpable por
algo de lo que estaba plenamente convencido que la otra parte involucrada era
responsable por sus propias decisiones, sino que eso sumaba más puntos a las
desventajas del conflictivo matrimonio.
Sin embargo, Derek tenía un
enorme problema, porque la vida siempre ha sido la mejor maestra, a veces dura
y cruel pero efectiva, y se encarga de instruir a aquellos que se creen dueños
de la verdad absoluta en el sentido de que en realidad ninguna verdad lo es.
Derek no se había
caracterizado por ser especialmente discriminador en asuntos de mujeres, y
aunque Chris lo había acusado en una oportunidad de no perdonar a ninguna, esto no era totalmente cierto, porque en
ocasiones y por mucho que le gustase una fémina, sin aparente motivo decidía
dejarla en paz y no volvía a pensar en el asunto. Eso era algo que nadie había
sabido nunca a qué obedecía, ni Chris ni posteriormente Tommy o James, y si se
lo hubiesen preguntado, lo máximo que habría podido decirles era que su
instinto le decía que no y punto, después de lo cual se olvidaba de la mujer en
cuestión y ni siquiera volvía a mirarla.
No obstante, poco después del
nacimiento de los gemelos, Derek había conocido a una mujer que con solo
mirarla su corazón comenzaba a latir en desorden y los pensamientos se iban a
paseo. Era hermosa más allá de la belleza, era dulce sin ser melosa y la
calidez de su mirada despertaba locas sensaciones en cada centímetro de su
piel.
La primera vez que había visto
sus ojos, se había perdido irremediablemente en la profundidad azul de esa
mirada, pero rápidamente llegó a la devastadora conclusión de que aquella era
la mujer más prohibida que podía existir, porque esa hermosa criatura era
Istziar, la institutriz de sus hermanos.
Evidentemente aquello no podía
ser por muchos motivos, de entre los que destacaban dos que por sí solos eran
suficientes para hacerlo tomar la decisión de alejarse. El primero, que esa
chica era amiga de Aleksèi y él estaba desmedidamente agradecido con el médico
como para ir a enredarse en una relación con alguien que él tan amablemente
había traído para hacerse cargo de los gemelos. Y el segundo, suponiendo que
hubiese podido ignorar el primero y no podía, en su experiencia cuando la
relación concluía y solían concluir muy de prisa después de lo cual él no quería
volver a saber de ellas, las chicas habitualmente se mostraban muy difíciles y
esto podría redundar en perjuicio para sus hermanos.
De manera que por donde quiera
que se mirase, era un mal asunto y siendo tan práctico como era, decidió
olvidarlo y volvió a sus andanzas. Pero una cosa era pensarlo y otra muy
distinta hacerlo, porque si bien en otras oportunidades cuando decidía hacer a
un lado a una chica porque su instinto así se lo indicase no volvía a pensar en
ella, en este caso no había sido así, y
cada vez que se la encontraba algo que por fuerza sucedía a diario ya que
vivían en la misma casa, sus sentidos enloquecían y el mencionado instinto
lejos de ayudarlo lo que hacía era contribuir al caos interno.
Con tan precaria y casi nula
colaboración de su cuerpo y de su cerebro, Derek recurrió a otro método.
Normalmente él era un chico encantador, extrovertido, parlanchín y bromista,
pero en presencia de Istziar se volvía hermético y si se veía obligado a hablar,
resultaba directamente desagradable. Sus padres estaban asombrados y se sentían
sumamente apenados con Istziar, porque siendo que no la consideraban una
sirviente y sabían de hecho que pertenecía a una familia noble, era tratada con
todas las consideraciones del caso y eso incluía que compartiese la mesa con
ellos para gran consternación de Derek. Y en el caso de Istziar que suponía que
el origen de la antipatía de Derek era por su condición, se esforzaba en
ignorar sus desplantes y seguía siendo igualmente amable con él y esto lo tenía
enfermo. De manera que el pobre chico había estado viviendo un infierno
personal durante casi dos años, y aparte de la petición de su madre de no
contrariar a su padre, esa situación fue la que impulsó en forma definitiva el
viaje de Derek a Londres.
Pero el dichoso viaje si bien
había posicionado a Derek como el soltero más codiciado de la temporada y había
obtenido un resonante éxito entre la población femenina, también le había
granjeado una indecente cantidad de enemigos en el bando masculino para sus
escasos dieciocho años, lo había llevado a descubrir la relación
extramatrimonial de su padre, lo había convencido de que ninguna mujer era
sincera y acababa de comprobar que había resultado del todo inútil con respecto
a Istziar, porque hacía un momento se la había tropezado y sus sentidos habían
enloquecido de nuevo. De modo que el saldo era completamente desfavorable.
El empeño de Luciano por
alejar a Dylan de los Arlingthon, los había llevado cada vez más lejos y por
mayores períodos de tiempo, y ahora se encontraban en Kiev. Pero había que
reconocerle el mérito, pues Dylan parecía menos tenso y volvía a sonreír.
-
Hoy nos marchamos -- dijo Luciano durante el desayuno
-
¡Hombre, pero si acabamos de llegar!
-
Ya me aburrí
-
¿Y era a mí al que solías llamar inquieto?
Pero Luciano se limitó a
sonreír y esa misma noche estaban en Polonia, en una agradable reunión y siendo
objeto de la amable atención de unas lindas damiselas al menos en el caso de
Dylan, porque Luciano tenía rato que había desaparecido de la vista. A pesar de
que Dylan estaba concentrado en la conversación con las damas, repentinamente
se tensó y con disimulo comenzó a buscar el origen, unos segundos después hacía
su entrada Loran Hársady y él se tranquilizó. Normalmente Loran lo evitaba cuando
coincidían en alguna reunión y por mucha manía que le tuviese, Dylan estaba
seguro que no haría nada estúpido. Un
momento después vio a los Varhidi y pensó que esa reunión tenía una gran
concurrencia de Devrigs.
Mucho más tarde caminaba por
el salón en busca de Luciano cuando sintió que Zsa Zsa se le acercaba.
-
Dhakvrevit larsèvirier -- saludo ella
-
Zdravi Zsa Zsa -- respondió él
-- ¿Desde cuándo tan formal? -- y
ella sonrió
-
No sabía que estabas en Polonia
-
No tendrías por qué, llegamos esta mañana
-
Llegamos -- repitió ella con un deje de desilusión -- es
decir que no vienes solo
-
No
Zsa Zsa no había olvidado la
advertencia de Iyul con respecto a Dylan y esperaba que su acompañante no fuese
él, porque ella no había renunciado a sus propósitos. Dylan sintió deseos de
reír al ver lo que ella estaba pensando, porque según lo que sabía de Zsa Zsa y
aunque era muy atractiva, ciertamente no hacía falta una amenaza de Iyul para
mantenerlo alejado de ella. Pero como Zsa Zsa lamentablemente no poseía la habilidad
de Dylan y no podía saber lo que él estaba pensando, se colgó de su brazo.
-
En todos estos años, no hemos tenido una conversación como es debido
-
No soy del tipo conversador Zsa Zsa
-
Eso no es lo que opinan de ti
-- dijo ella con coquetería
Dylan le siguió el juego un
rato más y estaba por excusarse cuando sintió de nuevo la advertencia de la
presencia Devrig y una que no se correspondía con los presentes, Zsa Zsa también la sintió porque giró la
cabeza. Ambos fijaron sus miradas en un grupo de alrededor de ocho sujetos que
estaban a pocos pasos.
-
¿Los conoces? -- preguntó Zsa Zsa
-
No
-
Lothian --
escuchó Dylan que le decía Yvaylo
Esto lo sorprendió un poco,
porque si bien era usual encontrárselos en Francia, Italia e Inglaterra, no lo
era en países tan al oriente. Le recordó a Yvaylo que no quería otra
intervención suya como en el caso de Giorgio a menos que fuese extremadamente
necesario. Conversó unos minutos más con Zsa Zsa, se despidió y comenzó a alejarse, pero siendo
que sus sentidos ahora estaban más alertas porque una cosa era Loran que sabía
no iba a atacarlo y otra muy distinta un Lothian que sí podía hacerlo, así que
escuchó claramente cuando uno de los individuos se acercó a Zsa Zsa.
-
¿Me permite hacerle compañía mademoiselle?
-
No necesito compañía y menos de un desconocido --
contestó ella
-
Obviamente lo primero no es cierto porque está sola, y lo segundo puede
remediarse, mi nombre es Antoine Le Brun
-- dijo el hombre
Pero Zsa Zsa que seguía
enojada porque Dylan se le había escapado de nuevo, lo ignoró y le dio la
espalda comenzando a alejarse. No obstante, él no parecía dispuesto a ser
ignorado y la sujetó por el brazo, lo que fue un gran error.
-
La señorita acaba de decirle en los términos más claros que no desea su
compañía y cuando una dama dice no, lo más aconsejable es obedecer, así que
suéltela inmediatamente -- dijo Dylan en tono helado
-
Métase en sus propios asuntos
Aquel fue su segundo error,
porque más tardó él en decirlo que Dylan en sujetarlo por el cuello y apartarlo
de Zsa Zsa con violencia.
-
Escucha grandísimo necio, no acostumbro a repetir las órdenes, de modo que
considérate afortunado y lárgate ahora mismo de aquí
Esto en otras condiciones no
habría sucedido nunca, pero a Dylan le tomó solo unos segundos determinar que
aquel individuo fuese quien fuese no era una caballero, y por el contrario
podría resultar un peligro para Zsa Zsa.
-
¿Qué está sucediendo aquí? -- preguntó Luciano que se había hecho presente
-
Que éste imbécil se cree el dueño del mundo
-- dijo imprudentemente el tal
Antoine teniendo en cuenta que Dylan no lo había soltado aun, pero sin duda se
lo había dicho a la persona equivocada
-
¡Fuera de mí vista infeliz! -- exclamó Luciano y Dylan soltó a Antoine pero
éste no se movió provocando la ira de Luciano
-- ¿No me escuchaste o es que
quieres terminar con un maldito Dykari en tu estúpido cuello?
-
Suponiendo que seas tan rápido
-- dijo el muy imbécil cometiendo
así su tercer error, porque ciertamente Luciano era muchísimo más rápido que él
Varias cosas sucedieron al
mismo tiempo, Luciano aferró al individuo y antes de que éste se diese cuenta
le tenía su Dykari apuntando al discutido cuello. Los acompañantes de Antoine
se habían movido con celeridad al verlo en desventaja y cometiendo el último
error habían sacado lo que Dylan identificó por primera vez como los famosos nelegasis. Dylan extrajo su Dykari a una
velocidad pasmosa y sujetó al primero que se acercó. Loran y Zsiga habían
corrido hacia ellos en cuanto percibieron el peligro y cada uno había sujetado
a uno de aquellos indeseables. Yvaylo que ya había sujetado a otro se dejó ver
y estaban rodeados por más de media docena de Lovets aunque ellos no los
estaban viendo.
Aunque aquello había sucedido
en un salón lleno de personas, Itlar y los Lovets se habían encargado de que
nadie lo notase.
-
Ahora si se fijan bien y suponiendo que no sean del todo estúpidos --
dijo Yvaylo levantando el brazo izquierdo y dejando al descubierto su
Bizlyk para que todos la viesen -- esto me da derecho a ordenarles que suelten
las armas inmediatamente o voy a quitárselas con sus manos incluidas
Si bien aquellos individuos no
eran caballeros y si habían podido ingresar a un lugar como aquel era debido a
su condición, tampoco eran totalmente idiotas y sacaron rápidas cuentas, ellos
eran más pero el que los estaba amenazando era un Lovet y sabían que no solo
eran extremadamente veloces y letales, sino que sabían que ya estaban en muchos
problemas porque habían visto los anillos de los otros que los identificaban
como Yaroslávich, de modo que dejaron caer los nelegasis.
Loran, Zsiga, Luciano y Dylan
soltaron a los que aun tenían sujetos e Yvaylo se acercó al grupo llevando al
que él tenía aferrado por la parte posterior del cuello y lo empujó junto con
los demás.
-
¿Ahora y antes de enviarlos a prisión, quién de ustedes tendrá la
amabilidad de decirme cómo y por qué están aquí? --
preguntó Itlar haciéndose visible
-
Solo queríamos divertirnos -- dijo el llamado Antoine
-
¿Tan lejos de casa monsieur Le
Brun?
-
Eso no es un crimen
-
No, pero esto sí lo es -- dijo Yvaylo agachándose a recoger uno de los
nelegasis y con el mismo levantó la
Slabira del hombre
-- y esto que llevas al cuello lo
confirma, de modo que para todos ustedes son dos años en Zatvor por porte
ilícito, a los que se le agregarán dos más por intentar atacar a un
Yaroslávich, y en tu caso señor Le Brun se te suman cinco más por desobedecer
una orden de tu sizvitel y diez más por intentar atacarlo -- y
sin más trámite -- ¡Llévenselos!
Era muy improbable que alguno
de ellos tuviese ni la más peregrina idea de con quiénes se habían metido, pero
miraron a Luciano y a Dylan con inmenso odio concluyendo lógicamente que ellos
eran sus altezas reales. Después que pasó la conmoción, Zsa Zsa se acercó a
Dylan.
-
Dhavjà sarì -- pero antes de que Dylan pudiese contestar
habló Zsiga
-
¿Qué sucedió Zsa Zsa?
La pregunta obedecía a que si
bien Loran y él habían acudido en cuanto sintieron el peligro, no tenían idea
de lo que había pasado, de modo que una vez que Zsa Zsa lo puso al corriente,
fue él quien quiso agradecer.
-
No tienen por qué, solo actué como lo habría hecho cualquier caballero bien
nacido al ver a una dama en una situación comprometida
-
Pero igual te lo agradecemos -- dijo Zsiga extendiendo su mano
-
Definitivamente tú no tienes arreglo Zsa Zsa, sigues teniendo la tendencia
a atraerte la atención de criminales
-- dijo Loran
Dylan sintió verdaderos deseos
de golpearlo, porque aunque había actuado como Luciano le dijo una vez que lo haría
cualquier Yaroslávich que lo viese en peligro sin importar que personalmente
tuviese problemas con él, ahora volvía a ser el mismo infeliz de siempre. Pero
ya Loran se había despedido y se alejaba, lo que quizá fue una buena cosa,
porque Zsiga lo estaba mirando con claras intenciones de hacer lo que Dylan
había tenido deseos de hacer. Los Varhidi se despidieron y se marcharon e
Yvaylo miró a Dylan.
-
Cumplí con mi palabra y no aparecí hasta que fue estrictamente necesario
-
Comienzo a pensar que es más beneficioso para todos que se queden
quitecitos en casa Rybiks -- dijo Itlar
-
¡No fastidies Itlar! -- dijo Luciano
Pero los dos Levjaner se
limitaron a reír y volvieron a desaparecer, aunque en verdad pensaban que
aquellos dos daban más problemas de los que se considerarían normales, ya que
estos parecían perseguirlos a donde quiera que fuesen.
En cuanto James notificó a
Istvan que los Arlingthon volvían a Darnley, Istvan se lo hizo saber a Istval y
éste se fue derecho a Cleves, y aunque no era su costumbre decidió anunciarse.
Mientras esperaba y pensaba que aquello siempre le parecía una pérdida de
tiempo, casi pudo escuchar la voz de Edin: Se
llaman buenos modales necio, y sonrió para sus adentros.
Una vez que el mayordomo le
anunció a Phillipe que el señor Korsacov solicitaba verlo, éste le dijo que lo
hiciese pasar enseguida.
-
¡Istvan, que gusto verte de nuevo!
-- dijo Phillipe avanzando hacia
él
-
Gracias pero no, en este caso se trata del Korsacov simpático --
dijo Istval sonriendo
-
¡Hombre disculpa! -- exclamó Phillipe --
Pero es que no hay forma de distinguirlos
Tal y como había dicho Istvan,
Phillipe se mostró encantado de poder ayudarlo ofreciéndole alojamiento y le
dijo que dispusiese de su casa como si fuese propia. Pero si bien Phillipe
aceptó lo dicho por Istval, Madeleine era otro asunto como comprobaría Istval
un poco después cuando se quedaron a solas.
-
Señor Korsacov
-
Sé que no tiene un buen recuerdo de mí, pero la verdad me incomoda mucho
tanta formalidad, llámeme Istval por favor
-
De acuerdo -- aceptó ella
-- ¿Por qué está aquí
exactamente? -- preguntó sin más preámbulo
-
Necesito hablar con su sobrino Derek
-- dijo él igualmente directo, ya
que considerando lo que ella sabía y sabiendo que era una inútil pérdida de
tiempo intentar ocultarle algo, decidió que no tenía caso
-
¿Esto tiene que ver con su escandaloso comportamiento o hay otra razón?
Istavl sonrió y luego de
tranquilizarla con respecto al escandaloso
comportamiento, procedió a contarle lo que sabían de Derek. Inicialmente
Madeleine se preocupó al saber todo por lo que habían pasado sus sobrinos y el
peligro que corrieron, pero después de eso, el otro asunto llamó su atención.
-
¿No se supone que solo las mujeres Saint-Cliare podemos reconocerlos?
-
En teoría es así, y esa es la razón que me ha traído aquí, averiguarlo
-
Y suponiendo que sí pueda ¿no está corriendo un riesgo?
-
Sí y no -- dijo él para confusión de Madeleine --
Verá, cuando alcanzamos el grado de Lovets, somos entrenados en áreas
específicas y relacionadas con alguna habilidad o don que nos haya concedido
Maikata Priroda, que en mi caso está relacionado con la habilidad para
controlar las mentes
Aunque Madeleine estaba
bastante versada en los términos y en muchas otras cosas, arrugó el entrecejo, de
modo que Istval interpretándolo como una señal de incomprensión, se decidió por
el método práctico y a continuación Madeleine ahogó una exclamación al verse al
borde de un acantilado. Sin embargo, su cerebro le envió con rapidez la señal
indicada y volvieron al lugar
original.
-
Bueno a pesar de que no fue sencillo, debe darme un punto a favor por
haberlo conseguido aunque solo fuese por un momento con usted --
dijo Istval sonriendo
Pero aunque Madeleine asintió,
Istval notó que algo la preocupaba porque se había abstraído. Y ciertamente así
era, porque en los muchos pergaminos que ella y su tío habían leído y aunque
inicialmente la mayoría de ellos no tenían mucho sentido, luego con los sucesos
acaecidos o con lo que Edin le había ido contando, algunos de ellos habían ido
adquiriendo sentido. Pero ahora con lo que le acaba de decir Istval, se
preguntó si entre ellos no habría nada acerca de esto, porque después de todo
habían encontrado muchas referencias directas a antiguos miembros de su
familia.
-
¿Madeleine?
-
Disculpe
-
¿Hay algo que pueda decirme y que me sea de utilidad?
-
Aun no, pero cuando lo sepa le prometo que se lo haré saber
-
Madeleine cuando estuve en su casa, su tío me mostró ciertos pergaminos
¿recuerda? -- y ella asintió -- Si
es allí donde piensa buscar eso en lo
que está pensando, yo puedo ayudar
-
Posiblemente, pero esos pergaminos no están aquí, mi tío solo se trajo
aquellos en los que estaba trabajando
-
Sabe que eso no es problema, podemos ir por ellos cuando usted lo disponga
-
De acuerdo -- dijo ella después de pensarlo un momento --
Solo voy a pedirle un favor
-
Dígame
-
No le diga nada de esto a mi tío, al menos no hasta que estemos seguros de
qué se trata todo esto
-
No se preocupe, no lo haré
Istval también había recordado
que cuando vio los pergaminos, notó que aunque ellos conocían muchos, había
otros que le habían parecido más dirigidos por Sara a sus familiares y por
tanto no les prestó mayor atención, pero sin duda ahora debía hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario